El arresto de un afgano en relación con un complot de terrorismo en el Día de las Elecciones en Estados Unidos ha desatado una ola de preocupación en el país. Nasir Ahmad Tawhedi, de 27 años, residente de Oklahoma City, fue arrestado por el FBI y enfrenta acusaciones que lo vinculan a la planificación de un ataque masivo inspirado por el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS). Sin embargo, lo que ha llamado particularmente la atención es que Tawhedi había pasado múltiples controles de seguridad antes de su entrada a Estados Unidos, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la efectividad de los procesos de vigilancia utilizados para los refugiados afganos. Tawhedi llegó a Estados Unidos hace tres años después de haber trabajado con las fuerzas estadounidenses en Afganistán. Su arresto el 8 de octubre de 2024 puso de manifiesto los riesgos que representan los extremismos y las dificultades de la administración estadounidense para gestionar la seguridad de los refugiados que escapan de regímenes opresivos como el de los talibanes.
Según los documentos judiciales, Tawhedi, junto a un cómplice menor de edad, había mantenido contactos con un reclutador del Estado Islámico y había estado planeando un ataque suicida en el Día de las Elecciones. El caso ha llevado a los funcionarios a defender el sistema de vetting, asegurando que todos los afganos que buscan refugio en Estados Unidos pasan por un proceso exhaustivo de verificación. Un funcionario anónimo del gobierno afirmó que no había habido indicios de que Tawhedi hubiera mostrado simpatías por ISIS durante su tiempo en Afganistán o en el proceso de admisión al país. "Cada afgano que es reubicado en Estados Unidos pasa por un riguroso proceso de screening y verificación", declaró. Los detalles sobre cómo exactamente Tawhedi pudo sortear las múltiples verificaciones que exigían la información biométrica y los registros de inteligencia han dejado a muchos rascándose la cabeza.
De hecho, NBC News indicó que, en algún momento, Tawhedi había trabajado como guardia de seguridad para la CIA, lo que añade un nivel adicional de complejidad al caso y a la percepción pública sobre la seguridad en el manejo de refugiados. La preocupación no ha tardado en llegar a los legisladores. Mark Green, presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, envió una carta a la FBI y al Departamento de Seguridad Nacional exigiendo más información sobre este incidente. Green apuntó que los arrestos recientes plantean serias preocupaciones sobre la amenaza continua que representan ISIS y sus seguidores fanáticos para la seguridad nacional de Estados Unidos. En su misiva, enfatizó que el gobierno tiene una responsabilidad crucial en la vigilancia de aquellos que llegan al país, especialmente aquellos con la historia complicada que puede tener un refugiado afgano.
Por otro lado, el portavoz del Departamento de Seguridad Nacional subrayó que el proceso de verificación para los afganos que huyen de la opresión talibán es "multicapa". Aseguró que, si se obtiene nueva información después de la llegada de un refugiado, se tomarán las acciones apropiadas. Sin embargo, surgen preguntas críticas: ¿Cómo es que alguien que supuestamente trabajó para el gobierno de Estados Unidos se apoya en ideologías extremistas? ¿Cuándo exactamente ocurrió su radicalización? Las pruebas recopiladas hasta ahora han revelado que Tawhedi había estado buscando propaganda de ISIS en internet y había realizado transferencias de criptomonedas a organizaciones vinculadas con el grupo. Sus búsquedas online lo llevaron a investigar sobre la adquisición de armas y webcams en lugares emblemáticos de Washington D.C.
, lo que despertó las alarmas entre las autoridades. Sin embargo, queda por determinar si su inclinación hacia ISIS se formó en su país natal o si se desarrolló tras su llegada a Estados Unidos. Expertos en seguridad han expresado su preocupación por el fenómeno más amplio de radicalización. Austin Doctor, director de iniciativas de investigación en contraterrosimo en el National Counterterrorism Innovation, Technology and Education Center (NCITE), expresó que hay implicaciones importantes más allá de este caso individual. Reconoció que ISIS-K, la filial afgana del grupo terrorista, está buscando activamente reclutas en comunidades de la diáspora.
Esto podría ser una señal de una estrategia deliberada para inspirar ataques de tipo "lobo solitario" dentro de Estados Unidos. El caso de Tawhedi, aunque singular, sugiere que la amenaza del extremismo en el país no está relegada a grupos ya establecidos, sino que se nutre de la polarización social, la desesperación económica y, en ocasiones, del mismo sistema que busca proteger a los más vulnerables. Como tal, la discusión sobre la seguridad y la reubicación de refugiados se complica por la necesidad de apoyar a aquellos que huyen de situaciones peligrosas, al tiempo que se protege la seguridad del país. Las reformas y mejoras en los procesos de verificación se presentan como una necesidad urgente. El sistema de vetting debe evolucionar para abordar el hecho de que los extremistas pueden ocultarse entre los más inocentes, y aquellos que buscan una nueva vida no deben ser estigmatizados por los actos de unos pocos.
Encontrar un equilibrio entre la compasión y la seguridad será un reto constante para la administración, que ahora enfrenta una presión renovada para garantizar que no se repitan incidentes como el de Tawhedi. En resumen, el arresto de Nasir Ahmad Tawhedi, un afgano con antecedentes de trabajo con las fuerzas estadounidenses, plantea serias cuestiones sobre la efectividad de la seguridad nacional de Estados Unidos en un contexto de creciente radicalización. A medida que el país se prepara para enfrentar elecciones cruciales, es vital que los responsables de la políticas se centren en los mecanismos de seguridad, sin perder de vista la humanidad de aquellos que buscan refugio y una vida mejor.