En los últimos años, el fenómeno de Bitcoin ha capturado la atención no solo de los inversores y tecnólogos, sino también de políticos y partidos políticos en todo el mundo. Sin embargo, a pesar del creciente interés y la popularidad de las criptomonedas, parece que el Partido Demócrata Nacional de Estados Unidos (DNC, por sus siglas en inglés) no muestra un interés significativo hacia Bitcoin. Esto plantea la pregunta: ¿por qué el DNC no se preocupa por Bitcoin? La respuesta puede ser más sencilla de lo que parece: los políticos suelen atender las preocupaciones y deseos de su base electoral. Si los votantes no están interesados en Bitcoin, es poco probable que los políticos lo estén. Si bien ha habido algunos demócratas que han expresado su apoyo por las criptomonedas, como los representantes Ro Khanna y Ritchie Torres, estos esfuerzos no han tenido un eco significativo en el resto del partido.
En contraste, muchos políticos republicanos han adoptado un enfoque más favorable hacia Bitcoin, integrándolo incluso en su plataforma política oficial. Recientemente, asistí a la Convención Nacional Demócrata y fui testigo de cómo el tema de Bitcoin fue completamente ignorado durante las sesiones. En el primer día del evento, no se mencionó ni una sola vez la conocida criptomoneda, pese a que en la Convención Nacional Republicana, aunque el tema no fue el principal, se hizo al menos una mención. El enfoque de la DNC giró principalmente en torno a la competencia electoral entre Kamala Harris y Donald Trump, con discursos que abarcaban temas importantes para los votantes demócratas como la inclusión de las minorías, los derechos de las mujeres, el trabajo remunerado y la seguridad de los sindicatos. La falta de discusión sobre Bitcoin en este contexto plantea interrogantes sobre por qué los demócratas no ven el potencial de esta criptomoneda para ayudar a abordar problemas económicos y sociales que son de interés para su base electoral.
Por ejemplo, Bitcoin tiene el potencial de empoderar a las comunidades marginadas, ofreciendo oportunidades de inversión y resguardo de valor. Históricamente, aquellos que han mantenido Bitcoin a largo plazo han visto un aumento en su poder adquisitivo, lo que podría beneficiar a las minorías que enfrentan dificultades económicas. Además, el acceso a Bitcoin podría ser especialmente relevante en un contexto donde los servicios financieros tradicionales a menudo excluyen a ciertos grupos de población. Las mujeres, por ejemplo, han tenido que enfrentar cada vez más restricciones en el acceso a la atención médica en algunas partes de Estados Unidos, lo que podría mejorarse con las opciones que ofrece Bitcoin. A través de esta criptomoneda, se pueden realizar transacciones sin la intervención de instituciones financieras que podrían censurar o cuestionar ciertos gastos.
Esto no solo proporciona libertad financiera, sino que también podría facilitar el acceso a servicios de salud necesarios. Otra área donde Bitcoin podría tener un impacto significativo es en los fondos de pensiones. Recientemente, algunos fondos de pensiones han comenzado a diversificar sus inversiones incorporando Bitcoin, lo cual, a largo plazo, podría ayudar a resolver las preocupaciones de solvencia que enfrentan muchas pensiones en todo el país. A medida que la economía continúa fluctuando, la idea de invertir en un activo como Bitcoin podría ofrecer una cierta estabilidad a los fondos de pensiones que buscan proteger los intereses de sus trabajadores. A nivel medioambiental, Bitcoin también se alinea con los valores progresistas.
La industria de la minería de Bitcoin tiene la oportunidad de comprar energía renovable que aún no está conectada a la red. Esto no solo permite que estas operaciones generen ingresos antes de que la energía sea utilizada por los consumidores, sino que también puede contribuir a un mayor desarrollo de proyectos de energía sostenible, algo que muchos demócratas consideran esencial en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, a pesar de todos estos beneficios potenciales, todavía existe una percepción predominante de que Bitcoin es un activo asociado con la derecha política. Esto se debe, en gran medida, a las narrativas y la comunicación que han rodeado a Bitcoin desde sus inicios. Los mensajes que vinculan Bitcoin con el libertarismo y el individualismo han dominado el espacio, lo que ha contribuido a que muchos podrían verlo como un activo de derecha.
Los demócratas, al ser un partido que lucha por valores colectivos y regulación, sienten que carecen de un argumento que valide a Bitcoin dentro de su marco ideológico. Sin embargo, para que el DNC comience a prestar atención a Bitcoin, es crucial que se cambien estas narrativas. Se necesita un esfuerzo concertado para demostrar que Bitcoin no es solo un recurso financiero, sino también una herramienta que puede alinearse con los valores progresistas tales como la inclusión, la sostenibilidad y el empoderamiento de la comunidad. Si los votantes demócratas comienzan a ver Bitcoin como algo que puede avanzar sus propias agendas políticas, es probable que los políticos del partido también se interesen más en el tema. La lucha por modificar la percepción de Bitcoin y su adopción dentro del Partido Demócrata no será fácil, y requerirá un trabajo arduo de cambio cultural y educativo.