El colapso de FTX ha dejado a muchos de sus acreedores y clientes en un estado de incertidumbre y frustración, y las últimas noticias sobre el proceso de bancarrota de la plataforma han intensificado esas emociones. Según nuevos documentos de bancarrota compartidos por el acreedor de FTX, Sunil Kavuri, los acreedores sólo recibirán entre el 10% y el 25% de su criptomoneda original. Este panorama sombrío ha generado una ola de críticas y descontento entre quienes perdieron su dinero tras el desplome del intercambio de criptomonedas. FTX, anteriormente una de las plataformas más prominentes en el mundo de las criptomonedas, se veía como un faro de innovación y transparencia. Sin embargo, todo cambió repentinamente cuando la plataforma se declaró en bancarrota en noviembre de 2022, tras un escándalo que expuso prácticas financieras cuestionables y la gestión desleal de los fondos de los clientes.
La caída del token FTT se tradujo en una pérdida de más de 2 mil millones de dólares en valor para los clientes, dejando a muchos desconcertados y angustiados. La revelación de Kavuri sobre las tasas de reembolso se produce en un momento en que el mercado de criptomonedas ha experimentado una recuperación significativa. Por ejemplo, el precio del Bitcoin, que era de aproximadamente 16,000 dólares en el momento de la presentación de la petición de bancarrota, ha aumentado y actualmente ronda los 68,447 dólares. La idea de que los reembolsos se realicen de acuerdo con los precios del mercado en el momento de la presentación ha generado una profunda indignación entre los acreedores. La mayoría no puede entender por qué se debería calcular el reembolso en un momento cuando las criptomonedas valían una fracción de su valor actual.
Kavuri no se ha quedado callado sobre esta situación. En sus declaraciones, ha resaltado la angustia emocional que están sufriendo muchos acreedores. “Los titulares de criptomonedas no están completos a los precios de la fecha de la petición, como lo confirmaron los deudores, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y el juez Kaplan”, dijo Kavuri. Esta situación ha llevado a muchos a experimentar estragos en su salud mental, con reportes de ataques de pánico, problemas en las relaciones y pensamientos suicidas entre aquellos que han perdido sus ahorros de toda la vida. La frustración de los acreedores no se limita a la manera en que se calculan los reembolsos.
A medida que las críticas sobre el proceso de reestructuración de FTX se intensifican, existe un creciente clamor por una mayor protección legal para los inversionistas. Uno de los acreedores expresó su desconcierto ante la falta de protección para los inversionistas, describiendo la caída de FTX como una estafa. Otros, igualmente molesto por la falta de recuperación, manifestaron que “ha sido un asalto en dos etapas” y “es una vergüenza que esto se introduzca en el plan tan tarde, después de la votación”. La cuestión de la propiedad también ha surgido en el debate. Kavuri ha argumentado que Sam Bankman-Fried, el fundador de FTX, violó los términos de servicio de la plataforma y la definición más amplia de los derechos de propiedad al usar los fondos de los clientes para saldar deudas pendientes.
De acuerdo con los términos de servicio de FTX, los activos digitales pertenecen de manera inequívoca a los clientes. Sin embargo, Bankman-Fried fue condenado por desviar estos fondos para pagar préstamos a su otra entidad, Alameda Research, y efectuar la compra de acciones de Robinhood. Esta situación ha llevado a muchos a cuestionar no solo la gestión de FTX, sino también la ética de las prácticas en la industria de las criptomonedas en general. El 6 de septiembre de 2024, la administración de FTX alcanzó un acuerdo con Emergent Technologies, una entidad fundada por Bankman-Fried, para asegurar 600 millones de dólares en acciones de Robinhood que se destinarían a pagar a los acreedores. Sin embargo, este movimiento ha sido percibido por algunos como una maniobra calculada para mantener el control sobre los activos mientras se deja a los acreedores con migajas de su inversión original.
Además, otros desafíos se ciernen sobre el plan de reorganización de FTX. En agosto de 2024, un fideicomisario de Estados Unidos encargado de supervisar el proceso de bancarrota formuló una objeción, sosteniendo que el plan ofrecía demasiadas protecciones legales para los administradores y representantes del estado de bancarrota de FTX. El fideicomisario, Andrew Vara, señaló que estas protecciones eran anómalas en comparación con otras situaciones similares, lo cual plantea preocupaciones sobre la transparencia y la rendición de cuentas en el manejo de esta crisis. Asimismo, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) también ha indicado que podría objetar el plan de reestructuración de FTX si la plataforma opta por reembolsar a los clientes en pagos de stablecoins, lo que podría añadir una capa adicional de complicación al ya enredado proceso de recuperación. La situación de FTX es un recordatorio sombrío de los riesgos asociados con el mundo cripto.
La falta de regulación y supervisión ha permitido a algunos actores, como Bankman-Fried, operar sin la transparencia y la responsabilidad que los inversores legítimos esperan. Mientras tanto, los acreedores de FTX continúan aguardando no solo respuestas, sino también justicia por las pérdidas que han sufrido. Con cada nuevo desarrollo en el proceso de bancarrota de FTX, se revela la lucha por la transparencia y la justicia en un sector que, a menudo, se siente más como el salvaje oeste que como un marco financiero sólido. Las voces de los acreedores como Kavuri son esenciales para mantener la presión sobre las instituciones que permiten que tales fraudes y malversaciones ocurran, y su lucha puede servir como un llamado a la acción para una regulación más estricta y útil en el mundo de las criptomonedas.