La inclusión y accesibilidad digital han cobrado una importancia creciente en la sociedad actual, especialmente en el contexto europeo donde la igualdad y los derechos de las personas con discapacidad son prioridades fundamentales. En este marco, la Ley Europea de Accesibilidad, conocida como European Accessibility Act (EAA), emerge como una normativa que obliga a las empresas y desarrolladores de aplicaciones a garantizar que sus productos y servicios digitales sean accesibles para todos, independientemente de sus capacidades físicas o sensoriales. La EAA representa un salto cualitativo respecto a normativas anteriores, desplazando el foco de la accesibilidad exclusivamente en el sector público para extenderlo al ámbito comercial. Esto significa que las compañías que desarrollan o comercializan productos digitales deben asegurarse de que estos sean utilizables por personas con discapacidad, desde el diseño inicial hasta el mantenimiento continuo. Los productos que regula la Ley Europea de Accesibilidad engloban dispositivos tecnológicos comunes como ordenadores, laptops, tablets y smartphones junto con sus sistemas operativos habituales como iOS, Android, Windows y macOS.
También considera terminales de autoservicio como cajeros automáticos, máquinas de venta de tickets e incluso kioscos de información interactivos. Dispositivos de comunicación digital, por ejemplo teléfonos inteligentes y dispositivos de VoIP, están incluidos, así como los aparatos de televisión y video, tales como televisores conectados, decodificadores y dispositivos de streaming. Incluso eBook readers como Kindle o Kobo están sujetos a los requerimientos de accesibilidad según esta ley. En cuanto a servicios, el alcance es igualmente amplio. La EAA cubre servicios de comunicación digital en tiempo real, por ejemplo apps de video llamadas o mensajería, plataformas de streaming que ofrecen películas, series o emisiones en vivo, servicios digitales vinculados a transporte como aplicaciones para reservar billetes o planificar viajes en avión, tren o transporte marítimo.
Además, entran en esta regulación servicios financieros accesados por portales o apps de banca en línea, así como plataformas de comercio electrónico que permitan comprar productos o servicios en línea. Incluso las plataformas que dan soporte a los servicios de emergencia europeos, como el número universal 112, deben garantizar la accesibilidad. El calendario para adoptar la Ley Europea de Accesibilidad está claramente definido. A partir del 28 de junio de 2025, todos los productos y servicios digitales nuevos deben cumplir con los estándares establecidos por la EAA desde su lanzamiento. Para productos y servicios existentes, el plazo se extiende hasta el 28 de junio de 2028, salvo que se realicen mejoras significativas después de junio de 2025, en cuyo caso la conformidad debe ser inmediata.
Cabe destacar que las pequeñas empresas con menos de diez empleados o ventas anuales inferiores a 2 millones de euros están exentas, aunque puede haber excepciones si demostrar cumplimiento supone una carga desproporcionada. Es importante resaltar que la EAA es una directiva europea, no un reglamento, lo que implica que cada país miembro debe transponerla a su legislación nacional. Esta traducción puede generar diferencias en la implementación y supervisión, incluyendo las multas, inspecciones y requerimientos documentales. En países como los Países Bajos, la ley ha sido integrada a la regulación nacional y distintas autoridades reguladoras supervisan sectores específicos. Por ejemplo, la Autoridad para los Mercados Financieros vigila el cumplimiento en servicios financieros, la Autoridad para Consumo y Mercados supervisa el comercio electrónico, y otras entidades se encargan del transporte, medios de comunicación y servicios digitales de comunicación.
Para las empresas que operan en varios países de la Unión Europea, el desafío reside en estar al tanto de las particularidades de cada legislación local para asegurar el cumplimiento adecuado y evitar sanciones. Esto implica un monitoreo constante y una gestión legal que integre la normativa europea con las regulaciones nacionales. Las exigencias de accesibilidad bajo la EAA están definidas funcionalmente en el Anexo I de la directiva. Esto quiere decir que la ley establece resultados deseados acerca de la usabilidad para las personas con discapacidad, sin dictar métodos técnicos específicos. Para los productos, se exige que sean perceptibles, operables, comprensibles y robustos para interactuar con tecnologías de asistencia, incluyendo ayudas para la visión, el oído o la motricidad.
Los productos deben contar con características como un contraste adecuado, textos alternativos para imágenes, posibilidades de navegación mediante teclado o control por voz, estructuras consistentes y mensajes claros en caso de errores, además de compatibilidad con lectores de pantalla y otros dispositivos. También se contemplan aspectos físicos, como embalajes accesibles e instrucciones que puedan ser usadas por cualquiera. En lo que respecta a servicios digitales, los requerimientos se aplican a toda la experiencia del usuario, desde la accesibilidad en formularios digitales, procesos de pago, mensajes de confirmación y la navegación general. Asimismo, la oferta de soporte debe contemplar comunicaciones en tiempo real que funcionen con tecnologías de asistencia y la disponibilidad de documentación en formatos accesibles, por ejemplo PDFs etiquetados o instrucciones en audio. Aunque la EAA no fija estándares técnicos específicos en el texto legal, el cumplimiento puede demostrarse siguiendo normas europeas armonizadas.
La principal norma en vigor es la EN 301 549, que establece criterios técnicos basados en las pautas WCAG 2.1 nivel AA para un amplio abanico de tecnologías como sitios web, apps móviles, software y hardware. Esta norma será actualizada en 2025 para alinearse con las directrices de la EAA y mejorar el apoyo a las organizaciones en su cumplimiento. Las obligaciones principales para los proveedores de servicios y productos incluyen cumplir con los estándares de accesibilidad, mantener documentación detallada y actualizada sobre accesibilidad, implementar procesos para asegurar la continuidad del cumplimiento conforme evolucione el producto o servicio, y reportar de forma adecuada cualquier incumplimiento o incidentes relacionados ante las autoridades competentes. Para quienes desarrollan aplicaciones móviles, el cumplimiento de la EAA exige un enfoque integral y sostenible.
No basta con hacer la app accesible en un momento puntual; es necesario incorporar la accesibilidad en todo el ciclo de vida del desarrollo y mantenimiento. Esto implica evaluar el estado actual de la accesibilidad de la aplicación, llevar a cabo auditorías profesionales y pruebas exhaustivas para detectar barreras, y luego formar al equipo de desarrollo en mejores prácticas y normativas. Integrar controles de accesibilidad en procesos internos, como en los ciclos de pruebas, gestión de tareas y revisiones internas, permite que estos requisitos se mantengan prioritarios y se vuelvan parte natural de la cultura de desarrollo. Además, la implementación de pruebas automatizadas complementadas con testeo manual ayuda a mantener la calidad y detectar regresiones. La documentación transparente y detallada sobre las características accesibles de la app, limitaciones conocidas y planes de mejora continua es fundamental no solo para cumplir con la ley, sino para generar confianza entre los usuarios y facilitar la coordinación interna.