El viaje hacia el autodescubrimiento es una experiencia que muchos anhelan, un camino que a menudo se pinta como una travesía mística hacia la realización personal. Sin embargo, la realidad puede ser muy diferente de las expectativas. Esta es la historia de Simone Landis, una mujer de 29 años que decidió abandonar su trabajo en Meta, la gigante tecnológica, y viajó a Bali, buscando un renacer espiritual. Pero, en lugar de hallar claridad, encontró confusión, y dos meses después, su viaje la llevó de regreso a la casa de sus padres. Simone Landis había trabajado en el departamento de seguridad global de Meta desde 2019, organizando una gran variedad de eventos: desde fiestas navideñas hasta reuniones de accionistas.
Su trabajo era dinámico y emocionante, un entorno que la mantenía activa y motivada. Sin embargo, la llegada de la pandemia transformó por completo su rol. Con el confinamiento, los eventos presenciales fueron cancelados y su trabajo se redujo a análisis de datos, un cambio que disminuyó su pasión por el puesto. "Después de dos años, el peso del descontento comenzó a ser abrumador", comparte Simone. Aunque disfrutaba de la seguridad que le ofrecía su sueldo y su posición en una de las empresas más importantes del mundo, sabía que necesitaba un cambio.
A medida que pasaba el tiempo, su deseo de renovación personal se hacía más fuerte. Fue entonces, en el otoño de 2022, cuando tomó la decisión de abandonar su trabajo. Con dos años de ahorros, incluido un fondo exclusivo de $5,000 para viajar, reservó un vuelo a Bali, un destino conocido por su naturaleza exuberante y su ambiente espiritual. Simone soñaba con una experiencia similar a la de "Comer, Rezar, Amar", donde podría encontrar respuestas a sus interrogantes sobre su vida y carrera. A su llegada a Bali, todo parecía perfecto.
Las imágenes que había visualizado se materializaban en realidad: un entorno de verdes paisajes, comida vegana deliciosa, clases de yoga diarias y una comunidad de nómadas digitales. Sin embargo, lo que inicialmente pensó que sería una oportunidad de reconexión con su verdadero yo pronto comenzó a desmoronarse. La isla estaba más comercializada de lo que había imaginado, con una atmósfera que favorecía a los turistas, y no al viaje introspectivo que había esperado. Simone se encontró sola en un lugar lleno de personas, luchando contra la ansiedad social. A pesar de las múltiples oportunidades de socializar y crear contenido para su red social, se sintió abrumada y paralizada.
"Puse mucha presión sobre mí misma para que este viaje fuera significativo, y eso solo me llevó a una mayor confusión", admite. Su deseo de encontrar algo que la guiara en la vida se convirtió en una batalla interna que la llevó a la reflexión, en lugar de la clarificación que había anticipado. Volviendo a casa tras dos meses en Bali, Simone se dio cuenta de que su viaje había resultado en una profunda lucha personal. El regreso a la casa de sus padres fue un golpe de realidad. Aunque sus padres no estaban allí durante todo el año, ocupar su antigua habitación le pareció un retroceso en su vida.
"Fue humillante. Había dejado todo para encontrarme a mí misma, y el único lugar al que regresé fue a mi habitación de la infancia", reflexiona. Sin embargo, este regreso a sus raíces resultó ser también una oportunidad para la introspección. En ese espacio familiar, Simone comenzó a redescubrir quién era realmente. Mientras revisaba sus recuerdos, entendió que la niña que había vivido allí tenía sueños y aspiraciones.
Este viaje al pasado la ayudó a reconsiderar lo que realmente anhelaba de su futuro. "Me di cuenta de que podía correr y viajar todo lo que quisiera, pero siempre tendría que volver a mí misma", dice. Durante su estancia en casa, Simone tomó la decisión de continuar trabajando de manera parcial en la agencia de planificación de eventos donde había estado laborando los fines de semana. Este trabajo la reconectó con la pasión que había olvidado, y poco a poco comenzó a dejar de lado la ansiedad que había sentido en Bali. A través de su persistencia, incluso logró conseguir una promoción, una señal de que estaba volviendo a encontrar su lugar en el mundo laboral.
Sintiéndose más segura y decidida, Simone ahora está planeando obtener su formación como instructora de yoga. Está emocionada por fusionar su experiencia en planificación de eventos con su amor por la enseñanza del yoga, y está considerando liderar retiros de yoga internacionales, quizás incluso regresar a Bali para hacerlo. Esta planificación ha comenzado a crear una nueva visión de su futuro, un futuro donde puede combinar sus pasiones en un solo camino. La vida en casa de sus padres, aunque no era lo que imaginaba a 29 años, se ha convertido en un espacio donde puede encontrar estabilidad mientras da pasos hacia su independencia económica. En un mundo donde muchos jóvenes se enfrentan a desafíos similares tras la pandemia, su viaje es un recordatorio de que no hay un camino único para el autodescubrimiento.
Volver a las raíces no es un signo de fracaso, sino una parte esencial de la experiencia de crecer. Simone no tiene arrepentimientos sobre su experiencia en Bali. Pero ahora comprende que sus expectativas eran poco realistas. "Tenía la idea de que podía irme de vacaciones y encontrarme a mí misma. Pero, al final, lo que realmente necesitaba era tiempo para estar sola, sin importar el lugar donde estuviera", reflexiona.
Hoy, Landis está escribiendo un nuevo capítulo en su vida, uno donde se siente más alineada con sus pasiones y aspiraciones. Con una visión renovada y una carrera en crecimiento por delante, Simone se siente optimista sobre lo que vendrá. Está lista para abrazar el futuro, esperando que su historia inspire a otros a buscar su propio camino, recordando que, a veces, el viaje hacia uno mismo es más complicado de lo que parece, pero también es profundamente transformador.