El mercado del oro está experimentando un período de alta volatilidad y firmeza, con los precios alcanzando niveles cercanos a sus máximos históricos. Este fenómeno responde a una confluencia de factores económicos, políticos y financieros que han reforzado el atractivo del oro como activo refugio en un contexto global de incertidumbre. En Vietnam, por ejemplo, el precio del oro refleja estas tendencias internacionales, subiendo notablemente y acercándose a su récord histórico local en taeles, una medida tradicional que equivale a 37.5 gramos. La cotización diaria del oro, tanto en barra como en forma de joyería, muestra incrementos significativos, con un auge registrado incluso en el rango del 1.
7% en pocas horas, situándose en torno a los 101.9 millones de dongs por tael para las barras y casi alcanzando los 102 millones de dongs para los anillos. En el plano global, el avance en el precio del oro está estrechamente vinculado a varias dinámicas macroeconómicas. La entrada en vigor de los aranceles recíprocos impuestos por Estados Unidos, que incluyen una sobretasa del 104% sobre ciertos productos provenientes de China, ha despertado temores generalizados sobre la intensificación de una guerra comercial. Este clima de tensión entre las dos mayores economías del mundo genera incertidumbre sobre el crecimiento económico y aumenta la volatilidad en los mercados financieros.
Ante este panorama, los inversores suelen buscar activos considerados “seguros” o de refugio, entre los que el oro siempre ocupa un lugar preferente. Además de la guerra comercial, el dólar estadounidense ha sufrido una leve depreciación que contribuye a la apreciación del oro. La disminución en el valor del dólar hace que el precio del oro, fijado en esta moneda, sea más accesible para compradores internacionales, aumentando la demanda global. Según datos recientes, el índice del dólar mostró una caída cercana al 0.4%, ajustando las señales de los mercados financieros y validando la fuerza del metal precioso.
Las perspectivas para las políticas monetarias también juegan un papel significativo en la evolución del oro. Numerosos analistas, como el experto de UBS Giovanni Staunovo, apuntan a una inminente serie de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos. La probabilidad estimada por casi el 60% de los traders de que los ajustes bajistas comiencen ya en mayo refuerza el atractivo del oro. Esto se debe a que el oro no genera rendimiento por intereses, por lo que un entorno de tasas bajas reduce el costo de oportunidad de mantenerlo, impulsando así la demanda. En el transcurso del año 2025, el precio spot del oro acumuló un salto superior a los 400 dólares por onza, reflejando un aumento sostenido que llegó a alcanzar un récord de 3,167.
57 dólares la onza en los primeros días de abril. Esta tendencia alcista se traduce en precios locales, como en Vietnam, donde las cotizaciones han mostrado una marcada subida en las últimas semanas, consolidando una sensación de mercado alcista entre compradores e inversores. No solo se trata de movimientos técnicos de mercado, sino de un contexto económico más amplio. La posible desaceleración económica que puede desencadenar la guerra comercial, la incertidumbre sobre los futuros movimientos de los bancos centrales y la constante fluctuación del dólar están entrelazados en un escenario global complejo, donde el oro funciona como un indicador y reserva de valor. Estos patrones se reflejan en la subida del precio del oro a nivel regional y nacional.
En paralelo a las fuerzas globales, la dinámica local dentro de Vietnam también tiene particularidades que alimentan la demanda. Históricamente, el oro ha sido visto por la población y los inversores vietnamitas como una estrategia para preservar capital ante la volatilidad económica y las fluctuaciones monetarias. La cotización en taeles que se utiliza en el país le da al mercado una referencia tradicional con raíces culturales profundas, y el aumento reciente en las ventas de barras y joyería sostiene la percepción del oro como un activo tangible y seguro. Más allá del contexto económico y financiero, el mercado del oro se ve influenciado por factores geopolíticos y la percepción general de riesgo. Situaciones como las tensiones políticas internacionales, las disputas comerciales y las amenazas de recesión derivan en una búsqueda de estabilidad que beneficia directamente al metal precioso.
El presente año ha estado marcado por decisiones regulatorias y políticas que avivan estas preocupaciones y estimulan la compra de oro como seguro ante la volatilidad. Es importante destacar que el aumento del precio del oro también tiene implicaciones concretas para la economía real. En países como Vietnam, donde una gran parte de la población utiliza el oro como reserva personal de valor y para ocasiones especiales, el alza sostenida puede afectar tanto a consumidores como a comerciantes. Por un lado, eleva el valor de activos que poseen los hogares, pero por otro, puede encarecer la compra para nuevos inversores o demandantes finales, especialmente en un contexto de salario promedio limitado. La actividad comercial también se adapta a esta realidad, con comerciantes y joyeros ajustando sus estrategias de venta.
La incertidumbre sobre la evolución a corto y mediano plazo lleva a una vigilancia constante del mercado y a una gestión prudente de inventarios para evitar pérdidas o exceso de stock en fases potencialmente bajistas. Al mismo tiempo, algunos inversores minoristas y grandes fondos institucionales aprovechan etapas de debilidad para incrementar sus tenencias en oro, potenciando su papel como activo de diversificación en carteras. De cara al futuro, los expertos anticipan que el precio del oro podría alcanzar incluso los 3,200 dólares por onza en los próximos meses, impulsado por la persistencia de los factores que hoy le dan soporte. Este pronóstico está condicionado a eventos como el desarrollo de las negociaciones comerciales internacionales, la respuesta de los bancos centrales a presiones inflacionarias y la evolución del dólar globalmente. En particular, una caída más pronunciada del dólar o una agravación en tensiones comerciales resultaría en un alza adicional del oro.