El reciente fallo del Tribunal Fiscal de los Estados Unidos en el caso de YA Global Investments, LP contra el Comisionado ha puesto de relieve las complejidades y las exigencias probatorias relacionadas con la defensa de una supuesta confianza en profesionales fiscales. Este caso no solo es un recordatorio crucial para los contribuyentes sobre la importancia de la diligencia debida al utilizar servicios de asesoramiento fiscal, sino que también ofrece lecciones sobre cómo se debe presentar evidencia para respaldar dicha defensa, especialmente en el contexto de las sanciones fiscales. El concepto de "causa razonable" se presenta frecuentemente como una defensa ante las sanciones fiscales civiles. Básicamente, un contribuyente puede argumentar que su falta de cumplimiento con las obligaciones fiscales fue razonable dada su intención de actuar con cuidado y prudencia en sus asuntos fiscales. Sin embargo, el tribunal ha dejado claro que esta causa razonable no se establece simplemente por involucrar a un profesional tributario en la preparación de una declaración de impuestos; de hecho, la defensa de confianza profesional se basa en criterios específicos que deben cumplirse para ser válida.
En el caso en cuestión, el tribunal identificó tres requisitos esenciales para que un contribuyente pueda alegar de manera efectiva la defensa de confianza en un profesional: primero, el profesional debe tener la competencia y la experiencia suficientes para justificar dicha confianza; segundo, el contribuyente debe haber proporcionado al profesional la información correcta y necesaria para que este pudiera brindar asesoría adecuada; y tercero, el contribuyente debe haber confiado de buena fe en el consejo y el juicio del profesional. Estos criterios, conocidos como los factores Neonatology, constituyen la base sobre la cual se determinará si se ha cumplido el estándar de causa razonable. En el otoño de 2023, el Tribunal Fiscal decidió a favor de la posición de la IRS, considerando que YA Global falló en su intento de establecer su defensa de confianza profesional al no presentar suficientes evidencias que respaldaron sus alegaciones. El tribunal determinó que, si bien la firma contable de YA Global había proporcionado asesoría, la falta de evidencia clara respecto a cuándo el socio del fondo de inversión supo de la supuesta mala praxis de su firma contable creó un obstáculo insalvable para su defensa. Desde el inicio de la relación profesional, YA Global había solicitado la asistencia de un bufete de abogados y una firma contable para la preparación de sus declaraciones de impuestos.
Las dificultades surgieron cuando, posteriormente, YA Global presentó una demanda por mala praxis contra la firma contable. La existencia de esta demanda se volvió crucial para la argumentación del tribunal. A pesar de que la firma contable afirmaba que había aconsejado correctamente a YA Global en cuanto a no estar involucrada en un negocio estadounidense, el tribunal observó que no se presentó evidencia alguna sobre el momento en que la empresa había tomado conocimiento de la mala praxis. El fallo del tribunal subraya un principio fundamental: el hecho de presentar una defensa basada en la confianza en un profesional no es suficiente. La carga probatoria recae en el contribuyente, quien debe demostrar de manera concluyente que los criterios establecidos se cumplen.
En YA Global, no pudo presentar información que desvirtuara la posibilidad de que hubiera conocido las fallas de su asesoría antes de presentar sus declaraciones fiscales. Este caso resalta la importancia de mantener una comunicación clara y un seguimiento constante con los profesionales fiscales; no solo para asegurarse de que se sigan procedimientos adecuados, sino también para documentar cualquier interacción y asesoramiento recibido. La falta de registros adecuados y de evidencia puede llevar a resultados adversos, como se vio en este caso específico. Además, el tribunal examinó la acción del bufete de abogados involucrado. Es notable que la firma legal no había emitido una opinión formal sobre la situación fiscal de YA Global en relación con su supuesta actividad comercial en los EE.
UU. Esto resaltó aún más que la defensa no podía apoyarse estúpidamente en una supuesta confianza en una firma que claramente no había proporcionado asesoría directa sobre la materia central de la disputa. Los contribuyentes deben tener presente que el hecho de contratar a un profesional no los exime automáticamente de responsabilidad. Un error común es suponer que la mera contratación de un profesional competente garantiza la absolución de cualquier falta de cumplimiento. Las decisiones del Tribunal Fiscal son indicativas de una carga de prueba robusta y exigente que los contribuyentes deben cumplir si desean evitar sanciones.
El caso de YA Global también lanza una advertencia sobre la importancia de la debida diligencia al elegir una firma contable o de abogados; es importante no solo confiar en sus credenciales, sino asegurarse de que el profesional elegido tenga la experiencia y los conocimientos necesarios para abordar la situación fiscal delineada. Además, este caso pone de relieve el hecho de que, cuando se trata de asuntos fiscales, no basta con recurrir a la autoridad profesional en caso de errores. Los contribuyentes deben ser proactivos, asegurándose de que están bien informados de sus obligaciones fiscales y de las implicancias de las decisiones que tomen en sus declaraciones de impuestos. En resumen, el fallo del Tribunal Fiscal en el caso de YA Global Investments se erige como una lección en el ámbito de la defensa de confianza profesional, resaltando la importancia de satisfacer los requisitos establecidos y de mantener la documentación adecuada. Esta decisión no solo afecta a YA Global, sino que debería resonar entre todos los contribuyentes que buscan protegerse de sanciones fiscales al depender de una asesoría profesional.
Al final del día, el cuidado y la prudentia en la gestión fiscal son responsabilidad última del contribuyente, y no pueden delegarse completamente a terceros.