El error de seguimiento es un término que ha cobrado gran relevancia en el mundo de las inversiones y la gestión de activos, especialmente en el contexto de fondos de inversión, fondos cotizados en bolsa (ETFs) y otros vehículos de inversión que intentan replicar el rendimiento de un índice de referencia. En este artículo, exploraremos en detalle qué es el error de seguimiento, los factores que pueden afectarlo y proporcionaremos ejemplos concretos para ilustrar su significado. La definición de error de seguimiento se refiere a la divergencia en el comportamiento de precios de un fondo o cartera en comparación con un índice de referencia. Esta medida es fundamental para los inversores que buscan evaluar el rendimiento de sus inversiones en relación con sus expectativas. Un error de seguimiento bajo indica que el fondo está replicando eficientemente el rendimiento del índice, mientras que un error alto puede sugerir que el gestor del fondo está adoptando un enfoque más activo, con posibles riesgos adicionales.
Desde el punto de vista de un inversor, el error de seguimiento puede proporcionar información valiosa sobre la competencia y efectividad de un gestor de fondos. Por ejemplo, si un gestor presenta un bajo rendimiento promedio pero tiene un alto error de seguimiento, esto podría ser una señal de advertencia de que la estrategia de inversión no está funcionando como se esperaba. En cambio, un bajo error de seguimiento combinado con un rendimiento adecuado sugiere que el fondo está cumpliendo su objetivo de imitar al índice. Uno de los métodos más comunes para calcular el error de seguimiento es mediante la desviación estándar de las diferencias entre los rendimientos del fondo y los del índice de referencia. Esto implica observar una serie de rendimientos de ambos durante un período determinado y calcular la variación.
Por ejemplo, si un fondo y su índice de referencia presentan rendimientos anuales, se pueden analizar las diferencias en esos rendimientos y determinar la variación estándar de estas diferencias para encontrar el error de seguimiento. Sin embargo, el error de seguimiento no se ve afectado solo por las decisiones del gestor o la estructura del fondo. Existen varios factores que pueden influir en esta medida. Primero, las comisiones de gestión son un aspecto crucial que puede impactar el valor neto de los activos (NAV) de un fondo, diluyendo los rendimientos comparativamente con el índice. Fondos con ratios de gastos elevados tienden a tener errores de seguimiento más pronunciados, ya que estos costos repercuten en el rendimiento.
Además de las comisiones, la conformación de la cartera en relación con el índice también juega un papel importante. Muchos fondos buscan replicar un índice utilizando solo una muestra representativa de valores, lo que puede dar lugar a discrepancias. La falta de coincidencia en las ponderaciones de los activos en la cartera comparada con el índice puede resultar en variaciones significativas en el rendimiento. Otro factor que puede aumentar el error de seguimiento son los valores ilíquidos o poco negociados. Cuando un fondo compra o vende un activo que no se negocia con frecuencia, puede haber una discrepancia notable entre el precio de mercado y el precio efectivo de compra o venta, lo que puede complicar aún más la capacidad del fondo para replicar los movimientos del índice de referencia.
La volatilidad del índice en sí, también puede representar un riesgo adicional en la medición del error de seguimiento. Índices más volátiles pueden llevar a mayores discrepancias, mientras que índices más estables tienden a ofrecer errores de seguimiento más bajos. De hecho, los ETFs de sectores, internacionales o de dividendos frecuentemente presentan errores de seguimiento absolutos más altos en comparación con ETFs que siguen índices amplios de acciones o bonos. Además, la existencia de primas y descuentos sobre el valor neto de los activos puede ser otro factor que impacte el error de seguimiento. Los ETFs pueden cotizar a precios superiores o inferiores a su NAV, y aunque estos desvíos son relativamente raros, pueden ocurrir, especialmente en ETFs que no son suficientemente líquidos.
Un participante autorizado en el mercado puede arbitrar estas diferencias, pero durante ciertos períodos de alta volatilidad, los desvíos pueden persistir y afectar el rendimiento general del fondo. Los procesos de optimización también pueden desempeñar un papel singular en el error de seguimiento. Cuando los proveedores de ETFs se enfrentan a valores poco negociados en un índice, a menudo utilizan una muestra de activos más líquidos, lo que puede distorsionar la capacidad del fondo para replicar el índice en su totalidad, aumentando el error de seguimiento. Otro fenómeno que con frecuencia se pasa por alto es el arrastre de efectivo, un problema común en los ETFs. Dado que los índices no tienen tenencias de efectivo, pero los ETFs con frecuencia mantienen efectivo en sus carteras, el retraso entre la recepción y la reinversión de ese efectivo puede resultar en un rendimiento inferior al del índice.
Este arrastre es especialmente notable en fondos de dividendos con altos rendimientos. Los cambios en el índice también pueden contribuir al error de seguimiento. Cuando un índice se actualiza, los ETFs deben ajustar su cartera en consecuencia, lo que puede incurrir en costos de transacción y no siempre refleja perfectamente los precios del nuevo índice en tiempo real. Adicionalmente, las distribuciones de ganancias de capital pueden ser una fuente de discrepancias en el rendimiento. A pesar de que los ETFs son generalmente más eficientes en términos fiscales que los fondos mutuos, pueden verse obligados a distribuir ganancias de capital, lo que puede resultar en un rendimiento diferente en comparación con el índice en un contexto después de impuestos.
También se puede observar que algunas firmas de ETFs intentan mitigar los errores de seguimiento a través de prácticas de préstamo de valores, donde los fondos prestan sus tenencias a otras entidades a cambio de tarifas que pueden ser utilizadas para reducir el error. Finalmente, el análisis del error de seguimiento puede ser útil no solo para evaluar el desempeño pasado de un fondo o ETF, sino también para predecir cómo podría comportarse en el futuro. Dos métodos principales se utilizan en este sentido: el error de seguimiento ex post (realizado) y el error de seguimiento ex ante (previsto). El primero se basa en datos históricos y ofrece una imagen clara de cómo un fondo ha seguido su índice en el pasado, mientras que el segundo utiliza modelos predictivos para estimar divergencias futuras. En conclusión, el error de seguimiento es una medida crucial para cualquier inversor que busque evaluar la efectividad de sus estrategias de inversión que impliquen índices.
Comprender los factores que influyen en el error de seguimiento permite a los inversores tomar decisiones más informadas sobre sus asignaciones de activos y la selección de fondos. Con la creciente popularidad de los ETFs y otros vehículos de inversión que buscan replicar un índice, conocer el error de seguimiento se vuelve aún más esencial en el entorno actual de inversión.