Ethereum, la segunda criptomoneda más importante después de Bitcoin, se encuentra nuevamente en una encrucijada crítica que podría definir su dirección de precio en los próximos meses. Tras un periodo marcado por una tendencia bajista prolongada desde principios de 2025, el nivel de $1,550 se ha convertido en un punto clave de soporte que, según recientes análisis técnicos y fundamentales, está en riesgo de romperse, abriendo la puerta a una nueva caída significativa para ETH. El análisis técnico de Ethereum revela que la criptomoneda ha estado atrapada en un movimiento descendente con una serie continua de máximos y mínimos cada vez más bajos, lo que denota una clara presión vendedora predominante. A principios de abril, ETH logró un rebote significativo del 20.5%, pasando de $1,385 a $1,670, generando un repunte temporal y un intento por mantener el soporte en $1,550.
Sin embargo, este esfuerzo por consolidar el nivel ha resultado insuficiente frente a la fortaleza de los vendedores. Un indicador relevante que refuerza esta visión es el OBV (On-Balance Volume), que muestra un descenso sostenido paralelo al precio, señalando que el volumen de venta supera al de compra de manera constante. Esto implica que los compradores no están mostrando suficiente fortaleza para cambiar el rumbo bajista. Asimismo, el RSI (Relative Strength Index) se encuentra por debajo del nivel neutral de 50, confirmando un momentum negativo y una probabilidad alta de que la presión de venta continúe dominando el mercado. Además de los indicadores técnicos, el comportamiento de los grandes poseedores de Ethereum, conocidos como 'ballenas', genera preocupaciones adicionales.
Se ha observado una tendencia de estas entidades a liquidar sus posiciones, aumentando la oferta en el mercado y contribuyendo a la presión descendente sobre el precio de ETH. Este factor, sumado a la incertidumbre regulatoria, genera un ambiente de pesimismo que se refleja en la evolución del precio. En particular, la decisión pendiente de la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC) respecto a la aprobación de un ETF vinculado a staking y a la redención en especie ha sido aplazada hasta junio de 2025. Esta demora añade incertidumbre al mercado ya que un ETF podría aumentar significativamente la demanda institucional. Su postergación genera desconfianza, castigando el sentimiento y, por ende, el precio.
Adicionalmente, un elemento disruptivo que podría afectar no solo a Ethereum sino al ecosistema blockchain en general es el auge de la inteligencia artificial. Con el avance acelerado de esta tecnología, existen preocupaciones sobre la centralización del poder y cómo nuevas soluciones descentralizadas podrían enfrentarse a esta competencia tecnológica. El impacto de esta tendencia podría erosionar la confianza y el interés por sistemas descentralizados como Ethereum en el largo plazo. El mapa de liquidación, una herramienta que muestra las zonas de presión por apalancamiento alto, refuerza la perspectiva bajista en el corto plazo. Indica que los niveles de liquidación más fuertes y cercanos se encuentran entre los $1,515 y $1,575, lo que generaría un efecto de arrastre para que el precio caiga hacia esos puntos.
Solo una absorción eficiente de esta liquidez podría generar un rebote momentáneo, pero sin una fortaleza compradora sólida, este respiro sería efímero. Si Ethereum pierde el soporte en $1,550, el próximo objetivo técnico podría ser la zona de $1,275, donde se espera la presencia de otro nivel de soporte clave que podría detener la caída y proporcionar cierta estabilidad. Para que ETH pueda revertir esta tendencia y aspirar a recuperar su estructura alcista, los compradores necesitarían impulsar el precio por encima del último máximo local de $1,957 logrado en abril, algo que actualmente parece improbable dada la situación actual del mercado. En resumen, el panorama técnico y fundamental para Ethereum en 2025 presenta una situación delicada. El $1,550, un nivel que había funcionado como un pilar durante la recuperación del mercado bajista de 2023, ahora está en peligro, reflejando un debilitamiento evidente en el apoyo comprador.