Las negociaciones laborales entre los trabajadores sindicalizados de Starbucks y la compañía han entrado en una fase de tensión considerable tras el rechazo mayoritario de una propuesta de aumento salarial. En abril de 2025, los representantes sindicales de más de 550 establecimientos de Starbucks en Estados Unidos votaron unánimemente en contra de una oferta que contemplaba un incremento de salario anual mínimo del 2%. Este rechazo marcó un punto álgido en las conversaciones, evidenciando la creciente insatisfacción de los empleados con la estructura actual de remuneración y beneficios ofrecidos por la cadena estadounidense. En términos económicos, los baristas sindicalizados en Starbucks en Estados Unidos reciben en promedio un salario por hora que supera los 19 dólares. Cuando se combinan este salario con los beneficios adicionales que ofrece la empresa, como seguros de salud y otros incentivos, la compensación total para estos trabajadores se aproxima a los 30 dólares por hora.
Sin embargo, esta realidad no ha sido suficiente para satisfacer las demandas de los empleados, quienes argumentan que la oferta actual no responde adecuadamente a sus necesidades económicas ni a las condiciones cambiantes del mercado laboral. La propuesta del incremento del 2% fue considerada insuficiente no solo por el bajo porcentaje de aumento, sino también porque no se abordaron elementos cruciales como la revisión de los beneficios económicos relacionados con la salud y tampoco se ofreció un aumento inmediato en los salarios. Esta situación generó descontento entre los delegados sindicales y, por extensión, en la base laboral de Starbucks, que buscaba una mejora tangible y rápida en sus retribuciones. La decisión de rechazar la oferta contó con un respaldo mayoritario del 81% entre los aproximadamente 490 negociadores baristas que representan a los trabajadores en las ubicaciones sindicalizadas. La fuerza de este rechazo unánime envía un mensaje claro a la empresa: los trabajadores buscan que sus demandas sean tomadas en serio para garantizar un nivel de vida más justo y acorde con sus esfuerzos diarios.
Desde el lado sindical, Starbucks Workers United expresó abiertamente su insatisfacción a través de un comunicado publicado en la plataforma X, en el que indicaron que aunque se habían alcanzado acuerdos provisionales en varios temas clave durante las negociaciones, la oferta más reciente de la compañía era simplemente "NO SUFICIENTE". Este tipo de declaraciones refleja no solo un desacuerdo en términos salariales, sino también una tensión subyacente sobre cómo las partes se están comunicando y negociando. Por su parte, Starbucks respondió a la votación con un comunicado crítico hacia el sindicato. La empresa sugirió que la presentación de propuestas contractuales incompletas y específicas para cada tienda por parte del sindicato podría estar dificultando el progreso hacia un acuerdo mutuo y más amplio. Starbucks defendió su posición asegurando que ofrece uno de los paquetes remunerativos y de beneficios más completos en el sector minorista y que sus costos laborales en relación con las ventas son significativamente más altos que los de otros competidores.
La empresa enfatizó que ha invertido consistentemente en beneficiar a sus empleados a lo largo de los años y sostuvo que cualquier acuerdo final debe reflejar esta realidad, argumentando que proporcionan "el mejor trabajo en el sector minorista". Starbucks manifestó además su esperanza de alcanzar un contrato aceptable a través del compromiso productivo y el diálogo respetuoso, señalando que un Starbucks próspero beneficiaría a todos sus socios y empleados. Este escenario de negociación no se da en aislamiento, pues Starbucks también enfrenta una demanda civil reciente relacionada con su cadena de suministro. En abril de 2025, se presentó una demanda que acusa a ciertas fincas proveedoras de café en Brasil de prácticas laborales cercanas a la esclavitud. Ocho personas alegan haber sido víctimas de trata y trabajo forzado en granjas que suministran granos etiquetados como "de origen ético" a Starbucks.
Michelle Burns, vicepresidenta ejecutiva global de café y sostenibilidad de Starbucks, calificó estas acusaciones como infundadas y manifestó la intención de la empresa de defender vigorosamente su posición. Indicó que las denuncias tergiversan y malinterpretan la cadena de suministro de café de Starbucks, evidenciando otro frente de controversias que enfrenta la empresa mientras lidia con las negociaciones laborales. En el contexto del mercado minorista y la economía laboral actual, la disputa en Starbucks subraya un fenómeno mayor sobre la renegociación de las condiciones laborales en empresas que se han beneficiado del crecimiento del sector de servicios. Los trabajadores buscan mejorar no solo sus salarios, sino condiciones integrales que incluyan seguridad social, beneficios médicos, jornadas laborales justas y una remuneración acorde con el costo de vida creciente y la inflación. La votación para rechazar el aumento del 2% es reflejo de una transformación en el poder y la voz de los empleados a nivel nacional.
La sindicalización en Starbucks ha sido un proceso notable, llevando a la cadena de cafeterías a enfrentar nuevos desafíos en la forma de gestionar las relaciones laborales. Este fenómeno ha forzado a la compañía a replantear sus estrategias, ya no centradas exclusivamente en la rentabilidad sino también en responder a demandas de justicia social y económica. Además, la cobertura mediática nacional e internacional sobre estas negociaciones ha puesto en el foco público la importancia de los derechos laborales y el respeto hacia los trabajadores en cadenas globales. El rechazo al aumento ofrecido manda un mensaje a otras compañías en el sector sobre la necesidad de revisar sus políticas de compensación y beneficios para evitar conflictos y mantener relaciones laborales saludables. Para los consumidores, estas disputas laborales también tienen un impacto indirecto, ya que el clima organizacional y la satisfacción laboral influyen en la calidad del servicio y la experiencia en puntos de venta.