Desde la levantamiento de la prohibición sobre el uso de criptomonedas a finales de junio, Bolivia ha visto un aumento notable del 100% en el comercio de activos virtuales. Esta evolución ha captado la atención tanto a nivel nacional como internacional, marcando un punto de inflexión en la regulación financiera del país. La prohibición de 42 meses, impuesta por el Banco Central de Bolivia en 2014, había mantenido a las criptomonedas fuera del alcance del público y de las instituciones financieras. Sin embargo, al permitir que bancos y otras entidades financieras realizaran transacciones con activos digitales, el Banco Central no solo ha reabierto las puertas al comercio de criptomonedas, sino que también ha alentado a muchas más personas a participar en este campo emergente. A partir de julio de 2024, el volumen promedio de transacciones mensuales en criptomonedas alcanzó los 15.
6 millones de dólares, lo que representa un incremento del 105% en comparación con los 18 meses anteriores. La cifra total de transacciones en los últimos tres meses alcanzó los 48.6 millones de dólares, más que en los seis meses previos a la anulación de la prohibición. Este creciente interés en las criptomonedas ha sido impulsado principalmente por las transacciones de stablecoins, que son activos digitales diseñados para minimizar la volatilidad de precios y están vinculados a activos tradicionales como el dólar estadounidense. El presidente interino del Banco Central de Bolivia, Edwin Rojas Ulo, ha expresado su entusiasmo por el desarrollo de la industria de criptomonedas en el país.
En una conferencia de prensa reciente, Rojas Ulo declaró que “el BCB está allanando el camino para el uso de criptoactivos en Bolivia. Nuestro país está dando pasos gigantes hacia un futuro económico con un mayor uso de instrumentos digitales accesibles”. Además, afirmó que la nueva regulación proporciona a la población una alternativa valiosa para realizar transferencias al extranjero y realizar pagos en comercio electrónico. Este positivo panorama se ha visto reflejado en un aumento del 141% en el número de transacciones con criptomonedas en los últimos tres meses en comparación con los seis meses anteriores. Seis instituciones financieras se registraron para ofrecer servicios de activos virtuales entre julio y agosto, lo que ha permitido a los bancos realizar transacciones con cripto a través de canales electrónicos aprobados.
Rojas Ulo sostiene que este avance permitirá a las empresas bolivianas participar más activamente en el comercio internacional. Además de la evolución en el comercio, el Banco Central ha incluido activos virtuales en su Programa de Educación Económica y Financiera, llevando a cabo 33 talleres en todo el país y alcanzando a más de 3,000 personas. Esto representa un esfuerzo significativo para educar a la población sobre las tecnologías financieras emergentes y su potencial impacto en la economía. A pesar del optimismo, también es necesario señalar los desafíos que enfrenta Bolivia en su camino hacia la adopción más amplia de las criptomonedas. La infraestructura para apoyar el uso de criptomonedas aún está en desarrollo, y muchas personas pueden no tener el conocimiento necesario para participar en estas nuevas tecnologías.
De hecho, la educación continua será crucial para garantizar que la población esté bien informada sobre cómo operar en este nuevo entorno financiero. En un contexto económico más amplio, Bolivia ha disfrutado de tasas de inflación bastante bajas en comparación con otros países de América Latina, con un 2.58% en 2023, lo que refleja estabilidad en su economía a pesar de las fluctuaciones en otras partes del continente. Sin embargo, el boliviano ha visto una disminución marginal del 2.4% en su poder adquisitivo frente al dólar estadounidense durante los últimos cinco años.
Este contexto económico proporciona un terreno fértil para la adopción de activos virtuales, que podrían ofrecer más opciones a los ciudadanos para proteger su poder adquisitivo y participar en un mercado global. A medida que más personas se involucran en el comercio de criptomonedas, las instituciones financieras de Bolivia también podrían beneficiarse de ingresos adicionales y oportunidades de negocio. La diversificación de las ofertas de servicios sería vital para mantener la competitividad en un entorno financiero en rápida evolución. Las entidades que se adapten más rápido a esta nueva realidad serán las que se posicionen mejor para liderar en el futuro económico del país. Sin embargo, hay un ángulo crítico a considerar: la regulación y la seguridad.
La volatilidad del mercado de criptomonedas es bien conocida y puede representar riesgos para los consumidores, especialmente aquellos que son nuevos en el espacio. Es imperativo que el Banco Central y otras instituciones gubernamentales desarrollen marcos regulatorios robustos que protejan a los inversores de posibles fraudes y aseguradoras que garanticen la seguridad de las transacciones. Con el tiempo, el futuro de las criptomonedas en Bolivia dependerá en gran medida de la capacidad del país para educar a su población, desarrollar la infraestructura necesaria y establecer regulaciones adecuadas que fomenten un entorno seguro para el comercio de activos virtuales. En conclusión, la decisión de Bolivia de levantar la prohibición de Bitcoin y otros activos digitales ha sido recibida con entusiasmo y promete abrir nuevas oportunidades para su economía. Con la regulación en su lugar y un creciente interés por parte de la población y las instituciones, el comercio de criptomonedas podría desempeñar un papel crucial en la evolución económica del país en los años venideros.
A medida que Bolivia avanza hacia un futuro más digital, la integración de activos virtuales no solo facilitará transacciones más eficientes y económicas, sino que también podría posicionar al país favorablemente en el escenario global, donde las tecnologías emergentes están cambiando rápidamente la forma en que hacemos negocios.