Ethereum (ETH), la segunda criptomoneda más importante del mercado, ha entrado recientemente en niveles de subvaloración frente a Bitcoin (BTC) que no se veían desde 2019. Esta situación, medida a través del ratio MVRV (relación entre valor de mercado y valor realizado), ha sido tradicionalmente una señal de compra definitiva para muchos analistas e inversores. Sin embargo, el último informe semanal de la plataforma de análisis on-chain CryptoQuant advierte que las circunstancias actuales son diferentes debido a una serie de desafíos fundamentales que podrían alterar el patrón histórico de recuperación de ETH. La proporción MVRV es una herramienta que sirve para detectar niveles de sobrevaloración o subvaloración en los activos digitales al comparar su valor de mercado con el valor que corresponde a monedas que han movido su base de costos. En ciclos anteriores, cuando ETH se encontraba en territorio de subvaloración extrema frente a BTC, se producían movimientos alcistas significativos que impulsaban grandes recuperaciones.
Por eso la reciente caída de ETH respecto a Bitcoin ha levantado muchas expectativas entre los inversores que esperan aprovechar una posible corrección al alza. No obstante, el análisis de CryptoQuant destaca que la actual subvaloración puede no ser el clásico punto óptimo de entrada. Uno de los factores clave que contrasta con ciclos previos es el agotamiento de la narrativa deflacionaria de Ethereum. Contrario a lo que se esperaba después de las actualizaciones previas, el suministro total de ETH ha alcanzado un nuevo máximo histórico, con 120.7 millones de tokens en circulación.
Esta expansión de la oferta se debe en parte a la reversión del mecanismo de quema de tokens tras la actualización Dencun de marzo de 2024, la cual redujo significativamente las comisiones por transacción y, con ello, el ritmo de quemas que solía equilibrar la inflación. Esta dinámica ha provocado un regreso de las presiones inflacionarias, una variable que tradicionalmente tiende a presionar a la baja el precio de los activos cuando la oferta crece rápidamente y la demanda no lo acompaña. La quema de tokens, mecanismo implementado para reducir la cantidad en circulación y mejorar la escasez, había sido un punto de venta importante para ETH que ahora parece estar debilitándose. Por si fuera poco, el informe destaca que la actividad on-chain en Ethereum ha mostrado una tendencia a la estabilización e incluso ligera caída en varias métricas clave desde 2021. Indicadores como la cantidad de transacciones y la cantidad de direcciones activas han disminuido.
Esta situación se relaciona con el desplazamiento del uso hacia redes Layer 2 (L2), que ofrecen mejoras significativas en escalabilidad y costes, pero a costa de diluir la demanda de espacio en la cadena base de Ethereum. Si bien estas soluciones L2 son valiosas para la adopción y usabilidad general, también erosionan el argumento de valor basado en la utilidad del token ETH para acceder y validar transacciones en la red principal. Otro elemento relevante en la valoración de Ethereum es la confianza institucional. En meses recientes, se ha observado una reducción en la cantidad de ETH apostados (staking), bajando de un máximo registrado en noviembre de 2024 de 35 millones a aproximadamente 34.4 millones, lo cual puede interpretarse como un signo de menor compromiso o confianza en la inversión a largo plazo.
Adicionalmente, los fondos cotizados en bolsa (ETF) que tienen exposición a ETH han registrado retiros importantes desde febrero del presente año, sumando una baja cercana a los 400,000 tokens en estas carteras gestionadas. Estos movimientos contrastan fuertemente con Bitcoin, que ha visto un aumento sostenido en la demanda institucional. BTC se beneficia de una oferta limitada y estable que atrae flujos de inversión a través de ETFs, así como por la percepción de ser un refugio digital ante la inflación general. Las dinámicas diferenciadas entre estas dos principales criptomonedas hacen que la comparación entre ETH y BTC sea fundamental para entender las oportunidades y riesgos. A pesar de estos desafíos y un contexto macro adverso, Ethereum logró una recuperación significativa a finales de la última semana reportada, impulsándose hasta cerca de los 2,400 dólares.
Este repunte superó ampliamente el avance de Bitcoin y el crecimiento promedio del mercado cripto. Parte de este impulso se relaciona con la exitosa implementación de la actualización Pectra el 7 de mayo, la cual introdujo mejoras relevantes como la abstracción de cuentas y optimizaciones en los mecanismos de staking a través de un paquete de 11 mejoras técnicas (EIPs). Sin embargo, los analistas indican que el impacto de Pectra podría ser limitado a corto plazo. La recuperación de ETH podría ser más lenta y compleja que en ciclos anteriores debido a la suma de los vientos en contra mencionados. La tradicional condición de subvaloración no garantiza un rebote fuerte ni rápido, sino que más bien representa una zona de riesgo que debe ser analizada con cautela.
En conclusión, la subvaloración de Ethereum frente a Bitcoin representa un escenario atípico en comparación con ciclos previos. Los inversionistas deben evaluar cuidadosamente los fundamentos subyacentes que están afectando el token. La inflación creciente en la oferta circulante, la disminución de la actividad directa en la cadena principal, y el menor entusiasmo institucional son factores que pueden impedir que ETH siga el curso alcista esperado de otras veces. Aunque existe potencial de recuperación apoyado en actualizaciones técnicas y movimientos del mercado, la incertidumbre y las particularidades del contexto actual aconsejan un enfoque prudente antes de considerar que la subvaloración es una señal clara de compra. Como toda inversión en activos digitales, se recomienda realizar una investigación propia y evaluar riesgos antes de tomar decisiones.
La historia de Ethereum es rica en evolución tecnológica y ciclos alcistas, pero el entorno actual muestra que no siempre los indicadores tradicionales serán suficientes para predecir movimientos inmediatos exitosos. La comprensión profunda de los múltiples factores que impactan su valoración será clave para navegar sabiamente en este mercado dinámico y en constante transformación.