La Oesterreichische Nationalbank (OeNB) ha lanzado una alarma que resuena en todas las economías de Europa: se espera una recesión en Austria para el año 2024. Esta información, presentada en una reciente previsión económica, no solo arroja luz sobre la situación económica del país, sino que también plantea una serie de interrogantes sobre el futuro que enfrenta la población y las empresas austriacas. En su informe, la OeNB revisó drásticamente sus expectativas para el Producto Interno Bruto (PIB) de Austria. Al inicio del año, se preveía un crecimiento moderado del 0,3%, pero las nuevas estimaciones indican una contracción del 0,7% para el año entrante. Esta revisión ha sido provocada principalmente por una recesión en el sector industrial y un marcado retroceso en el consumo, lo que hace que la situación sea aún más preocupante.
Gabriel Felbermayr, director del Instituto de Investigación Económica de Austria (WIFO), describió la situación como "la fase recesiva más prolongada desde el final de la Segunda Guerra Mundial". La responsabilidad de esta bajada se atribuye especialmente a la debilidad de la industria, que se ha visto afectada por la desaceleración económica global. Las industrias más intensivas en energía y aquellas ligadas a la construcción son las que han sufrido más, en un contexto donde la economía global parece tambalearse. El informe revela que la economía austriaca ha disminuido un 0,8% en 2023, lo que pone a Austria en camino hacia dos años consecutivos de recesión. Los economistas explican que esta revisión a la baja del pronóstico se basa en un historial de PIB más débil de lo esperado y en la caída del PIB reportada en el segundo trimestre de 2024.
Según las proyecciones, desde su pico en el segundo trimestre de 2022, la producción económica de Austria ha disminuido un total del 2,1%. La OeNB también ha elevado sus pronósticos sobre la tasa de desempleo, que se espera que alcance el 7,1% en 2024 y el 7,5% en 2025. Frente a esta sombría perspectiva económica, las reacciones no se han hecho esperar. Los partidos de oposición en Austria y los sindicatos han señalado al gobierno actual, una coalición entre los partidos turquesa y verde, como responsables del debilitamiento de la economía. "Es crucial actuar ahora para brindar seguridad a las personas y a las empresas", declaraba Christoph Matznetter, portavoz de economía del Partido Socialdemócrata (SPÖ).
Las propuestas de la oposición incluyen el alargamiento de las compensaciones de precios de electricidad para las industrias intensivas en energía y una revisión de la política fiscal en relación con las cargas laborales. La situación ha despertado también un llamado de atención por parte de los sindicatos, que están pidiendo medidas inmediatas para proteger el empleo y fomentar el crecimiento económico. Helene Schuberth, economista jefe del sindicato de trabajadores austriaco (ÖGB), hizo un llamado a la cooperación con el gobierno para encontrar soluciones. En línea con esta idea, el Instituto Momentum, cercano a los sindicatos, sugiere implementar un paquete de estímulo económico que incluya inversiones en infraestructura pública y formación de trabajadores. Se espera con interés la próxima revisión de las proyecciones económicas por parte de WIFO e IHS en octubre.
Con el sombrío pronóstico de recesión para 2024, es probable que se revise también el déficit presupuestario del gobierno, que ya se había proyectado en un -3,1% para el año 2024. A pesar de la mala noticia en el frente económico, hay un rayo de esperanza en las proyecciones de inflación, que han sido ajustadas a la baja. La OeNB estima que la tasa de inflación ahora se espera que sea del 2,9% para 2024 y del 2,3% para 2025, una disminución motivada por la débil actividad económica y la caída en los costos de producción. Gabriel Felbermayr comentó sobre la realidad del mercado laboral, que se ha convertido en un punto crítico para la economía austriaca. Desde el cuarto trimestre de 2019, el volumen de trabajo ha disminuido en un 3%, a pesar de que la población ha crecido un 3,5%.
Este desajuste presenta un desafío para la economía, ya que un menor volumen de trabajo con más personas en el país puede provocar una presión creciente sobre los precios y una inflación persistente. Una de las propuestas de Felbermayr para abordar esta situación es incentivar la contratación a tiempo completo a través de beneficios fiscales. "Una bonificación fiscal para trabajadores a tiempo completo podría ser una buena estrategia", sugirió, mientras que se mostró escéptico ante la idea de liberar a los empleados de trabajar horas extras. Según él, quienes generan horas extras ya están trabajando a tiempo completo y no requieren una flexibilización de sus horas laborales. A nivel empresarial, el pesimismo también parece extenderse entre los empresarios.
La mayoría de las encuestas realizadas por WIFO reflejan esta tendencia, donde las perspectivas negativas superan a las optimistas. Este pesimismo se manifiesta también en el comportamiento de inversión, donde las empresas son cada vez más reticentes a realizar nuevos gastos. Si bien el contexto económico actual es preocupante, Felbermayr sostiene que Austria se encuentra en una posición favorable dentro de los rankings económicos globales. Este estatus podría ayudar al país a recuperarse eventualmente de la recesión. Sin embargo, es imperativo que se tomen decisiones estratégicas en este periodo de desafío.
La situación no es única de Austria. Muchos países europeos están luchando con el crecimiento económico y los efectos persistentes de la pandemia. El desafío de crear empleos y estimular el consumo es una tarea urgente para el gobierno y los sectores económicos. Con las elecciones nacionales a la vista, la presión aumenta sobre el gobierno para que implemente medidas efectivas que contrarresten el impacto económico negativo. La clave será escuchar a todos los actores involucrados y encontrar un camino hacia la recuperación económica que beneficie tanto a la población como a las empresas.
En conclusión, la Oesterreichische Nationalbank ha levantado la voz de alerta sobre una recesión inminente en Austria en 2024. La situación económica es compleja, marcada por una contracción del PIB, un aumento del desempleo y una presión inflacionaria que se debe manejar con cuidado. La respuesta del gobierno, de la oposición y del sector privado será crucial en los próximos meses para navegar esta tormenta y encontrar un camino hacia la recuperación.