En un caso que ha captado la atención de toda la industria de las criptomonedas y el sector tecnológico, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) ha retirado formalmente la demanda contra Richard Schueler, conocido mundialmente como Richard Heart, fundador de los proyectos cripto HEX, PulseChain y PulseX. Este evento representa no solo una victoria personal para Heart, sino también un momento clave para la protección del software de código abierto y la libertad de expresión digital. La SEC presentó inicialmente la demanda en julio de 2023, acusando a Richard Heart de haber recaudado más de mil millones de dólares mediante ofertas de valores no registradas. Sin embargo, tras varios meses de disputas legales, la agencia decidió no enmendar su queja, lo que llevó a cerrar el caso definitivamente el 21 de abril de 2025, según informó la corte del Distrito Este de Nueva York. Esta acción ha sido percibida como una derrota poco común para la SEC, que en los últimos años ha intensificado sus esfuerzos para regular al mercado cripto y actuar en contra de supuestas irregularidades o fraudes.
De acuerdo con David Kirk, abogado defensor y socio del bufete Kirk & Ingram LLP, la retirada completa del caso es prácticamente inédita: "Hasta donde sabemos, es la única acción de la SEC contra un participante de la industria cripto que fue desestimada en su totalidad por un juez federal". El juez encargado del caso, Carol Bagley Amon, había desestimado previamente la queja inicial de la SEC en febrero, argumentando una falta de jurisdicción clara sobre las actividades de Heart. La magistrada señaló que las acciones del fundador de HEX no se dirigían de manera explícita a inversores estadounidenses, lo cual es crucial para que la SEC pueda ejercer poder regulatorio. Este punto es esencial en la discusión sobre cómo las agencias regulatorias pueden controlar o definir los límites de la supervisión sobre proyectos que operan en el universo digital y globalizado que representan las criptomonedas. La naturaleza transfronteriza y descentralizada de estos proyectos dificulta que países individuales ejerzan control absoluto, especialmente si no hay una intención manifiesta de captar fondos exclusivamente en su territorio.
En una declaración pública, Richard Heart destacó otro aspecto fundamental de la demanda y su retirada: "Esto es una victoria para el software de código abierto, las criptomonedas y la libertad de expresión. La SEC literalmente demandó al código del software en sí mismo, alegando que podía ser un alter ego de una persona. Esto hubiera establecido un precedente terrible y ocasionado daños por posiblemente miles de millones de dólares a la vital industria del software libre y de código abierto, que alimenta gran parte de Internet y la comunicación en línea". Este comentario pone sobre la mesa una cuestión que va más allá del caso individual: la defensa de la innovación tecnológica que sustenta gran parte de la infraestructura digital global. Demandar al software en sí, o considerar un código como responsabilizable por acciones legales a semejanza de una persona física, abre un debate sobre los límites legales y éticos en la era digital.
El fallo de la corte contribuye a definir un marco más claro para la relación entre las autoridades regulatorias y las tecnologías emergentes, ayudando a evitar interpretaciones que podrían frenar la adopción y desarrollo de nuevas plataformas y herramientas digitales. Para la comunidad cripto, esta noticia genera un impacto positivo, ya que muestra que no todas las acciones regulatorias terminarán en procesos punitivos, especialmente cuando las acusaciones carecen de fundamento jurídico sólido y cuando el proyecto cumple un rol importante en la innovación tecnológica. HEX es un proyecto que desde su lanzamiento ha causado gran controversia y admiración a partes iguales. Su promotor, Richard Heart, ha sido una figura polarizadora dentro del sector, alabado por unos por su visión y cuestionado por otros debido a la naturaleza de las ofertas y el posicionamiento de sus proyectos. Aun así, que la corte haya cerrado el caso en estos términos es un mensaje claro para otras iniciativas cripto y tecnológicas que operan en un contexto internacional y que deben navegar entre regulaciones nacionales variables.
Más allá de la victoria legal, esta resolución invita a reflexionar sobre cómo se deben diseñar las reglas para el uso y regulación de las criptomonedas y el software libre. La globalidad y el carácter abierto y colaborativo de estos proyectos implican un desafío para los entes reguladores, quienes deben encontrar un equilibrio que proteja a los usuarios e inversores sin asfixiar la innovación. Por otro lado, el caso pone en evidencia la importancia de contar con un equipo legal sólido y especializado en estas materias, capaz de defender los intereses de quienes participan en ecosistemas digitales complejos y novedosos. La capacidad para disputar con éxito a la SEC en un tribunal federal es un hito y una muestra de cómo el sistema judicial puede servir para equilibrar los poderes entre reguladores y emprendedores digitales. De cara al futuro, la decisión de la SEC de no proseguir con la demanda contra Richard Heart podría influir en otras investigaciones o acciones contra proyectos cripto.