En un país donde el Bitcoin ha sido reconocido como moneda de curso legal desde septiembre de 2021, un reciente estudio ha revelado que apenas el 7.5% de los ciudadanos de El Salvador utiliza esta criptomoneda para realizar transacciones. Este dato, que podría sorprender a muchos, refleja una realidad en la que las expectativas sobre la adopción de Bitcoin han sido desafiadas por la desconfianza y la falta de comprensión de la población. La encuesta, realizada por la Universidad Francisco Gavidia (UFG) a finales de septiembre de este año, entrevistó a un total de 1,224 personas, principalmente jóvenes de entre 18 y 29 años. La mayoría de los encuestados residía en áreas urbanas y estaba en empleo a tiempo completo.
A pesar de que El Salvador fue el primer país en el mundo en legalizar Bitcoin, la respuesta de los ciudadanos ha sido tibia, con un sorprendente 92% de ellos afirmando que no utilizan Bitcoin para sus transacciones diarias. Este fenómeno se produce en un contexto donde el gobierno del presidente Nayib Bukele ha sido un ferviente defensor del Bitcoin, esperando que su adopción impulse la economía del país. Sin embargo, los resultados del estudio sugieren que la población puede no compartir esa visión optimista. Al preguntar a los encuestados sobre cuál debería ser el enfoque principal para el futuro del país, solo el 1.3% indicó el Bitcoin, mientras que la mayoría abogó por fortalecer la educación o promover la industria en El Salvador.
El presidente Bukele, quien ha obtenido altas calificaciones de aprobación en comparación con su gobierno y la Asamblea Nacional, ha mantenido una imagen de optimismo y progreso. A pesar del escepticismo en torno al uso de Bitcoin, cerca del 80% de los encuestados manifestaron una visión neutral o positiva del futuro financiero del país. Esto señala una desconexión entre la percepción del presidente y la realidad económica que enfrenta la población. A lo largo de los últimos años, las tasas de adopción del Bitcoin en El Salvador han fluctuado considerablemente. En 2021 y 2022, el uso de Bitcoin se estimaba en poco más del 20%, pero esta cifra ha ido en picada, según estudios previos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).
En enero de 2024, otro estudio señalaba una tasa de adopción cercana al 10%. La sostenida disminución en el interés por Bitcoin ha llevado a muchos a cuestionar la viabilidad de esta moneda digital en la economía nacional. Asimismo, a pesar del desinterés generalizado por el Bitcoin, se ha observado un cambio en la postura del Fondo Monetario Internacional (FMI) respecto a la legalización de Bitcoin como moneda en El Salvador. Después de haber expresado dudas sobre los riesgos financieros asociados con su adopción, el FMI ha indicado recientemente que no detecta riesgos vinculados al uso del Bitcoin en la economía del país. Esto podría deberse a las actitudes cautelosas de los salvadoreños hacia el uso de criptomonedas.
Además, las preocupaciones sobre la volatilidad inherente a las criptomonedas y la falta de infraestructura adecuada para permitir un uso más extendido de Bitcoin han dejado a muchos salvadoreños escépticos. La gente tiende a depender de métodos de pago más convencionales y seguros, como el dólar estadounidense, que es la otra moneda en circulación en el país. El estudio también revela que, a pesar de prevalecer un sentimiento de incertidumbre sobre el Bitcoin, los salvadoreños parecen estar satisfechos con su situación actual. La mayoría ha dicho que tienen confianza en el gobierno y en la dirección que toma el país. Sin embargo, este optimismo no está necesariamente vinculado al uso del Bitcoin o a su potencial como motor económico.
Mientras tanto, la administración Bukele continúa tomando medidas que buscan incentivar el uso de Bitcoin, impulsando iniciativas como el lanzamiento de una billetera digital del gobierno que promete facilitar las transacciones con criptomonedas. Sin embargo, los reportes de baja adopción sugieren que podría ser necesario adoptar un enfoque diferente que busque educar a la población sobre los beneficios y riesgos del uso de criptomonedas. A medida que el debate sobre la utilidad de Bitcoin en El Salvador sigue adelante, también se plantea la pregunta de qué futuro le espera a esta política. Con una economía aún en recuperación y muchos salvadoreños enfrentando desafíos diarios, parece que la legalización del Bitcoin como moneda de curso no ha tenido el impacto deseado en la vida económica de sus ciudadanos. Esto plantea una interrogante: ¿será posible que El Salvador se convierta en un modelo para el uso de Bitcoin a nivel global, o se convertirá en una lección sobre los riesgos de la adopción apresurada de criptomonedas sin un soporte adecuado? La respuesta a esta pregunta podría requerir un replanteamiento de las estrategias adoptadas por el gobierno, así como un diálogo más amplio y transparente con los ciudadanos sobre las implicancias del uso de Bitcoin.
La educación financiera y la creación de un entorno propicio para el uso de criptomonedas podrían ser claves para fomentar una mayor aceptación entre la población. En conclusión, la encuesta reciente deja en evidencia que, a pesar del enfoque audaz de El Salvador hacia el Bitcoin, la realidad en el terreno muestra un panorama diferente. La baja tasa de adopción y el escepticismo sobre su uso sugieren que los desafíos son mayores de lo que las autoridades podrían haber anticipado. El futuro de Bitcoin en El Salvador, por lo tanto, podría depender no solo de la implementación de tecnología y políticas, sino también de la voluntad de los ciudadanos de aceptar un cambio en su forma de ver y usar el dinero.