Mastercard, uno de los gigantes mundiales del sector de pagos, ha comenzado a enfrentar importantes desafíos en el ámbito de los pagos transfronterizos, un segmento clave de su negocio que representa más de un tercio de sus ingresos totales. Durante el primer trimestre de 2025, la compañía reportó una desaceleración en el crecimiento del volumen de pagos transfronterizos, un signo de que ciertos factores económicos y geopolíticos están ejerciendo presión sobre su desempeño. Este fenómeno tiene profundas implicaciones no solo para Mastercard, sino también para el panorama más amplio de la economía global y la industria de pagos electrónicos. El crecimiento en pagos transfronterizos es impulsado en gran medida por el turismo internacional y el comercio electrónico entre países. Durante la reciente recuperación post-pandemia, el sector experimentó un auge significativo, reflejando el aumento constante en los viajes globales y las compras en línea.
Sin embargo, las últimas cifras indican que esta tendencia puede estar llegando a un punto de inflexión. Según informes recientes, el volumen de pagos transfronterizos de Mastercard creció un 15% en el primer trimestre de 2025, una reducción frente al 19% alcanzado en el mismo periodo del año anterior. Esta desaceleración, aunque moderada, señala un posible cambio en el comportamiento de los consumidores y en las condiciones del mercado. Una de las causas principales de este cambio es la reducción en el turismo en regiones como el Medio Oriente y África, países donde las actividades turísticas habían mostrado un repunte constante. La disminución en los viajes internacionales hacia y desde estas áreas se ha traducido en una menor actividad en las operaciones transfronterizas de pago.
Analistas, como Jason Kupferberg de Bank of America, han señalado que no se trata de un fenómeno universal, sino de cambios específicos en ciertos corredores de viaje. Esto significa que la desaceleración no afecta todos los mercados por igual, pero sí representa un desafío significativo para Mastercard y sus competidores en aquellas áreas impactadas. Además, el panorama económico global está marcado por incertidumbres que podrían profundizar esta tendencia negativa. La escalada de políticas comerciales proteccionistas, ejemplificada por la continuación de la guerra comercial impulsada por el expresidente Donald Trump, genera un ambiente de desconfianza e inseguridad económica. Tales condiciones suelen llevar a una reducción en el gasto de consumo discrecional, especialmente en sectores como el turismo y las compras internacionales, que dependen en gran medida de la confianza y la estabilidad económica.
El impacto en Mastercard se siente especialmente porque los pagos transfronterizos ofrecen tarifas significativamente superiores a las transacciones domésticas. Según Brett Horn, analista de Morningstar, aunque este segmento representa una pequeña fracción del total de pagos a nivel global, concentra un porcentaje desproporcionado de los ingresos de las redes de tarjetas. Esto se debe a las múltiples tarifas que se aplican en las operaciones internacionales, incluyendo cargos por conversión de moneda y tarifas de procesamiento adicionales. De esta manera, una caída en el volumen de estos pagos tiene un efecto más pronunciado en las ganancias totales de la compañía. Por otro lado, el comercio electrónico internacional, que también alimenta el crecimiento del segmento transfronterizo, muestra señales de moderación tras los picos excepcionales experimentados durante la pandemia.
Aunque el sector ha mantenido un crecimiento sólido, la normalización del consumo y los posibles cambios en los patrones de compra indican que el impulso récord de los últimos años podría suavizarse. Esto repercute en la actividad transfronteriza, donde Mastercard cosecha una parte considerable de su facturación. Sin embargo, no todo es pesimismo. Algunos expertos destacan que la desaceleración actual podría representar simplemente un ajuste hacia niveles más sostenibles después del intenso repunte post-COVID. Además, la diversificación del negocio de Mastercard actúa como un amortiguador frente a la volatilidad en segmentos específicos.
La empresa opera en una amplia gama de mercados y públicos, cubriendo desde consumidores con distintos niveles de ingresos hasta una gran variedad de comerciantes en diferentes sectores económicos. Esta amplitud empresarial permite minimizar el impacto negativo de la desaceleración en cualquier área geográfica o sector específico. La resiliencia del gasto del consumidor observado en meses recientes también es un signo positivo. Analistas como Sanjay Sakhrani de KBW destacan que el consumo general y la creación de empleo han mostrado fortaleza, lo que podría sostener la demanda en términos agregados. No obstante, el futuro cercano será crucial para determinar si esa fortaleza se mantiene y si las tensiones geopolíticas y económicas se intensifican o se alivian.
En este contexto, Mastercard deberá adaptarse a un entorno donde el crecimiento rápido de los pagos internacionales ya no está garantizado. Esto podría implicar reforzar su oferta tecnológica, optimizar las tarifas y servicios asociados a pagos transfronterizos, y explorar nuevas oportunidades de negocio, incluyendo soluciones fintech innovadoras que respondan a las necesidades cambiantes de consumidores y comercios globales. Además, la evolución de las relaciones comerciales internacionales y los acuerdos multilaterales influirán de manera decisiva. La reducción de barreras y la estabilidad política serán factores clave para revitalizar el turismo mundial y el comercio electrónico, dos motores esenciales para la actividad transfronteriza de pagos. En caso contrario, el segmento podría experimentar una volatilidad mayor y una tendencia hacia un crecimiento más lento.
Finalmente, el impacto en fabricantes de tarjetas rivales como Visa también es digno de mención. Dado que ambos compiten en los mismos mercados y tienen estructuras de ingresos similares, cualquier cambio negativo en la actividad transfronteriza afecta a toda la industria. Esto podría impulsar a los jugadores a buscar alianzas estratégicas, inversiones en innovación o incluso modelos de negocio alternativos para contrarrestar la presión sobre sus ingresos. En conclusión, Mastercard enfrenta vientos en contra en su principal segmento de ingresos debido a una combinación de menores viajes internacionales, incertidumbre económica y cambios en el comportamiento del consumidor. Aunque la desaceleración es un reto, la capacidad de adaptación, la diversificación y la fortaleza del gasto de los consumidores podrían mitigar sus efectos.
La evolución de la situación económica global y la resolución de tensiones comerciales serán fundamentales para determinar el rumbo de los pagos transfronterizos y, por ende, el desempeño futuro de Mastercard y el sector financiero global.