Título: ¡Ayuda! Soy ‘Mayor’ y Estoy en la Búsqueda de Trabajo En el mundo actual, donde la juventud parece ser la norma y la innovación se asocia frecuentemente con el ingenio de los más jóvenes, muchas personas mayores enfrentan un desafío significativo: encontrar trabajo. Este fenómeno se ha intensificado en la última década, y con la pandemia de COVID-19, la situación se ha vuelto aún más complicada. Las historias de aquellos que se encuentran en esta búsqueda son variadas, pero todas comparten un hilo común: la lucha contra los estereotipos de la edad y la necesidad incesante de demostrar su valía en un mercado laboral que a menudo los ignora. Cada día, miles de personas mayores de 40 años se aventuran en el mundo del trabajo, donde enfrentan la percepción de que sus habilidades están desactualizadas y que su experiencia no se valora como debería. Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, muchos siguen adelante, motivados por la necesidad de trabajar y contribuir a la sociedad, así como por el deseo de seguir desarrollándose en sus carreras.
La historia de Clara, una profesional de marketing de 55 años, es una representación perfecta de esta situación. Tras ser despedida de su trabajo en una reconocida agencia publicitaria, Clara se lanzó a la búsqueda de empleo. Aunque tiene más de 30 años de experiencia en el sector, se ha encontrado con una constante: las empresas se inclinan hacia candidatos más jóvenes. En sus entrevistas, a menudo percibe que los reclutadores tienen dudas sobre su flexibilidad y capacidad para adaptarse a las nuevas herramientas digitales que dominan el mercado actual. “Es frustrante.
He trabajado con algunas de las marcas más grandes del país y ahora me siento como si tuviera que justificar mi existencia”, dice Clara. “He actualizado mis habilidades, tomé cursos sobre marketing digital, pero todavía siento que mi edad juega en mi contra”. A pesar de su experiencia y formación, la inseguridad se ha apoderado de Clara. Esta situación no es única; muchas personas en su rango de edad enfrentan la misma lucha. La verdad es que, aunque hay un creciente reconocimiento de que la diversidad de edad en el lugar de trabajo aporta numerosas ventajas, todavía existe un profundo estigma asociado a la contratación de trabajadores mayores.
Por otro lado, la tecnología ha transformado la dinámica del lugar de trabajo de maneras que pueden ser abrumadoras para quienes no crecieron con ella. Las plataformas de trabajo remoto, las aplicaciones de colaboración y las herramientas de comunicación digital han dominado el panorama laboral, y aquellos que no estén familiarizados con estas tecnologías pueden perder oportunidades. Esto ha llevado a muchos a inscribirse en cursos y programas de capacitación, pero el desafío no termina ahí. José, un ingeniero de software de 62 años, también se enfrenta a sus propios desafíos. “Decidí regresar a la búsqueda de trabajo después de unos años fuera del mercado.
Todo se siente tan diferente ahora. Las empresas buscan experiencias específicas y no parecen interesarse tanto en el conocimiento general que uno puede aportar”, comenta. Sin embargo, José está decidido a demostrar que su experiencia no solo es relevante, sino que también es invaluable. “He trabajado en proyectos importantes en mi carrera, pero a veces siento que eso no se traduce en valor en sus ojos”. Las historias de Clara y José subrayan un problema más amplio en el mercado laboral: la falta de conciencia sobre las competencias y el valor que los trabajadores mayores pueden aportar.
En respuesta a esta tendencia, algunas iniciativas comienzan a surgir. Organizaciones y programas diseñados específicamente para ayudar a personas mayores en la búsqueda de empleo están ganando terreno, ofreciendo capacitación y asesoramiento adaptado a sus necesidades. Incluso algunas empresas han comenzado a reconocer las ventajas de contar con un personal diverso en términos de edad. Al integrar una mezcla de jóvenes y trabajadores experimentados, pueden beneficiarse de una rica combinación de ideas, enfoque y experiencia. Sin embargo, la aceptación generalizada aún está lejos de convertirse en una norma.
“Es importante que las empresas entiendan que la experiencia no es un lastre, es un activo”, dice Marta, una consultora de recursos humanos que trabaja con empresas para ayudarles a diversificar sus plantillas. “Los empleados mayores pueden ofrecer habilidades de resolución de problemas que muchos jóvenes aún no han tenido la oportunidad de desarrollar. Su conocimiento del sector y su capacidad para gestionar situaciones complejas son herramientas que no deben subestimarse”. A medida que más personas mayores se integran al mercado laboral, la búsqueda de trabajo se convierte en un acto de resistencia. No solo se trata de encontrar un empleo, sino de cambiar la narrativa sobre la edad en el lugar de trabajo.
La autoafirmación y la persistencia son cruciales. Algunos expertos sugieren que las personas mayores deben prepararse para actuar como su propio abogado, armándose con herramientas para abordar la discriminación por edad. Además, es fundamental para los trabajadores mayores que mantengan una red activa de contactos. Muchas veces, las oportunidades de empleo vienen a través de referencias y conexiones, por lo que es esencial mantener activos estos vínculos. Asistir a conferencias, ferias de empleo y eventos de networking puede ser muy útil para abrir puertas que podrían haber estado cerradas.
Por último, en este nuevo panorama también es vital abordar el supuesto de que la innovación y la creatividad son exclusivas de la juventud. Los trabajadores mayores han estado en la vanguardia de la evolución en sus campos y poseen una perspectiva que solo se obtiene con la experiencia. Aprender a comunicar y resaltar estos puntos puede hacer una gran diferencia en su búsqueda de empleo. La lucha para encontrar trabajo a medida que uno se vuelve “mayor” puede ser dura y desalentadora. Sin embargo, al enfrentar los retos con valentía, buscando capacitación continua y estableciendo vínculos significativos en la industria, aquellos que buscan trabajo pueden, de hecho, cambiar el rumbo de sus carreras.
La clave está en enfocarse en lo que se puede ofrecer y demostrar que la experiencia y la madurez son, sin duda, una ventaja y no un obstáculo.