En un sorprendente giro de los acontecimientos, Nadeem Anjarwalla, un ejecutivo de Binance de doble nacionalidad británico-keniana, ha logrado escapar de la custodia en Nigeria, generando una gran consternación en las autoridades locales. Esta fuga se produce en medio de una tensa disputa entre Binance, una de las plataformas de criptomonedas más grandes del mundo, y el gobierno nigeriano, centrada en acusaciones de irregularidades y evasión fiscal. Anjarwalla y su colega estadounidense Tigran Gambaryan fueron detenidos el 26 de febrero de este año, cuando asistían a reuniones en Abuja, la capital nigeriana, después de ser invitados por las autoridades locales. Aparentemente, las autoridades exigieron que los ejecutivos revelaran los nombres de los traders nigerianos que utilizan la plataforma de Binance. La detención de Anjarwalla se produjo en un momento crítico, mientras Nigeria lleva a cabo una amplia investigación sobre el uso y la regulación de las criptomonedas en el país.
Desde su arresto, ambos ejecutivos han estado bajo la vigilancia de la Comisión de Delitos Económicos y Financieros de Nigeria (EFCC). Sin embargo, lo que ocurrió en los días posteriores a su detención ha sido objeto de controversia. Aunque un tribunal había autorizado su detención inicial durante 14 días, las continuas suspensiones de su custodia han suscitado preocupaciones sobre la legalidad de su retención. Un familiar cercano de Anjarwalla afirmó que su detención era ilegal y no tenía el respaldo de la ley, lo que incrementó la tensión entre las partes involucradas. El 25 de marzo, los funcionarios de seguridad de Nigeria anunciaron que Anjarwalla se había escapado del lugar donde estaba recluido, insistiendo en que había salido con un pasaporte "contrabandeado".
Sin embargo, un portavoz de la familia contradijo esta afirmación, afirmando que el ejecutivo había abandonado el país por medios legales. La situación ha llevado a las autoridades nigerianas a trabajar con Interpol para emitir una orden de arresto internacional contra él. Se ha informado que Anjarwalla logró salir de la custodia tras solicitar permiso a los guardias de su lugar de reclusión para asistir a una mezquita. Los informes indican que, una vez fuera, no regresó al lugar de detención, lo que ha exacerbado la preocupación y la frustración de las autoridades nigerianas. Mientras tanto, su colega Gambaryan sigue detenido y no se ha informado de su situación en la misma medida que Anjarwalla.
El escándalo no solo se limita a la fuga; también ha desencadenado una serie de acusaciones formales contra Binance. Las autoridades nigerianas han presentado cargos de evasión fiscal en la Corte Superior de Abuja, señalando a la plataforma por presunta falta de pago del impuesto al valor agregado, impuestos sobre la renta corporativa e incumplimiento en la presentación de declaraciones fiscales. Además, se alega que Binance ha colaborado con sus clientes para eludir impuestos a través de su plataforma, lo que ha llevado a un ambiente hostil en la regulación de criptomonedas en Nigeria. Nigeria es el país más poblado de África y se ha convertido en un centro emergente para el comercio de criptomonedas, a menudo superando a otras naciones en términos de volumen de transacciones. Sin embargo, también enfrenta desafíos significativos, incluido un colapso económico y una moneda local, el naira, que se ha visto gravemente devaluada.
La situación económica inestable ha llevado a un mayor escrutinio de las empresas de criptomonedas y de su posible papel en la financiación del terrorismo y el lavado de dinero. La Central Bank of Nigeria (CBN) ha expresado su desconfianza hacia las criptomonedas, afirmando que han sido utilizadas para transacciones que no pueden ser rastreadas, lo que genera un ambiente de incertidumbre. En este contexto, las acusaciones contra Binance parecen estar alineadas con un esfuerzo más amplio del gobierno para regular y controlar el uso de criptomonedas en el país. Las autoridades han denunciado que se han registrado más de 26 mil millones de dólares en transacciones a través de la plataforma de Binance, la mayoría provenientes de fuentes inobservables. La situación ha llevado a la CBN a imponer fuertes multas a Binance y a bloquear las cuentas relacionadas con criptomonedas.
A medida que los acontecimientos se desarrollan, la fuga de Anjarwalla ha planteado interrogantes sobre la capacidad de las autoridades nigerianas para manejar casos complejos de delitos financieros relacionados con criptomonedas. La reacción pública ha sido mixta, con algunos defendiendo a Anjarwalla como un empresario que actuó de buena fe y otros criticándolo por presuntamente eludir la justicia. Desde Binance, la empresa se ha comprometido a cooperar con las investigaciones y ha enfatizado la importancia de la seguridad para sus empleados. Sin embargo, la falta de comentarios sobre las acusaciones específicas realizadas en su contra ha alimentado las críticas por la falta de transparencia. Mientras tanto, la situación de Gambaryan sigue sin resolverse, y muchos se preguntan sobre el futuro de las operaciones de Binance en Nigeria, un mercado crucial para la empresa.
En este clima de inestabilidad, los acontecimientos en Nigeria no solo afectan a Binance, sino que también tienen implicaciones más amplias para el futuro de las criptomonedas en África. La creciente presión sobre las plataformas de criptomonedas en países africanos podría alterar la dinámica del mercado, generando una ola de regulaciones más estrictas que podrían afectar la innovación y el acceso a las finanzas digitales. En conclusión, la disputa entre Nigeria y Binance, marcada por la fuga de Nadeem Anjarwalla, ha puesto de relieve los desafíos de regular el creciente sector de las criptomonedas en África. A medida que el mundo observa cómo se desarrolla esta saga legal, la situación también servirá como un importante caso de estudio sobre el equilibrio entre la innovación tecnológica y la regulación gubernamental, y las implicaciones que estas tensiones pueden tener para el futuro económico del continente.