El esperado día de la inauguración de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos se acerca rápidamente, programado para el 20 de enero de 2025. Este evento no solo marca su segundo mandato en la Casa Blanca, sino que también representa uno de los regímenes políticos de mayor controversia y polarización en la historia reciente del país. En este artículo, exploraremos qué esperar en este día significativo, desde la ceremonia de juramentación hasta las primeras acciones que Trump tiene planeadas al asumir nuevamente el cargo. El día comenzará con la ceremonia de juramentación, que está programada para las 12 p.m.
ET en el Capitolio de los Estados Unidos. Se espera que el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, administre el juramento. Este evento se caracterizará por su ceremonialidad, siguiendo la tradición que ha marcado estas inauguraciones a lo largo de los años. Sin embargo, se espera que este evento tenga un matiz particular, dado el contexto en el que se desarrolla. Trump, que ha sido tanto un líder polarizador como una figura carismática, tiene la oportunidad de dirigirse al país con un discurso que, según ha declarado, pretende ser "uplifting" y unificador, en contraposición a su discurso inaugural de 2017, donde detalló una nación en crisis.
La presencia del presidente saliente, Joe Biden, será un hito importante. A diferencia de la transición de poder en 2021, cuando Trump se negó a asistir, Biden ha confirmado su asistencia, lo que representa un gesto de respeto hacia el proceso democrático y la tradición americana. Esto podría ofrecer un tono más civilizado a la ceremonia, recordando a los ciudadanos la importancia de la transferencia pacífica de poder, un pilar de la democracia estadounidense. La ceremonia no solo atraerá a una multitud de ciudadanos, sino que también se espera que miles de personas sin boletos llenen el National Mall, donde podrán seguir los eventos en pantallas gigantes instaladas para la ocasión. Esto implica que, a pesar de cualquier controversia o desacuerdo, hay un interés genuino en el regreso de Trump a la escena política.
Uno de los aspectos más inusuales de esta inauguración será la lista de invitados. Trump ha roto con la tradición de no invitar a líderes extranjeros, y se espera que varios presidentes acudan a la ceremonia. Por ejemplo, el presidente de Argentina, Javier Milei, un conocido defensor de Trump, ha confirmado su asistencia, mientras que el primer ministro húngaro, Viktor Orban, está considerando asistir. En contraste, se ha informado que el presidente chino, Xi Jinping, no estará presente, lo que podría simbolizar las complejas relaciones internacionales que marcan la era Trump. Después de la ceremonia, Trump se dirigirá a la Casa Blanca en una caravana digna de un gran evento.
Este desfile contará con regimientos militares, bandas de escuelas, y grupos ciudadanos, celebrando su asunción al cargo. La historia de las inauguraciones estadounidenses ha estado marcada por desfiles opulentos, y este no será la excepción. Se prevé que la atmósfera sea festiva, a pesar de la división política en el país. Una vez instalado en su nuevo/ antiguo despacho, Trump se aprestará a implementar su agenda de inmediato. Ha anunciado su intención de firmar una serie de órdenes ejecutivas el mismo día de su inauguración.
Estas órdenes abarcarán temas que él considera cruciales, como la seguridad fronteriza y la producción de petróleo y gas. Se espera que estas medidas busquen revertir muchas de las políticas de la administración Biden, lo que ya plantea un pronóstico político volátil para el futuro. Uno de los puntos más controvertidos de estas órdenes podría ser su enfoque en la inmigración. Trump tiene la intención de otorgar a los oficiales de inmigración mayor libertad para arrestar a migrantes sin antecedentes penales. También planea enviar más tropas a la frontera entre Estados Unidos y México y reanudar la construcción del muro fronterizo, un emblema de su campaña presidencial anterior.
Estas decisiones, previsiblemente, generarán reacciones mixtas, tanto de apoyo ferviente como de resistencia. Además de las reformas en inmigración, Trump también tiene en mente medidas que promuevan un aumento significativo de la producción energética. Su famosa frase "drill, baby, drill" (perforar, bebé, perforar) se ha convertido en un lema que simboliza su apoyo a la industria energética, y se espera que esto esté en el centro de su agenda. Con el cambio climático y la transición energética como temáticas acuciantes, la adopción de políticas que favorezcan el petróleo y el gas podría provocar un debate en el ámbito medioambiental. Otro aspecto a resaltar es que se prevé que Trump emita una serie de indultos, especialmente aquellos relacionados con los condenados por su participación en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.
Esta posible medida no solo encenderá debates sobre la justicia, sino que también reafirmará la lealtad de su base, muchos de los cuales ven a estos individuos como patriotas. En la noche de la inauguración, se llevarán a cabo galas y celebraciones en diversos lugares de Washington, D.C. Estos eventos son generalmente organizados por el comité de inauguración y, este año, también reflejarán la magnitud de la recaudación de fondos que ha logrado Trump. Para la inauguración de 2017, Trump recaudó cifras récord y se espera que este nuevo evento no sea diferente.