Chile, reconocido mundialmente como el segundo mayor productor de litio, vio cómo dos de las más grandes compañías chinas, BYD y Tsingshan, decidieron cancelar sus proyectos millonarios para construir plantas de procesamiento de litio en el país. Esta noticia, que fue confirmada por la agencia chilena de desarrollo económico Corfo, representa un revés significativo para los planes del país sudamericano de avanzar en el desarrollo local de la cadena de valor del litio, uno de los componentes esenciales para las baterías de vehículos eléctricos. El entorno global de precios del litio ha experimentado una fuerte caída, factor determinante que llevó a ambas empresas a reconsiderar sus inversiones en Chile. Durante los últimos años, el mercado del litio se ha caracterizado por una alta volatilidad, influida por la dinámica de la demanda internacional, los cambios tecnológicos en baterías y la competencia entre países con grandes reservas, como Australia y Argentina. Esta volatilidad afecta directamente las decisiones de inversión relacionadas con proyectos de plantas de procesamiento y producción de materiales derivados.
BYD, conocido mundialmente como el mayor fabricante de vehículos eléctricos, y Tsingshan, un importante grupo especializado en metales, habían planeado la construcción de plantas para producir materiales catódicos a partir del litio chileno. Tsingshan en particular proyectaba una planta con una inversión estimada de 233 millones de dólares destinada a la producción de 120,000 toneladas métricas anuales de fosfato de hierro y litio (LFP), un tipo popular de material catódico para baterías debido a su coste y rendimiento. Por otro lado, BYD había proyectado un complejo industrial con un presupuesto de aproximadamente 290 millones de dólares para producir 50,000 toneladas métricas anuales de LFP. Sin embargo, ambos proyectos han sido cancelados definitivamente, afectando de manera considerable la estrategia chilena de fomentar el procesamiento nacional del litio. Esta cancelación se produce a pesar de que Corfo, en 2023, había establecido acuerdos para ofrecer precios preferenciales para la compra de litio producido por la minera chilena SQM, con el propósito de incentivar la inversión en el desarrollo de instalaciones industriales basadas en el mineral.
Estos contratos con condiciones especiales se diseñaron como un incentivo para atraer inversiones y fortalecer la industria local, habilitando a las empresas para acceder a un suministro de litio a precios ventajosos hasta 2030, en el caso específico de BYD y Tsingshan. Sin embargo, las circunstancias del mercado global y algunos aspectos operativos han impedido llevar adelante los proyectos previstos. Uno de los puntos conflictivos que contribuyó a la retirada de Tsingshan fue el intento de asignar el desarrollo del proyecto a una unidad de la empresa que no había participado en el proceso de licitación inicial, una acción que fue rechazada por Corfo. Esto evidenció problemas en la estructura organizacional y las condiciones para mantener la transparencia y cumplimiento normativo en el proceso licitatorio chileno, dificultando así la continuación del proyecto bajo los términos acordados. La historia de intentos fallidos para desarrollar plantas de procesamiento de litio en Chile no es nueva.
En 2018, otro esfuerzo impulsado por Corfo para fomentar inversiones en el sector a través de precios preferenciales también terminó en deserciones por parte de empresas tanto chilenas como extranjeras. Empresas como Molymet de Chile, la Sichuan Fulin Transportation Group de China y una alianza entre Posco y Samsung de Corea del Sur abandonaron sus planes de inversión por diversas razones, entre ellas la fluctuación de precios, dificultades operativas y condiciones del mercado. La cancelación de los proyectos por parte de BYD y Tsingshan no solo implica la pérdida de inversiones superiores a los 500 millones de dólares sino que también ralentiza el objetivo estratégico del país de mover su industria extractiva hacia etapas superiores de valor agregado. Hasta ahora, la explotación del litio en Chile se ha centrado principalmente en la extracción y venta del mineral en bruto. La falta de desarrollo de plantas de procesamiento limita la capacidad del país para beneficiarse de la creciente demanda mundial de baterías para vehículos eléctricos, donde la transformación del litio en materiales activos para celdas es un eslabón crucial.
Chileno y experto en minería comentó que el escenario actual plantea un desafío complejo: «Chile tiene la materia prima, pero debe crear condiciones competitivas y estables a largo plazo para atraer a los inversores dispuestos a construir la infraestructura necesaria. La volatilidad del mercado global y los marcos regulatorios son factores que requieren atención constante.» En respuesta a estos desafíos y al reciente rechazo de las empresas, Corfo ha lanzado un segundo proceso de licitación para proyectos similares, esta vez colaborando con el productor estadounidense Albemarle, uno de los principales actores mundiales en la producción de litio. Esta nueva convocatoria ofrece un esquema de adquisición con Albemarle hasta 2043, con beneficios adicionales en la forma de acuerdos de fijación de precios mediante métodos alternativos. La estrategia busca proporcionar mayor certeza y flexibilidad a los inversionistas interesados en desarrollar proyectos de procesamiento y producción relacionados con el litio en Chile.
La importancia del litio en la transición energética global se vincula directamente con el crecimiento vertiginoso de la industria de vehículos eléctricos, almacenamiento de energía y tecnologías renovables. Dado que la demanda estimada de estos recursos solo aumentará en los próximos años, los países con reservas significativas como Chile buscan posicionarse no solo como proveedores de materia prima sino como actores clave en toda la cadena de valor. Es fundamental entender que aunque la extracción de litio es una etapa crucial, la verdadera oportunidad de desarrollo económico y tecnológico reside en la capacidad para transformar este mineral en productos de alto valor, como cátodos para baterías, materiales para acumuladores y componentes clave para la industria automotriz. Las recientes decisiones de BYD y Tsingshan reflejan, en esencia, una evaluación estratégica bajo las condiciones actuales del mercado que consideran riesgos, costos, regulaciones y el retorno esperado de la inversión. Por ello, Chile debe continuar perfeccionando sus políticas, otorgando incentivos efectivos y promoviendo un ambiente de inversión favorable para evitar nuevas debacles en el sector.
Por otra parte, este escenario presenta una oportunidad para que Chile revise las condiciones contractuales y regulatorias, así como para fomentar el desarrollo de tecnología nacional e innovación en el procesamiento del litio, diversificando socios estratégicos y ampliando las oportunidades para empresas locales y extranjeras. En definitiva, la cancelación de los proyectos por parte de BYD y Tsingshan es un llamado de atención para Chile y la industria mundial del litio. La transformación del litio en componentes clave para la electromovilidad es un proceso complejo y expuesto a las fluctuaciones de mercado, la geopolítica y la innovación tecnológica. Chile como segundo mayor productor de litio debe encontrar la fórmula adecuada para atraer y retener inversiones que permitan cerrar la brecha entre la extracción y el procesamiento, asegurando así un mayor valor agregado y un desarrollo sustentable para su economía y el planeta.