En un contexto económico donde la volatilidad del mercado bursátil predomina y las caídas generan incertidumbre entre los inversores, encontrar una acción que combine estabilidad, crecimiento y un rendimiento constante puede marcar la diferencia. En 2025, el mercado enfrenta una marcada inestabilidad, lo que hace que los dividendos se conviertan en un refugio para quienes buscan ingresos sostenibles y una cartera menos expuesta a altos riesgos. En este escenario, American Express (NYSE: AXP) emerge como una magnífica opción para quienes desean sumar valor a sus inversiones con un enfoque de largo plazo. Los dividendos son una estrategia eficiente para construir ingresos constantes, especialmente si se eligen compañías con historial de crecimiento en sus distribuciones. Las acciones que reparten dividendos y, al mismo tiempo, expanden su base de clientes y sus operaciones suelen ofrecer una mayor seguridad en tiempos de turbulencia financiera.
American Express demuestra cumplir con estas cualidades, gracias a una estructura sólida y un modelo de negocio que ha perdurado más de un siglo y medio, adaptándose a las transformaciones del mercado. Fundada en 1850, American Express consolidó su protagonismo en el mercado financiero tras lanzar su línea de tarjetas de crédito en 1958. Hoy, es una de las mayores emisoras de tarjetas en Estados Unidos, con una importante expansión internacional. Para marzo de 2025, ya contaba con cerca de 147.5 millones de tarjetas activas en circulación, evidenciando un crecimiento continuo y sostenido.
La compañía añadió 3.4 millones de nuevas tarjetas netas solo en el primer trimestre, el mismo incremento que experimentó en el mismo periodo del año anterior, lo que indica estabilidad y capacidad para seguir captando clientes en un mercado competitivo. Este constante flujo de nuevas adquisiciones es una señal clara de que American Express no solo mantiene su base de usuarios, sino que también atrae nuevos públicos, en particular las generaciones más jóvenes. Millennial y la generación Z representan aproximadamente el 35% del gasto que procesa la compañía, demostrando un incremento del 14% interanual en su actividad. Este perfil de consumidor, enfocado en experiencias como viajes, gastronomía y servicios premium, encuentra en las tarjetas de American Express un aliado ideal por sus beneficios y programas exclusivos.
El modelo de negocio privilegia la captación de clientes con alta capacidad de gasto y excelente historial crediticio, lo cual se traduce en menores riesgos comparativos. Las tasas de morosidad y bajas financieras en American Express son notoriamente más bajas que las de otros competidores del sector. Por ejemplo, su tasa de baja neta fue del 2.1% en el último trimestre reportado, significativamente inferior al 5% registrado por Discover Financial, una de sus principales rivales. Esta solidez crediticia actúa como un escudo protector en tiempos de desaceleración económica y posibles crisis, asegurando que la cartera de clientes tenga capacidad para cumplir con sus obligaciones financieras.
Otro aspecto fundamental para el atractivo de American Express como acción de dividendo reside en la manera en que distribuye sus ganancias a los accionistas. La empresa no solo ofrece dividendos regulares, sino que históricamente ha incrementado los pagos a lo largo del tiempo, reflejando su crecimiento operativo y confianza en el futuro. Esto genera un ingreso recurrente para los inversores, que pueden reinvertir esos dividendos para ampliar su posición en la compañía, o usarlos como fuente de ingresos personales. La venta masiva en el mercado de valores puede generar oportunidades para invertir en empresas sólidas a precios más accesibles. Aunque la volatilidad puede desalentar a muchos, para quienes adoptan una visión de largo plazo, compañías entrenadas y con modelos resilientes como American Express ofrecen un buen balance entre crecimiento y generación de ingresos pasivos.
Además, la diversificación que aporta incluir una acción con dividendos fuertes ayuda a mitigar riesgos asociados con la alta especulación en sectores más volátiles, como el tecnológico. Para quienes buscan proteger su patrimonio y al mismo tiempo aprovechar oportunidades de crecimiento, apostar por American Express representa una estrategia inteligente. La empresa capitaliza tendencias favorablemente pensando en el futuro, desde la integración con plataformas digitales, el desarrollo de productos financieros innovadores para consumidores jóvenes, hasta la expansión internacional en mercados emergentes. Esta combinación de factores le otorga un posicionamiento favorable para mantener y aumentar su valor a lo largo del tiempo. La estabilidad del crédito, la fidelización de clientes a través de productos con alto valor agregado y los resultados financieros robustos forman la base para un rendimiento sostenido.
Para el inversionista, esto equivale a una acción que puede ofrecer seguridad frente a las turbulencias del mercado y, a la vez, posibilidad de apreciación del capital con el tiempo. Esta dualidad es especialmente valiosa en contextos de incertidumbre económica o financiera, donde el retorno constante a través de dividendos puede ser un ancla para la cartera. En conclusión, mientras la venta masiva en el mercado puede asustar a muchos, también abre un espacio para identificar empresas excepcionales a precios atractivos. American Express se presenta como una acción magnífica para inversionistas que desean construir riqueza de manera gradual, segura y con el respaldo de dividendos crecientes. Su capacidad para atraer y retener clientes jóvenes, mantener bajas tasas de incumplimiento y adaptarse a las nuevas tendencias del consumo financiero la convierten en una apuesta sólida para enfrentar la volatilidad actual y los retos futuros.
El enfoque en la calidad y la generación de ingresos sostenibles son elementos clave para navegar la incertidumbre en los mercados financieros. American Express reúne estas características, lo que la posiciona como una acción imprescindible para quienes priorizan la estabilidad, el crecimiento y el flujo de ingresos pasivos a través de dividendos confiables. Por ello, se recomienda considerar añadir esta magnífica acción a carteras diversificadas de inversión para capitalizar tanto las tendencias actuales como las oportunidades que el futuro económico ofrezca.