En un giro inesperado de los acontecimientos políticos, Donald Trump, el expresidente de los Estados Unidos, se prepara para firmar una serie de órdenes ejecutivas dedicadas a fortalecer la industria de las criptomonedas en su segundo mandato. Los informes indican que las medidas se implementarán desde el primer día de su mandato, estableciendo un camino claro hacia la creación de una reserva de Bitcoin y otras criptomonedas. Este movimiento tiene como objetivo sacar a la luz una nueva era de aceptación y apoyo político a las criptomonedas en Estados Unidos, un sector que ha enfrentado desafíos significativos en los últimos años. Las órdenes ejecutivas que se esperan de Trump no solo se centrarán en la creación de una reserva de Bitcoin, sino que también abarcarán una gama de políticas para apoyar las criptomonedas que se originan en EE. UU.
, tales como Solana, Ripple y USDC. Este enfoque en las criptomonedas estadounidenses se ha interpretado como una medida para fomentar el crecimiento local y establecer a Estados Unidos como un líder global en innovación tecnológica y cadenas de bloques. Uno de los puntos más destacados de las órdenes es la oposición a las políticas restrictivas anteriores, que han limitado severamente la capacidad de las empresas de criptomonedas para prosperar. Trump firmará una orden ejecutiva para derogar la polémica política contable del Departamento del Tesoro que obligaba a los bancos a clasificar los activos digitales como pasivos en sus balances, un paso crucial que podría liberar capital y fomentar un clima más amigable para la inversión en el sector. Además, en el ámbito regulatorios, se espera que Trump nomine a Paul Atkins como presidente de la Comisión de Valores y Bolsa (SEC), una figura que ha sido un crítico vocal de las políticas anti-criptomonedas del gobierno anterior.
Esto podría indicar un cambio significativo en la regulación de la criptoindustria, permitiendo a las empresas actuar con mayor libertad y seguridad jurídica. Enfocado en la protección de los inversores, Trump anunció que las nuevas órdenes ejecutivas se crearán para proteger a los usuarios de criptomonedas de lo que ha denominado "el pantano burocrático de Washington". Como parte de esto, se establecerá un consejo presidencial de criptomonedas que contará con la participación de aproximadamente 20 líderes de la industria. Esta alianza entre la administración de Trump y los líderes del sector cripto podría facilitar la creación de un marco regulativo más claro y eficiente que beneficie a todos los actores involucrados. La creación de una reserva de Bitcoin ha generado tanto entusiasmo como debate.
Mientras algunos lí lideres de la industria aplauden la idea como un hito hacia la legitimación de las criptomonedas en la economía estadounidense, críticos como Arthur Hayes han calificado esta medida como "una idea terrible", y han expresado preocupaciones sobre las implicaciones que podría tener esta reserva en el futuro de las finanzas nacionales. Sin embargo, es innegable que este paso podría transformar la percepción pública y la política respecto a las criptomonedas. Otro punto importante en la agenda de Trump incluye la formación de un grupo de trabajo compuesto por la SEC y la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC), que buscará estrechar la comunicación y colaboración entre los reguladores y los actores de la industria cripto. La implementación de estas medidas, aunque conlleva un proceso complejo, podría revitalizar el sector y empoderar a los innovadores en este espacio. Además de todos estos cambios propuestos, los analistas y expertos del sector cripto contemplan que el nuevo consejo cripto ayudará a los líderes de la industria a entender mejor el entorno regulativo, permitiéndoles lanzar proyectos que estén alineados con las nuevas normativas.
La mentoría y el intercambio de ideas entre diferentes actores del ecosistema también podrán abrir la puerta a nuevas oportunidades de inversión y colaboración. La creación de una reserva de Bitcoin y la implementación de políticas pro-criptomonedas son parte de una visión mayor que busca posicionar a Estados Unidos como un líder en la industria tecnológica global. Dado que muchos otros países están explorando sus propios caminos hacia la regulación y aceptación de las criptomonedas, un enfoque proactivo por parte de EE. UU. podría marcar la diferencia en el desarrollo futuro del sector.