Título: Dean Withers: Acusaciones de fraude en su universidad online similar a Hustlers University de Andrew Tate En el mundo actual de las redes sociales, donde la información y la desinformación se propagan a la velocidad de un clic, es común encontrar figuras que juegan con la ambición de la gente. Uno de los últimos protagonistas en este escenario es Dean Withers, un TikToker que ha atraído la atención de millones gracias a su estilo de vida lujoso y sus promesas de alcanzar la riqueza personal. Sin embargo, su reciente proyecto, una universidad online llamada “E-Rich Lifestyle”, ha sido objeto de controversia y acusaciones de ser un engaño, similar al modelo implementado por el infame Andrew Tate. Con casi un millón de seguidores en TikTok, Dean Withers utilizó su plataforma para promocionar un curso que supuestamente enseñaría a sus estudiantes a hacerse ricos a través de la gestión de influencers, el comercio avanzado de criptomonedas y diversas estrategias para generar ingresos en línea. El 7 de octubre de 2024, un video viral de Withers, originalmente publicado en 2022, resurgió y rápidamente se convirtió en un foco de críticas.
En él, se le puede ver hablando de su vida de lujos, mencionando un viaje en jet privado a Los Ángeles mientras alardeaba de llevar un millón de dólares en una bolsa de deporte. En el video, Withers se dirige a sus espectadores: “Mientras ustedes están sentados en sus casas, yo estoy volando en un jet privado con un millón de dólares en el asiento del pasajero... viviendo mi vida de sueños, ¿y tú? ¿Nada?” Este tipo de retórica ha sido una marca registrada de influencers que se aprovechan de la desesperación de aquellos que buscan cambiar sus circunstancias económicas.
Conersus esto, los usuarios de redes sociales comenzaron a escarbar en su pasado y expusieron su programa “E-Rich Lifestyle” por lo que consideran un fraude. Las acusaciones no se hicieron esperar. Muchos usuarios en X (anteriormente Twitter) y otras plataformas comenzaron a señalar que el programa de Withers había sido una estafa. Afirmaron que había cobrado 250 dólares por un e-book que prometía enseñar secretos sobre criptomonedas y finanzas, mientras se alegaba que la plataforma sólo contaba con un puñado de suscriptores en Telegram. Con 244 suscriptores en su canal privado, la discrepancia entre sus promesas y la realidad se hacía evidente.
Además, Withers había declarado haber invertido cerca de 8,750 dólares en investigación y desarrollo para el contenido del curso, lo que aumentaba aún más las dudas sobre la autenticidad de su proyecto. Lo que hace que este caso sea aún más impactante es la comparación con Andrew Tate, un ex kickboxer y ahora figura polémica en redes sociales, quien lanzó Hustlers University, un programa muy criticado por sus métodos de marketing agresivos y sus promesas de ganancias rápidas. Tate ha sido objeto de numerosas controversias, incluyendo acusaciones de explotación, y su modelo ha sido descrito como un esquema de pirámide encubierto. Now, Withers parece haber seguido un camino similar al intentar replicar ese éxito. A raíz de la viralización del video y las críticas que este suscitó, Withers salió a defenderse, argumentando que su programa fue un “fallido plan de marketing”.
Se refirió a su universidad online como “lecciones de desarrollo web frontend y backend” para tiendas de comercio electrónico, argumentando que el enfoque inicial fue simplemente un intento de atraer a más personas con un mensaje impactante. “La parte de Andrew Tate fue solo un intento fallido de marketing que utilicé durante unos meses”, declaró, dejando a los críticos preguntándose si su intención desde el principio había sido realmente ayudar o simplemente hacer dinero. Las redes sociales rápidamente se convirtieron en un campo de batalla de opiniones. Muchos usuarios expresaron su decepción y enojo, mientras que otros defendieron a Withers, argumentando que había aprendido de sus errores y que es parte del camino del emprendimiento. Sin embargo, el daño ya estaba hecho: la imagen de Withers estaba manchada y las dudas sobre su capacidad para guiar a otros en el camino hacia la riqueza eran palpables.
La popularidad de Withers, un joven con un considerable número de seguidores, pone de relieve un patrón preocupante en la cultura de las redes sociales: la normalización de la “estafa del influencer”. Muchas personas son atraídas por la promesa de una vida de lujo y éxito, y no siempre se detienen a investigar la legitimidad de estos programas. En un mundo impulsado por la imagen, es fácil dejarse llevar por apariencias y promesas que, al final, pueden resultar vacías. El caso de Dean Withers ha despertado una discusión más amplia sobre la ética en el marketing de influencers. Con la cantidad de cursos y programas en línea que prometen hacerte rico rápidamente, es fundamental que los potenciales estudiantes sean críticos y cauto con sus decisiones.
Las lecciones de Withers, aunque podían parecer tentadoras, revelan los riesgos que corren aquellos que buscan shortcuts hacia el éxito sin el conocimiento y la base adecuada. Asimismo, este episodio plantea una pregunta importante para el futuro de este tipo de plataformas de aprendizaje: ¿Qué regulaciones o advertencias deben implementarse para proteger a los consumidores vulnerables de estafas? La necesidad de transparencia y responsabilidad en la industria del marketing digital se hace cada vez más urgente. Mientras tanto, Withers continúa en el ojo del huracán. A pesar de sus intentos de despejar las dudas sobre sus intenciones, el camino hacia la rehabilitación de su imagen no será sencillo. La manera en que maneje las críticas y el resultado de este escándalo influirá en su futuro como creador de contenido.
Este caso subraya no sólo la fragilidad de la fama en redes sociales, sino también la importancia de ser un consumidor informado en un mundo repleto de promesas de riqueza y éxito instantáneos. A medida que la historia de Dean Withers se despliega, queda la esperanza de que inspire una conversación más amplia sobre la responsabilidad en el marketing digital y la protección del consumidor en esta nueva era de la tecnología y los negocios en línea.