El gobierno de Estados Unidos ha anunciado un acuerdo histórico que promete reducir considerablemente el coste de diez medicamentos recetados para millones de beneficiarios de Medicare, un movimiento que se estima que marcará una diferencia significativa en la vida de muchos estadounidenses mayores. Este acuerdo, que representa un avance importante en la política de salud pública, establece recortes de precios que van del 38% al 79% y se implementará a partir de 2026. El presidente Joe Biden, durante una reciente aparición pública en Upper Marlboro, Maryland, expresó su determinación de no permitir que las compañías farmacéuticas continúen recibiendo un "cheque en blanco" por parte del gobierno. Según Biden, el acuerdo es un alivio para millones de ancianos que dependen de estos medicamentos para tratar diversas condiciones de salud, incluyendo la insuficiencia cardíaca, los coágulos de sangre, la diabetes, la artritis y la enfermedad de Crohn, entre otras. El programa Medicare, que proporciona cobertura sanitaria a estadounidenses de 65 años o más, así como a personas más jóvenes con ciertas discapacidades, ha sido objeto de críticas durante años en relación con los altos precios de los medicamentos recetados.
A través de la Ley de Reducción de la Inflación, aprobada en 2022, se ha dado por primera vez a Medicare la capacidad de negociar directamente los precios de los medicamentos con los fabricantes, una medida que muchos consideran esencial para abordar la crisis de costos en el sistema de salud de EE. UU. De acuerdo con el Departamento de Salud, se espera que este nuevo acuerdo beneficie a aproximadamente nueve millones de personas que requieren al menos uno de los medicamentos mencionados. El secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, destacó que este avance es una victoria para el pueblo americano. "Los estadounidenses están mejor gracias a esto", afirmó.
La estimación es que el programa Medicare podría ahorrarse alrededor de $6 mil millones si se implementara hoy, en comparación con los precios de los medicamentos del año anterior. Uno de los ejemplos más impactantes proporcionados por el departamento fue el del medicamento Stelara, utilizado para tratar la enfermedad de Crohn. Una persona beneficiaria de Medicare que necesita este medicamento verá su factura mensual reducida dramáticamente de $3,400 a $1,100. Para muchos, esta diferencia es monumental, especialmente para aquellos que viven con ingresos fijos durante su jubilación. El presidente Biden también mencionó que los nuevos descuentos ayudarán a ahorrar $1.
5 mil millones en costos de bolsillo para los medicamentos recetados en 2026. Este ahorro será crucial para millones de personas mayores que luchan por cubrir sus gastos médicos y farmacéuticos en un contexto de creciente costo de vida. Entre los diez medicamentos cuyos precios se reducirán significativamente, se encuentran tratamientos ampliamente utilizados para la diabetes, como Januvia y Jardiance, así como anticoagulantes como Eliquis y Xarelto, y el medicamento para la leucemia Imbruvica. Es particularmente notable que Januvia verá la mayor reducción de precios: pasando de $527 en 2023 a solo $113 en 2026. El anuncio de este acuerdo ha generado reacciones de alivio entre los pacientes.
Linda Jones, una mujer de 73 años que usa Januvia, expresó su entusiasmo al decir que la noticia es "un gran asunto; cuando uno envejece, no debería tener que vivir con miedo". Esta declaración refleja la angustia que muchos sienten al enfrentar los costos de los medicamentos. Sin embargo, no todos en la industria farmacéutica aplauden el acuerdo. Algunos fabricantes han advertido que, a pesar de los recortes de precios, los pacientes seguirán enfrentando costos altos de su bolsillo, a menudo determinados por sus seguros de salud. Bristol Myers Squibb, fabricante de Eliquis, comentó que la reducción de precios no resolverá el "mayor problema en la asequibilidad de los pacientes".
Johnson & Johnson, que produce Stelara y Xarelto, también ha señalado que los pacientes podrían terminar enfrentando mayores costos al final. A pesar de la resistencia de la industria farmacéutica, el gobierno se mantiene firme en su posición. En el pasado, las compañías farmacéuticas han intentado bloquear los esfuerzos de negociación de precios de Medicare e incluso han presentado demandas contra la administración Biden, argumentando que sus planes son inconstitucionales. Sin embargo, esta demanda fue desestimada en febrero por un juez federal, lo que marcó una victoria legal significativa para la administración. Este acuerdo se produce en un contexto electoral, con Kamala Harris, la actual vicepresidenta, buscando regresar a la Casa Blanca como candidata a la presidencia.
La reducción de costos de medicamentos seguramente resonará entre los votantes, dado que el alto costo de vida y la inflación son temas de gran preocupación para muchos estadounidenses. De acuerdo con un estudio de la RAND Corporation, un centro de estudios de California, los precios de los medicamentos en Estados Unidos son, en promedio, tres a cuatro veces más elevados que en 33 otros países, incluyendo el Reino Unido y Canadá. Este dato pone de manifiesto el desafío que enfrenta el país en términos de accesibilidad a la atención sanitaria y los medicamentos. La política de salud en EE. UU.
siempre ha estado en el centro del debate político. Las nuevas medidas introducidas por el gobierno de Biden representan un esfuerzo por cambiar el rumbo de la atención médica en el país, haciéndola más accesible para los más vulnerables. La importancia de hacer que los medicamentos sean asequibles es crucial no solo para la salud de los individuos, sino también para la salud general de la sociedad. Al abordar el problema de los costos de los medicamentos, el gobierno no solo mejora la vida de millones de personas, sino que también da un paso hacia un sistema de salud más justo y equitativo. A medida que nos acercamos a 2026, será crucial observar cómo se implementan estos cambios y si realmente se traducen en una reducción significativa de los costos para los pacientes.
La presión sobre la industria farmacéutica para garantizar precios justos y razonables seguirá creciendo, y todos los ojos estarán puestos en el impacto que estas negociaciones tendrán en la vida de los beneficiarios de Medicare y en la atención médica en general en Estados Unidos.