La Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC, por sus siglas en inglés) ha puesto su mirada sobre Mango DAO y Blockworks Foundation por la supuesta venta no registrada de tokens MNGO, generando un eco profundo en el mundo de las criptomonedas. Esta acción marca un hito significativo en el contexto de las regulaciones emergentes que buscan dar forma a un espacio que ha estado tradicionalmente caracterizado por su falta de supervisión y la volatilidad inherente a sus activos digitales. La SEC reveló que Mango DAO y Blockworks Foundation habían recolectado más de 70 millones de dólares a través de la venta de estos tokens, lanzados inicialmente en agosto de 2021.
Estos tokens se comercializaban como tokens de gobernanza, prometiendo a los inversores la capacidad de participar en la toma de decisiones dentro de la plataforma Mango Markets. Sin embargo, la SEC alega que estas ventas se realizaron sin el cumplimiento de las leyes federales de valores, lo que plantea serias preocupaciones sobre la protección del inversor y la transparencia en el funcionamiento del mercado de criptomonedas. El anuncio de la SEC no solo señala a Mango DAO y Blockworks Foundation, sino que también implica a Mango Labs, las tres entidades cuya operación conjunta acarreó serias implicaciones legales. Según el comunicado de la SEC, tanto Blockworks Foundation como Mango Labs actuaban como intermediarios no registrados, brindando asesoramiento de inversión y facilitando transacciones de valores en la plataforma Mango Markets, todo ello sin la debida autorización que exige la ley. Esto resalta una tendencia preocupante donde las plataformas de criptomonedas, en su afán por innovar y atraer a usuarios, pueden estar eludiendo la normativa legal.
Jorge G. Tenreiro, el Jefe Actuante de la Unidad de Criptoactivos y Ciberseguridad de la SEC, enfatizó que tener la etiqueta de DAO o utilizar software automatizado no exime a las entidades de cumplir con las regulaciones de valores. “Si participas en funciones de intermediación de valores, debes registrarte o estar exento de hacerlo, independientemente de la tecnología utilizada y del tipo de entidad legal empleada”, subrayó Tenreiro. Este razonamiento sugiere que la SEC está firmemente comprometida con incluir a todos los actores del ecosistema cripto bajo el marco normativo que establece la protección del inversor. Como parte del acuerdo con la SEC, Mango DAO, Blockworks Foundation y Mango Labs no han admitido ni negado las acusaciones, pero han acordado pagar cerca de 700,000 dólares en sanciones civiles.
Asimismo, las empresas se han comprometido a destruir todos los tokens MNGO existentes, solicitar la eliminación de estos tokens de las plataformas de negociación y abstenerse de solicitar la venta o negociación de los mismos en el futuro. Estas medidas son parte de un esfuerzo más amplio por parte de la SEC para restablecer la confianza en un mercado que ha enfrentado críticas constantes debido a su falta de supervisión. El caso de Mango DAO es representativo de los desafíos a los que se enfrentan muchas iniciativas dentro del ámbito de las criptomonedas. La industria ha crecido con una velocidad asombrosa, y con ello han emergido proyectos que, aunque prometen democratizar el acceso a la inversión y la gobernanza, pueden verse tentados a operar al margen de la ley. La falta de claridad regulatoria ha permitido que muchos proyectos naveguen en aguas poco profundas, pero con la creciente supervisión por parte de los reguladores, es probable que veamos un cambio en esta dinámica.
Las consecuencias de este caso podrán llegar a ser muy amplias. Por un lado, podría incentivar a otros proyectos a cumplir con las regulaciones pertinentes antes de lanzar tokens o servicios al mercado. Por el otro, la noticia puede aumentar el escepticismo entre los inversores sobre la seguridad de sus inversiones en criptomonedas, particularmente en aquellos proyectos que no se someten a un escrutinio regulatorio riguroso. La SEC ha estado intensificando sus esfuerzos para regular el sector de criptomonedas en los últimos tiempos, y los casos como el de Mango DAO subrayan la necesidad de que los emprendedores del espacio crypto entiendan las implicaciones legales de sus acciones. A medida que más ataques regulatorios se producen, podría hacerse evidente que la innovación en este sector deberá llevarse a cabo alineada con las regulaciones existentes para evitar complicaciones legales que podrían llevar al cierre de operaciones o sanciones financieras severas.
A medida que el ecosistema de criptomonedas continúa evolucionando, es crucial que los actores del mercado, desde las startups hasta los grandes inversores, estén al tanto de las regulaciones que afectan sus actividades. La mejor práctica es buscar asesoría legal antes de lanzar nuevos proyectos o productos en este espacio, en lugar de esperar a que el organismo regulador actúe. La historia de Mango DAO y Blockworks Foundation es un recordatorio de que el mundo de las criptomonedas, aunque fascinante y lleno de posibilidades, no está exento de riesgos y obligaciones legales. En última instancia, la regulación puede ser vista no solo como un obstáculo, sino también como un componente esencial para la maduración del mercado de criptomonedas. La protección del inversor y la confianza en el sistema financiero son cuestiones fundamentales que deben ser priorizadas, y la SEC parece decidida a cumplir con su misión en este sentido.
En conclusión, el caso de Mango DAO es un reflejo de las dificultades a las que se enfrentan los innovadores en el ámbito de las criptomonedas. Sin duda, servirá como un precedente y una lección tanto para futuros proyectos como para los inversores que buscan participar en esta industria en continuo crecimiento. A medida que el paisaje regulatorio se establece, aquellas iniciativas que elijan la transparencia y el cumplimiento tendrán más posibilidades de prosperar en el futuro.