En los últimos años, las criptomonedas han dejado de ser un fenómeno marginal para convertirse en un elemento central del panorama financiero y tecnológico mundial. En Estados Unidos, una nación que históricamente ha sido líder en innovación, la adopción de activos digitales ha alcanzado niveles sin precedentes. Según un estudio reciente realizado por la National Cryptocurrency Association (NCA), el 21% de los adultos estadounidenses, que equivale a aproximadamente 55 millones de personas, ya utilizan criptomonedas en diversas formas. Este informe, que se considera el mayor análisis sobre tenedores de criptomonedas en el país, ofrece una radiografía detallada de quiénes son estos usuarios, por qué las utilizan y cómo perciben el futuro de esta tecnología emergente. El estudio, desarrollado en colaboración con Harris Poll, encuestó a 10,000 usuarios para comprender mejor las motivaciones, expectativas y comportamientos de quienes han adoptado el ecosistema cripto.
Los resultados revelan que la adopción de criptomonedas no está limitada a un perfil único. Aunque predominan los adultos jóvenes –el 67% de los usuarios tienen menos de 45 años– también existe una participación significativa de personas mayores, con un 15% de usuarios con más de 55 años. Este dato desmiente la creencia popular de que las criptomonedas son exclusivas para una generación o grupo demográfico específico. Otro hallazgo interesante tiene que ver con la diversidad de género entre los usuarios. Casi un tercio (31%) de los poseedores de criptomonedas son mujeres, lo que representa un crecimiento importante en un sector que anteriormente se percibía como dominado por hombres.
Además, la influencia laboral también es diversa: el 12% de los usuarios trabajan en la construcción, lo cual es una cifra más alta que el 7% que se desempeña en servicios financieros, tradicionalmente el sector más asociado a inversiones y activos digitales. El factor económico también resulta revelador. Aunque un gran segmento de usuarios (42%) tiene ingresos superiores a los 150,000 dólares anuales, una buena parte (26%) gana menos de 75,000 dólares al año, y el 40% de estos usuarios posee menos de 5,000 dólares en activos digitales. Esto refleja que la adopción de criptomonedas trasciende clases sociales y económicas, dando acceso a personas con diferentes capacidades financieras. Esta democratización ha sido durante mucho tiempo uno de los atractivos y promesas centrales de la tecnología blockchain: facilitar la inclusión financiera y ofrecer nuevos medios de participación en la economía global sin las barreras tradicionales.
Uno de los aspectos más alentadores que destaca esta investigación es la confianza que los usuarios tienen hacia las criptomonedas. Cerca del 76% asegura confiar en los activos digitales tanto o más que en las instituciones bancarias tradicionales. Esta confianza representa un cambio significativo en la percepción pública, que ha estado marcada por escepticismo y preocupaciones sobre la seguridad y la volatilidad del mercado. Sin embargo, no todo es certeza plena: el 64% de los poseedores de criptomonedas apoyan la regulación gubernamental, aunque al mismo tiempo casi dos tercios (67%) advierten que estas regulaciones podrían poner en riesgo la innovación. Este equilibrio refleja una actitud pragmática y consciente, en la que los usuarios buscan un equilibrio entre protección y libertad para experimentar e innovar.
La curiosidad y las recomendaciones personales jugaron un papel fundamental en la adquisición inicial de criptomonedas. Más de la mitad de los usuarios comenzaron a usar estos activos entre 2020 y 2025. La principal motivación fue la inversión, mencionada por el 60%, pero también la fascinación tecnológica fue un fuerte motor, señalado por el 50%. Por otro lado, el respaldo de familiares y amigos fue clave para el 36%, lo que indica que el boca a boca y la comunidad son factores importantes en el crecimiento del mercado cripto. El uso de criptomonedas no se limita solo a la inversión o tráfico en el mercado financiero.
Muchas personas las utilizan para adquirir bienes y servicios; de hecho, el 39% reporta comprar con criptomonedas, y de este grupo casi el 96% lo hace al menos una vez al año, mientras que un 9% lo emplea para pagos diarios. Esto señala que el ecosistema cripto está logrando una adopción práctica y cotidiana, no solo especulativa. Las aplicaciones innovadoras van más allá del comercio habitual. Un porcentaje significativo de usuarios (32%) participa en la compra y venta de tokens no fungibles (NFTs), mientras que otros usan criptomonedas para juegos descentralizados y para intercambiar coleccionables digitales, arte y propiedades inmobiliarias. Este fenómeno pone de manifiesto el impacto de lo digital en diferentes industrias y cómo la tecnología blockchain puede facilitar nuevas formas de interacción y negocio.
En el plano más amplio, los usuarios de criptomonedas expresan una visión positiva respecto al potencial futuro de esta tecnología. Un 45% considera que las criptomonedas pueden promover la inclusión financiera y ayudar a reducir la pobreza, mientras que otro 45% destaca su capacidad para mejorar las transacciones digitales. Además, el 38% piensa que el cripto impulsará la innovación tecnológica, y una misma proporción confía en que podrá contribuir a prácticas económicas sostenibles. El 33% añade que estas tecnologías podrían facilitar el comercio internacional y la cooperación global. El rol del National Cryptocurrency Association como entidad dedicada a educar y apoyar a usuarios demuestra la importancia de contar con organizaciones que promuevan la transparencia y la comprensión de este mercado.