Los mercados se rebelarán si Trump o cualquier presidente intenta controlar la Reserva Federal, dice un economista de Harvard En un clima político enrarecido y marcado por la polarización, los rumores sobre la posibilidad de que un presidente, ya sea Donald Trump o cualquier otro, intente ejercer control sobre la Reserva Federal han comenzado a preocupar a economistas y analistas del mercado. Según un destacado economista de Harvard, cualquier intento de interferir en la independencia de la Fed podría provocar un levantamiento en los mercados financieros, una advertencia que resuena en medio de un panorama económico incierto. La Reserva Federal, o Fed, es el banco central de los Estados Unidos y tiene la responsabilidad crucial de manejar la política monetaria del país. Esto incluye ajustar las tasas de interés, regular la cantidad de dinero en circulación y, en general, actuar como un estabilizador de la economía. Su independencia es fundamental para mantener la confianza de los inversores y garantizar un entorno económico saludable.
Como ha señalado el economista, la manipulación o intento de control político sobre la Fed podría tener consecuencias devastadoras. En las últimas décadas, la fragmentación política ha llegado a afectar a casi todas las instituciones del gobierno, y la Fed no es la excepción. A pesar de su estatus como entidad independiente, la presión política sobre la Reserva Federal ha aumentado. Especialmente en tiempos de crisis económica, los presidentes tienden a presionar por políticas que favorezcan un crecimiento rápido. Sin embargo, los economistas advierten que tales políticas pueden tener un costo a largo plazo, como la inflación y la inestabilidad del mercado.
Un ejemplo prominente de esta presión se puede observar en las constantes críticas que Donald Trump ha hecho a la Fed durante su presidencia. En sus tuits y declaraciones públicas, Trump expresó su descontento con ciertas decisiones de la Reserva Federal, específicamente en lo que respecta a las tasas de interés. El ex presidente argumentó que tasas más altas obstaculizaban su agenda económica. Sin embargo, los expertos sostienen que la Fed debe actuar de manera autónoma y basada en datos económicos, no en motivos políticos. El economista de Harvard enfatiza que la independencia de la reserva es un pilar fundamental que garantiza la estabilidad económica.
“Si los presidentes comienzan a pensar que pueden controlar la Fed en función de sus intereses políticos, lo que veremos es un desprecio inmediato por parte de los mercados”, afirmó. Esta “rebelión” podría manifestarse en una venta masiva de acciones, un aumento en los rendimientos de los bonos y, posiblemente, en una crisis de confianza que afectaría gravemente la economía estadounidense. La reacción histórica de los mercados ante la intervención política en la Reserva Federal no es un fenómeno nuevo. Durante la Gran Recesión, por ejemplo, la Fed implementó políticas agresivas en un intento de estimular la economía, como la reducción de las tasas de interés y la compra de activos. Aunque estas medidas fueron efectivas para estabilizar el sistema financiero, cualquier indicio de manipulación política tuvo efectos contraproducentes.
Desde el punto de vista de los inversores, la certeza y la estabilidad son valores innegociables. Si se perciben intentos de control político sobre la Fed, los inversores podrían decidir reasignar su capital a mercados más estables y predecibles. Esta posibilidad sería especialmente preocupante considerando el actual estado del mercado, que sigue lidiando con los efectos colaterales de la pandemia de COVID-19, la inflación y las tensiones geopolíticas. Los analistas aseguran que cualquier mensaje de interferencia política puede ser entendido como una señal de alerta inmediata para los inversionistas. Así, este economista de Harvard expone que los mercados son extremadamente sensibles a la incertidumbre.
Un entorno en el que el presidente de turno intenta controlar a la Fed podría ser un imán para la inestabilidad, generando en poco tiempo una fuga de capitales y la caída libre de las acciones. Además, existe un riesgo añadido que proviene de la atención internacional. La economía de Estados Unidos está interconectada con el resto del mundo, y cualquier debilidad en su sistema financiero podría tener repercusiones globales. Los mercados internacionales podrían endurecerse si reconocen que la política estadounidense amenaza la independencia de su banco central. Al fin y al cabo, la percepción de los inversores internacionales es igualmente vital para mantener la fortaleza del dólar y la posición de Estados Unidos como líder económico global.
La conversación sobre la independencia de la Fed no solo involucra a los presidentes, sino también a los legisladores. Si bien muchos coinciden en la importancia de mantener la autonomía de la Reserva Federal, el creciente populismo en diversas regiones del mundo ha llevado a un creciente cuestionamiento de las instituciones tradicionales. La presión para cambiar las reglas del juego y llevar a cabo reformas drásticas no se limita únicamente a un partido político. Sin embargo, el economista de Harvard sostiene que la clave para una economía fuerte es el compromiso con la independencia institucional. “La estabilidad económica no se logra a través de políticas impulsadas por la coyuntura política, sino a través de un sólido manejo de la política monetaria que responda a los datos”, dijo.