En el mundo tecnológico actual, donde la competencia y colaboración entre gigantes como Apple y Google definen el rumbo de incontables servicios digitales, es común presenciar discrepancias en las versiones y datos publicados por cada compañía. Recientemente, esta dinámica se evidenció a partir de un anuncio que generó controversia: Apple afirmó que las búsquedas en Google a través de Safari habían disminuido por primera vez en 22 años, mientras que Google aseguró que, en general, las búsquedas provenientes de dispositivos Apple aumentaron. Esta aparente contradicción ha abierto un debate sobre el comportamiento real de los usuarios y las tendencias del mercado en cuanto a búsqueda en internet. Para entender este conflicto, es fundamental conocer que Apple, propietaria del navegador Safari, señaló específicamente una caída en la cantidad de consultas realizadas en Google utilizando este navegador. Eddy Cue, vicepresidente senior de software y servicios de Apple, fue quien mencionó que durante el último mes se observó un descenso en las búsquedas en Google a través de Safari, un hecho sin precedentes en más de dos décadas.
Algo inusual considerando la popularidad histórica del gigante de las búsquedas, Alphabet Inc., y su predominancia en el mercado. Por otro lado, Google reaccionó rápidamente con un comunicado donde indicaba que las búsquedas totales en sus plataformas aumentaron, incluyendo aquellas realizadas desde dispositivos Apple. El comunicado no mencionó específicamente a Safari ni detalló el origen exacto de estas búsquedas, solamente hizo énfasis en el crecimiento general y en la mejora constante de la experiencia de búsqueda integrada en sus aplicativos y servicios como la app de Google, Chrome, búsqueda por voz y Google Lens. Este choque de datos puede interpretarse al analizar que una cosa son las búsquedas hechas específicamente desde Safari, y otra las búsquedas que se generan en otras aplicaciones o navegadores instalados en dispositivos Apple.
No hay contradicción si se entiende que mientras las búsquedas en Google a través de Safari han descendido, el uso general de Google en iPhones y iPads, por ejemplo, ha incrementado gracias a aplicaciones dedicadas y navegación en otros entornos distintos al navegador por defecto de Apple. La explicación más lógica es que usuarios de dispositivos Apple han comenzado a diversificar las formas en que acceden a Google Search. Aunque Safari es el navegador principal en estos dispositivos, muchas personas prefieren usar el navegador Google Chrome, una app externa que ofrece una experiencia de usuario diferente, con características mejor integradas a su cuenta de Google, o bien utilizan directamente la aplicación oficial de Google para búsquedas. Además, mecanismos de búsqueda emergentes como la búsqueda por voz o la integración de inteligencia artificial también incrementan el volumen de consultas realizadas fuera del navegador Safari. Un elemento novedoso que ha sido destacado por Eddy Cue es la creciente influencia de la inteligencia artificial (IA) en los hábitos de búsqueda.
Cue argumentó que el descenso en las búsquedas clásicas vía motores tradicionales, como Google en Safari, se debe en parte al avance y adopción de proveedores de búsquedas basados en IA, tales como OpenAI, Perplexity AI Inc. y Anthropic PBC. Aseguró que estos nuevos actores podrían eventualmente reemplazar a los motores de búsqueda convencionales, incluyendo al propio Google. Además, Apple ha insinuado que está considerando integrar estas opciones de búsqueda con inteligencia artificial en Safari en un futuro cercano, lo que marcaría un cambio importante en su acercamiento a cómo los usuarios interactúan con el contenido en línea. Esta visión de Apple revela una estrategia a mediano o largo plazo para transformar el ecosistema de búsquedas, apoyándose en la innovación tecnológica para diferenciarse y posiblemente competir de forma más directa con Google.
La reacción de los mercados fue inmediata con una caída del 8% en el valor de las acciones de Google tras el anuncio inicial de Apple. Esto evidenció cómo cada palabra o dato publicado por estas empresas puede tener un impacto económico y generar incertidumbre en inversores y consumidores. Sin embargo, la aclaración dada por Google permitió atenuar un poco el revuelo, recordando que la experiencia de búsqueda está evolucionando y que la accesibilidad a Google Search se está expandiendo en diferentes aplicaciones y formatos. La empresa se muestra optimista respecto al futuro, confiando en que las innovaciones en su motor y la integración de inteligencia artificial harán que la búsqueda sea más útil y adaptativa a las necesidades cambiantes de los usuarios. Este escenario trae importantes consideraciones para quienes diseñan estrategias de marketing digital y posicionamiento web, ya que el entorno de búsqueda en dispositivos Apple ya no se limita únicamente al navegador predeterminado.
Optimizar para la app de Google, entender cómo los usuarios emplean asistentes de voz y aprovechar tecnologías emergentes serán clave para mantener visibilidad y captar tráfico de calidad. Por otro lado, la entrada de nuevos jugadores de IA en el mercado de búsquedas, avalados por empresas tecnológicas de renombre y con propuestas innovadoras, representa un desafío para el dominio de Google, que ha sido el motor de búsqueda líder de manera casi indiscutible durante más de dos décadas. Apple, con su estrategia de abrir la puerta a estas alternativas dentro de sus plataformas, promueve un ecosistema más diverso que podría cambiar las reglas del juego. Para los usuarios, esta diversidad de opciones puede traducirse en experiencias más personalizadas y eficientes a la hora de encontrar información. A medida que la inteligencia artificial mejora la comprensión del lenguaje natural, la precisión de los resultados y la interacción con datos multimedia, la manera tradicional de teclear palabras clave en un buscador podría quedar parcialmente obsoleta.