El fascinante continente asiático guarda en sus pliegues una historia de conexiones profundas, intercambios culturales y comerciales que remontan a milenios. William Dalrymple, reconocido historiador y escritor, presenta en su obra "The Golden Road: How Ancient India Transformed The World" una perspectiva revolucionaria sobre la trascendencia de la India antigua en el desarrollo global. A través de la narrativa, Dalrymple revela una mundialización precoz entre el subcontinente indio y diversas regiones de Eurasia que ha sido ignorada o poco comprendida en la historiografía convencional. El corazón de esta historia se encuentra en el esplendoroso pasado de la India, no solo como una civilización aislada, sino como un epicentro neurálgico de intercambio y difusión cultural, religiosa y científica. El libro destaca cómo elementos como el budismo, las matemáticas, la lengua sánscrita, la filosofía y el arte se esparcieron desde el subcontinente hacia el este de Asia y también hacia el occidente, influyendo profundamente en sociedades tan diversas como las de China, Japón, el Sudeste Asiático y el mundo romano.
Uno de los elementos más deslumbrantes de este relato es la descripción de las cuevas de Ajanta, un conjunto de murales y esculturas excepcionales que datan del primer milenio. Dalrymple nos invita a contemplar la variedad étnica plasmada en estas obras, donde personajes persas, romanos, etíopes, escitas y otros conviven en una sintonía artística y cultural, reflejando un intercambio global ya en marcha hace dos mil años. Esta pieza arqueológica es testimonio simbólico de un mundo donde las fronteras eran permeables y las ideas viajaban tan rápido como las caravanas y los barcos a vela. El relato de Dalrymple se adentra luego en la notable universidad de Nalanda, emblema del conocimiento antiguo, que albergó durante siete siglos a miles de estudiantes y maestros en disciplinas tan diversas como lógica, astronomía, medicina, filosofía y gramática. Nalanda no solo fue un centro educativo sino también un nodo académico global.
Eruditos de lugares remotos como China hacían expediciones para aprender y traducir textos sánscritos, facilitando la difusión del saber indio hacia culturas tan distantes como la china, coreana y japonesa. Esta notable red de intercambios intelectuales desafía la idea moderna de la globalización como un fenómeno reciente y subraya la antigüedad de la conectividad humana. En el mismo contexto, Dalrymple destaca la influencia palpable del sánscrito y de la cultura india en gran parte del Sudeste Asiático. Desde el nombre de Aerolíneas Garuda en Indonesia, inspirado en la figura mitológica hindú, hasta la arquitectura monumental de Angkor Wat en Camboya, la impronta india es inconfundible. Lo mismo sucede con el templo de Borobudur en Java, cuyas bases espirituales y arquitectónicas se derivan de tradiciones indias traídas por maestros tántricos.
Esta interpenetración cultural dejó huellas indelebles en la lengua, la religión, la escritura y las costumbres de numerosas sociedades asiáticas. El relato continúa hacia el oeste, donde la India mantenía activos lazos comerciales a través del mar Rojo hasta Egipto, en tiempos del dominio romano. En esta ruta marítima, productos como especias, perlas, marfil y piedras preciosas fluían constantemente, haciendo de la India un socio comercial esencial para Roma. Incluso figuras históricas como Plinio el Viejo comentaban con preocupación la fuga constante de riqueza hacia Indostán, evidenciando la importancia económica de este comercio intercontinental. Entre las curiosidades está la llegada de animales exóticos para los juegos de gladiadores en el Coliseo y la presencia documentada de eunucos indios en las cortes romanas.
Más allá de la economía, la transmisión del conocimiento científico y matemático desde la India hacia el mundo islámico y Europa forma un capítulo crucial. El desarrollo del número cero, la noción revolucionaria que transformó las matemáticas, tiene sus raíces en la antigüedad india. Figuras como Aryabhata y Brahmagupta sentaron las bases de la astronomía y aritmética modernas mucho antes de la era europea, haciendo cálculos precisos del movimiento planetario y creando sistemas numéricos avanzados. Estos conocimientos viajaron a través de rutas comerciales y culturales hacia Bagdad, donde fueron traducidos y reinterpretados, y posteriormente llegaron a Europa mediante eruditos y viajeros como Fibonacci, quien popularizó los llamados “números árabes” en el continente. El impacto cultural de esta transmisión matemática fue fundamental para el desarrollo económico de Europa, sembrando las bases para el Renacimiento y el auge comercial que definiría la Edad Moderna.
Sin embargo, Dalrymple señala con ironía cómo este florecimiento europeo se sustentó parcialmente en el conocimiento y recursos originados en India, mientras que la historia oficial minimizó este legado. Más allá de la historia y la ciencia, "The Golden Road" expone también la interacción y sincretismo religioso que tejió un rico tapiz espiritual en Asia. El ejemplo del bodhisattva Avalokiteshvara, venerado como Kannon en Japón, ilustra esta difusión y adaptación cultural. Lo que comenzó como un concepto budista halló su camino a través de diferentes países y tradiciones, fusionándose con deidades y creencias locales, dando lugar a nuevas formas de veneración y rituales. Este fenómeno desafía la idea de culturas estáticas y resalta la dinámica de la identidad en la historia global.
Dalrymple asimismo cuestiona las percepciones eurocéntricas que durante siglos han ocultado o distorsionado la importancia de India en la génesis de la civilización mundial. Desde Voltaire hasta Kant, varios pensadores occidentales ya reconocieron en el pasado la relevancia del subcontinente indio como cuna de ideas y religión, pero este reconocimiento fue opacado con las narrativas coloniales. Hoy, a través de una rigurosa investigación y una prosa cautivadora, el autor rescata este legado para una nueva generación, promoviendo una visión más inclusiva y global del pasado humano. Esta obra también invita a reflexionar sobre la naturaleza de la globalización. Lejos de ser un fenómeno exclusivo de la era moderna, la historia enseña que los intercambios humanos siempre han existido, moldeando las culturas y economías de manera compleja y multidireccional.