El avance tecnológico en la industria automotriz, especialmente en el sector de vehículos eléctricos (EV), está marcando un ritmo acelerado en el desarrollo y lanzamiento de nuevos productos. China, un mercado clave, se destaca por lanzar nuevos modelos en tan solo 18 meses, mientras que los fabricantes occidentales luchan con ciclos de desarrollo que superan los cuatro años. Este desafío impone una gran presión en la industria para innovar de manera más rápida, económica y eficiente, centrando gran atención en el componente crítico que son las baterías. En este contexto, Breathe Battery Technologies emerge como una empresa pionera que está transformando la forma en que se diseñan, prueban y optimizan las baterías gracias a su software avanzado. Recientemente, la compañía aseguró una financiación de 21 millones de dólares en una ronda Serie B liderada por Kinnevik, con la participación de Lowercarbon Capital y el fondo tecnológico de Volvo Cars, lo que demuestra la confianza del mercado en su tecnología y potencial de crecimiento.
El corazón de la innovación de Breathe reside en su capacidad para ofrecer predicciones precisas y personalizadas sobre el rendimiento futuro de las baterías. Esto es especialmente relevante dado que las baterías, aunque fabricadas bajo estrictos controles de calidad, nunca son idénticas entre sí. Diferencias microscópicas en cada celda pueden afectar la cantidad de calor generado durante la carga rápida o la resistencia a ciclos repetidos de carga y descarga. Esta variabilidad plantea desafíos a los fabricantes que desean maximizar la durabilidad y eficiencia de los sistemas de almacenamiento energético. Breathe ha desarrollado una suite de productos compuesta por Design, Model, Map y Charge, cada uno enfocado en aspectos específicos del ciclo de vida y funcionamiento de las baterías.
Charge, el primer producto lanzado al mercado, permite optimizar las estrategias de carga para reducir el tiempo necesario o extender la vida útil del acumulador. Por ejemplo, la colaboración con el fabricante chino de teléfonos móviles Oppo llevó a una reducción del 27% en el tiempo de carga, mientras que Volvo está incorporando este software en su próximo sedán eléctrico ES90, logrando una carga del 10% al 80% en apenas 20 minutos. Esta capacidad de adaptar la carga a las características individuales de cada celda permite maximizar el rendimiento sin comprometer la seguridad o integridad del sistema. El valor de Breathe no se limita únicamente a la optimización de la carga. Su propuesta también facilita la toma de decisiones estratégicas en el diseño y desarrollo de baterías a largo plazo.
La tecnología Model, que se entrega a los clientes después de unas cuatro semanas de pruebas, simula con gran precisión cómo se comportará un determinado tipo de batería en condiciones reales durante años de uso. Posteriormente, la herramienta Map complementa el modelo con datos reales provenientes de pruebas continuas, ofreciendo una perspectiva dinámica y actualizada del rendimiento. Finalmente, Design, próximamente lanzado, proporcionará herramientas de software para acelerar el proceso de diseño, permitiendo a los fabricantes experimentar virtualmente cambios en la química, estructura o condiciones de uso sin depender exclusivamente de procesos costosos y prolongados de laboratorio. Este enfoque basado en simulaciones y pruebas aceleradas reduce significativamente la necesidad de lo que el CEO Ian Campbell denomina “pruebas de laboratorio por fuerza bruta”. Este término hace referencia a la metodología tradicional en la que numerosas baterías se someten a un extenso y caro proceso de ensayo para evaluar su viabilidad y comportamiento.
La analogía con la industria de semiconductores es pertinente, ya que empresas como Apple y Nvidia han aprovechado décadas de evolución en software de simulación para reducir tiempos y costos al diseñar sus procesadores, trabajando en estrecha colaboración con fabricantes de chips como TSMC. Del mismo modo, Breathe quiere posicionarse como el estándar para la simulación y predicción del rendimiento de baterías, potenciando la innovación y eficiencia en un sector crucial para la transición energética mundial. El contexto global favorece el desarrollo de este tipo de tecnologías. La presión por acelerar la electrificación del transporte es cada vez mayor, con regulaciones más estrictas para reducir emisiones de gases de efecto invernadero y un creciente interés de consumidores en vehículos eléctricos. Sin embargo, el éxito comercial y la adopción masiva dependen en gran medida de superar dos obstáculos fundamentales: la autonomía y la durabilidad de las baterías.
Poder garantizar que una batería mantendrá un buen rendimiento durante años y cargas sucesivas es decisivo para la confianza del usuario y la rentabilidad del producto. Aquí, Breathe ofrece una propuesta de valor singular y valiosa. Otro aspecto interesante es la diversificación en la adopción de sus soluciones. Mientras que inicialmente el foco de Breathe estuvo en optimizar la carga rápida para smartphones y dispositivos electrónicos de consumo, actualmente están ampliando su alcance al sector automotriz y otras industrias donde las baterías juegan un papel central. La colaboración con Volvo demuestra que grandes fabricantes reconocen el valor de integrar software avanzado en la gestión de baterías, lo que puede traducirse en vehículos con mejor desempeño y mayor vida útil.
Además, su base en Londres con un laboratorio equipado para realizar variadas pruebas en baterías ofrece una combinación perfecta entre datos experimentales y simulaciones digitales. Esto garantiza que los modelos desarrollados no son meras aproximaciones teóricas, sino reflejan con realismo el comportamiento esperado en condiciones del mundo real. Esta integración entre laboratorio y software genera una ventaja competitiva difícil de replicar y que podría establecer nuevos estándares en el desarrollo de baterías. La ronda de financiación de 21 millones de dólares permitirá a Breathe acelerar aún más el desarrollo y despliegue de sus productos, además de ampliar su equipo y capacidad operativa. En un mercado global donde la competencia es feroz y la innovación tecnológica es clave para mantener la relevancia, contar con respaldo de inversionistas especializados como Kinnevik, Lowercarbon Capital y Volvo Cars Tech Fund no solo proporciona recursos, sino también credibilidad y acceso a redes estratégicas.
Mirando hacia el futuro, la contribución de soluciones como las de Breathe será vital para la consolidación de tecnologías limpias y sostenibles. A medida que los fabricantes exploran nuevas químicas para baterías, como los avances en baterías de estado sólido o tecnologías alternativas de almacenamiento, la capacidad de predecir su comportamiento y optimizar su uso mediante software eliminará incertidumbres y riesgos, acelerando la adopción y despliegue comercial. En resumen, Breathe Battery Technologies está transformando radicalmente la industria de las baterías combinando la potencia de la simulación digital con pruebas empíricas para permitir a fabricantes y diseñadores tomar decisiones informadas, reducir costos y perfeccionar productos para los mercados actuales y futuros. Su reciente éxito en la recaudación de fondos es un indicativo claro del interés y la necesidad urgente de soluciones sofisticadas en la carrera hacia la electrificación y un futuro más sostenible. Por tanto, seguir de cerca su evolución es imprescindible para todos los que estén involucrados en movilidad eléctrica, electrónica avanzada y almacenamiento energético.
La innovación en la optimización de baterías no solo impacta a los fabricantes, sino también a los consumidores finales y al medio ambiente. Baterías más eficientes y duraderas significan menos residuos, menor demanda de recursos naturales y una reducción significativa en la huella de carbono asociada a la producción y desecho de dispositivos eléctricos. En definitiva, Breathe se posiciona como un actor clave que está escritando una nueva era en la gestión inteligente de baterías.