Slash, el icónico guitarrista de Guns N' Roses, ha compartido su sabiduría sobre la compra de guitarras, ofreciendo una perspectiva refrescante en un mundo musical donde el precio a menudo se equipara con la calidad. En una reciente entrevista con Reverb, el virtuoso de la guitarra enfatizó que, a pesar de su famosa colección de guitarras y su fama en el escenario, no es necesario gastar una fortuna para encontrar un instrumento que se adapte a las necesidades de cualquier músico. Desde su debut en el panorama musical a finales de los años 80, Slash ha cautivado a millones con su sonido distintivo y su estilo inconfundible. Con una trayectoria que abarca décadas y una impresionante colección de guitarras vintage, su opinión sobre el tema adquiere una gran relevancia. En lugar de promover la idea de que solo los instrumentos caros ofrecen calidad, él sostiene que un músico puede estar completamente satisfecho con una guitarra que no le cueste una fortuna.
Durante la entrevista, Slash subrayó que la búsqueda de una buena guitarra no debe convertirse en una carrera en la que los músicos sientan que deben gastar miles de dólares para obtener un buen sonido. “Solo necesitas una buena guitarra, y estás listo para toda la vida”, afirmó. Esta sencilla pero poderosa filosofía hace eco en muchos aspirantes a guitarristas que tal vez se sientan intimidados por los altos precios de los modelos más reconocidos. Con el crecimiento del mercado de guitarras vintage en los últimos años, muchos músicos se han visto excluidos de acceder a modelos clásicos debido a su precio exorbitante. Slash se unió a la voz de otros referentes de la música al advertir que la creciente elitización de estos instrumentos ha dificultado que los músicos en formación y los entusiastas puedan experimentar con guitarras que, en su esencia, están destinadas a ser tocadas.
Mencionó el problema de aquellos que desean un Fender Stratocaster de 1957, pero que no pueden justificar gastar 55,000 dólares por un instrumento que, a la larga, podría no sonar tan diferente a una guitarra nueva de mil dólares. La realidad, como bien indicó Slash, es que muchos de los que invierten grandes sumas de dinero en guitarras viejas, lo hacen más por el estatus que por el aspecto sonoro o funcional. “La gente que compra una guitarra de un millón de dólares es mentalmente similar a los que compran Rolls-Royces”, dijo. Esta conexión resalta la diferencia entre el músico que busca un buen instrumento para tocar y el coleccionista que está más interesado en el valor de inversión de la pieza. Slash también compartió sus experiencias personales con guitarras vintage, advirtiendo que, aunque pueden tener un atractivo histórico, muchas veces llegan con sus propias complicaciones que pueden no ser adecuadas para todos los músicos.
En su propio trayecto, se encontró lidiando con la adaptación de una guitarra ES-335 que había adquirido para un álbum, a la que no podía conectar inmediatamente con su sonido característica de la Les Paul. Fue solo al trabajar en su álbum de blues “Orgy Of The Damned” que logró apreciar el verdadero carácter de la ES-335. Este tipo de experiencia es emblemático entre los guitarristas. La conexión que se siente al tocar un instrumento no siempre es instantánea, y puede requerir tiempo y esfuerzo descubrir su potencial. Tal vez eso es lo que hace que la búsqueda de la guitarra ideal sea tan emocionante; la promesa de una relación musical que evoluciona con el tiempo.
El mensaje principal de Slash es que no hay necesidad de caer en la trampa de la compra por impulso basada en el precio o la marca. Es un recordatorio de que una guitarra de calidad puede encontrarse a precios accesibles y que lo más importante es la conexión que uno establece con el instrumento. “Puedes conseguir una guitarra excelente, tan buena como la que jamás vas a necesitar, sin tener que destrozar tus finanzas”, enfatizó. Esto resuena profundamente en un momento en que la música y el arte en general han enfrentado desafíos debido a la inflación y otros factores económicos. Muchos músicos enfrentan la presión de invertir en equipos costosos para competir en una industria que a menudo mide su valor por el precio de sus herramientas.
En este contexto, el consejo de Slash es un bálsamo refrescante que subraya que la pasión y la dedicación son más importantes que la etiqueta en la cabeza de una guitarra. A medida que la discusión sobre la accesibilidad en el mundo de la música avanza, las palabras de Slash invitan a todos a reconsiderar sus prioridades al elegir un instrumento. En lugar de dejarse llevar por nombres de marcas o precios exorbitantes, deberían fijarse en cómo se sienten al tocar, en la versatilidad del instrumento y en cómo responde a su estilo personal. Una de las grandes ventajas de la tecnología actual es que los músicos tienen más acceso que nunca a guitarras que ofrecen excelentes características y sonido a precios razonables. Desde marcas menos conocidas hasta modelos personalizados que ofrecen calidad comparable a las grandes marcas, las opciones son casi infinitas.