El acceso a la equidad de una vivienda se ha convertido en una herramienta financiera cada vez más utilizada por los propietarios para obtener liquidez sin necesidad de recurrir a opciones de crédito costosas como las tarjetas. Un estudio reciente de Experian revela un aumento notable en el uso de las líneas de crédito sobre la equidad (HELOC) en los últimos años, reflejando diferencias significativas en cómo cada generación maneja este recurso. Sin embargo, el hecho de que esta práctica esté cada vez más extendida no significa que sea adecuada para todos, pues es importante entender los riesgos y beneficios antes de sumergirse en esta forma de endeudamiento. Con la evolución del mercado hipotecario y las tasas de interés actuales, el panorama para tomar un HELOC ha cambiado considerablemente. Actualmente, las tasas hipotecarias están alrededor del 7%, lo que disuade a muchos propietarios de refinanciar sus viviendas.
En lugar de asumir una nueva hipoteca con una tasa más alta, muchos prefieren sacar dinero de la equidad acumulada en su casa sin afectar su préstamo inicial, optando por líneas de crédito. Esta estrategia ofrece flexibilidad ya que permite retirar solo la cantidad necesaria y durante el período de extracción se pueden realizar pagos solo de intereses, lo cual es atractivo para muchos. El estudio de Experian muestra que el saldo de deuda en HELOC aumentó un 7.2% en 2024, consolidando una tendencia de tres años consecutivos de crecimiento. No obstante, quienes más están aprovechando este recurso son las generaciones Millennials y Generación X, con incrementos del 8.
2% en sus balances promedio, ambos superando los 50,000 dólares. Esto refleja no solo una mayor disposición a asumir deuda sino también una mayor acumulación de equidad para poder acceder a estas cifras. La Generación Z presenta saldos más bajos, en promedio alrededor de 40,500 dólares, algo entendible considerando que son nuevos en el mercado inmobiliario y cuentan con menos tiempo para acumular equidad. En el otro extremo, los Baby Boomers y la Generación Silenciosa muestran aumentos más modestos en el uso de HELOC, con incrementos del 3.7% y 1.
1%, respectivamente. Esto puede atribuirse a que muchos dentro de estas generaciones están cerca o ya en etapa de retiro y prefieren no asumir nuevas deudas. Esta creciente popularidad de las líneas de crédito hipotecarias plantea interrogantes importantes sobre la conveniencia de esta práctica. Aunque extraer dinero del valor neto de la vivienda puede parecer una opción financiera sensata comparada con las altas tasas de las tarjetas de crédito, conlleva riesgos que deben considerarse. Antes que nada, cada persona debe evaluar su capacidad para gestionar un potencial aumento en los pagos mensuales debido al ciclo de amortización posterior al período de extracción.
La mayoría de los HELOCs permite que durante los primeros cinco a diez años solo se paguen los intereses, pero después el préstamo entra en fase de amortización donde se deben pagar capital e intereses, lo que puede disparar la cuota mensual de forma significativa, especialmente si las tasas de interés aumentan. Por otro lado, el uso de la equidad en la vivienda debe ser parte de una estrategia financiera bien pensada. Utilizar este recurso para pagar deudas con altos intereses o para proyectos que incrementen el valor del hogar puede ser una decisión inteligente. Sin embargo, utilizarlo para gastos superfluos o sin un plan claro puede poner en riesgo la estabilidad financiera y dejar al propietario con una deuda difícil de manejar en el futuro. Además, debemos tener en cuenta que utilizar nuestra casa como garantía implica el riesgo potencial de perderla si las obligaciones no se cumplen.
La situación económica general y las perspectivas del mercado inmobiliario también influyen en la decisión de aprovechar la equidad. Algunos expertos alertan que ciertos tipos de viviendas podrían enfrentarse a una caída en su valor hacia finales de 2025, lo que podría impactar negativamente en la equidad acumulada y la capacidad de pago de quienes hayan tomado un HELOC recientemente. En este sentido, es crucial estar informado sobre las condiciones específicas del mercado local y la estabilidad del valor de la propiedad antes de tomar decisiones de crédito. En cuanto a las diferencias generacionales, no solo las cantidades promedio de HELOC varían, sino también las motivaciones y las circunstancias que llevan a cada grupo a utilizar estos préstamos. Los Millennials y la Generación X están en etapas de vida donde pueden estar invirtiendo en mejoras del hogar, educación o necesidades familiares, por lo que acceden a la equidad para financiar estos aspectos sin afectar su hipoteca principal.
La Generación Z, aunque menos involucrada actualmente, empieza a explorar esta opción a medida que adquiere propiedades. Para los Baby Boomers y la Generación Silenciosa, el uso más cauteloso responde en gran medida a su enfoque hacia la estabilidad financiera post jubilación. Prefieren evitar deudas adicionales y proteger su patrimonio para la vejez, aunque algunos pueden recurrir al HELOC para gestionar gastos médicos o emergencias. Estas diferencias reflejan no solo hábitos de consumo distintos, sino también actitudes hacia el riesgo y la deuda. El auge de las líneas de crédito para acceder a la equidad del hogar representa tanto una oportunidad como una responsabilidad.