Título: ¿Son las "blockchains con permisos" verdaderas blockchains? En la última década, la tecnología blockchain ha revolucionado la forma en que consideramos la seguridad y la transparencia en la transmisión de datos. Nacida con el objetivo de eliminar intermediarios y ofrecer un sistema descentralizado, la blockchain ha sufrido numerosas adaptaciones y variaciones desde su creación. Una de las divisiones más notables que ha surgido en este espacio es la distinción entre las “blockchains públicas” y las “blockchains con permisos” (o permissioned blockchains). Sin embargo, surge una pregunta que muchos se hacen: ¿son las blockchains con permisos verdaderas blockchains? Para entender esta cuestión, primero debemos profundizar en lo que constituye una blockchain. En términos simples, una blockchain es una base de datos descentralizada que se almacena en múltiples nodos.
Cada bloque de información se enlaza cronológicamente a su predecesor, creando un registro inmutable de transacciones que es accesible a todos los participantes de la red. Esta estructura permite la transparencia y la seguridad, características que se han vuelto fundamentales en diversas industrias, desde la financiera hasta la sanitaria. Las blockchains públicas, como Bitcoin y Ethereum, son accesibles para cualquier usuario y permiten que cualquier persona participe en la red. Esto fomenta un sistema en el que la confianza se asegura a través de la descentralización, ya que no hay una autoridad central que controle la red. Sin embargo, con el aumento de la demanda y la adopción de la tecnología blockchain en el ámbito empresarial, las blockchains con permisos han comenzado a ganar popularidad.
Este tipo de blockchain limita quién puede participar en la red y qué transacciones pueden realizarse, lo que plantea un desafío a la noción de descentralización comúnmente asociada a las blockchains. Las blockchains con permisos son creadas para entornos específicos: empresas, consorcios o incluso gobiernos que buscan aprovechar las ventajas de la tecnología blockchain sin sacrificar el control. En este modelo, la identidad de los participantes es conocida y verificada, lo que puede aumentar la eficiencia y la velocidad de las transacciones. Sin embargo, esta característica es precisamente la que lleva a muchos a cuestionar su autenticidad como una verdadera blockchain. Una de las principales críticas que enfrentan las blockchains con permisos es su falta de descentralización.
Al limitar los participantes, ¿dónde queda la esencia de una tecnología diseñada para desafiar el control centralizado? Algunos expertos argumentan que lo que realmente tenemos en las blockchains con permisos es una base de datos avanzada, no una verdadera blockchain. Sin la descentralización, se argumenta que el sistema es susceptible a manipulaciones y fraude, precisamente lo que la blockchain pública ayudó a evitar. No obstante, otros defensores de las blockchains con permisos sostienen que no todas las aplicaciones de la tecnología blockchain deben seguir el mismo modelo descentralizado. En entornos empresariales, donde la seguridad y la eficiencia son primordiales, las blockchains con permisos pueden ofrecer una solución viable. De hecho, grandes empresas han comenzado a adoptar esta tecnología para optimizar sus procesos.
Un ejemplo es el uso de blockchains con permisos en la cadena de suministro, donde las empresas pueden rastrear el origen de los productos y asegurar la calidad de manera más efectiva. Esto no solo mejora la transparencia, sino que también contribuye a la sostenibilidad al reducir el fraude en productos. La clave aquí es que, aunque las blockchains con permisos pueden no ajustarse al modelo de descentralización que caracterizan a las blockchains públicas, siguen ofreciendo beneficios significativos en términos de eficiencia y seguridad. Además, la cuestión de lo que constituye una "verdadera" blockchain puede depender del propósito de la tecnología en sí. Para algunos casos de uso, la centralización puede ser una característica deseable en lugar de un inconveniente.
La dicotomía entre blockchains públicas y con permisos también refleja la diversidad de la comunidad blockchain. Mientras que algunos abogan por una red completamente descentralizada, otros reconocen que la versatilidad de la tecnología permite crear soluciones a medida que satisfacen necesidades específicas. Esto nos lleva a un futuro donde ambas formas de blockchain puedan coexistir, cada una adaptándose a diferentes contextos y requisitos. Sin embargo, el futuro de las blockchains con permisos no está exento de desafíos. A medida que crece el número de implementaciones corporativas, también lo hacen las preocupaciones sobre la interoperabilidad y la estandarización.
La falta de un marco común podría dificultar la integración de estas redes con blockchains públicas o incluso entre diferentes blockchains con permisos. Además, las cuestiones de gobernanza son esenciales: ¿quién decide quién tiene permiso para unirse a la red y bajo qué condiciones? La transparencia se ve comprometida si el control está en manos de un pequeño grupo. Es crucial que mientras la tecnología sigue evolucionando, también lo haga el diálogo sobre qué constituye una blockchain auténtica. La educación sobre las diferencias entre blockchains públicas y con permisos debe ser una prioridad para empresas y usuarios. De esta manera, se podrían tomar decisiones más informadas sobre cuál modelo se adapta mejor a las necesidades de cada uno.