En el dinámico mundo de las criptomonedas, los movimientos de las ballenas—inversionistas con grandes cantidades de activos digitales—siempre captan la atención del mercado. Recientemente, una ballena de Ethereum realizó una venta significativa al liquidar 28,999 ETH, equivalentes a aproximadamente $45.2 millones, según los datos reportados por la plataforma de seguimiento blockchain Lookonchain. Este evento ha despertado una intensa curiosidad y especulación sobre qué dirección tomará el precio de Ethereum tras dicha liquidación. La venta se ejecutó a un precio promedio de $1,559 por ETH y, según la información disponible, tuvo como objetivo principal el reembolso de una deuda pendiente.
Lo interesante radica no sólo en la considerable magnitud de la transacción, sino también en que esta operación se suma a otros movimientos relevantes en el ecosistema Ethereum, como una venta importante de un inversor conocido como «Ethereum OG». Este inversor, dormido durante casi dos años, liquidó 10,702 ETH, valorados en alrededor de $16.86 millones, a un precio promedio de $1,576 por token. Este «Ethereum OG» es particularmente fascinante para la comunidad, dado que sus posesiones de ETH datan de 2016, cuando el precio del token era apenas de $8. La venta en un contexto actual de precios muy por debajo de sus máximos históricos plantea interrogantes acerca de su estrategia financiera.
De hecho, se observa que esta figura no vendió cuando ETH llegó a cotizar por encima de los $4,000, sino que decidió desprenderse de sus activos durante caídas significativas, una pauta que desconcierta y despierta diversas interpretaciones. A este conjunto de movimientos se suma otro hecho puntual vinculado al ecosistema de exchanges y finanzas descentralizadas (DeFi). Jesse Powell, cofundador y presidente del exchange Kraken, trasladó 1,501 ETH, equivalentes a casi $2.5 millones, desde Kraken hacia plataformas DeFi como Aave y Compound. Este tipo de movimientos podrían interpretarse como una reorientación estratégica hacia plataformas con nuevas modalidades de rendimiento o diferentes exposiciones dentro del mercado.
Por su parte, otras entidades de renombre, como World Liberty Financial, también han iniciado recientemente la desinversión parcial de sus tenencias en Ethereum, lo cual añade más presión a la dinámica del mercado y sugiere que podría haber una mayor aversión a riesgo entre inversores institucionales. Frente a estos acontecimientos emergen opiniones encontradas entre analistas y expertos del sector. Algunos operadores y especialistas ven en esta situación una oportunidad atractiva para comprar Ethereum, confiando en la resiliencia histórica del activo tras grandes correcciones. Por ejemplo, TraderPA adopta un enfoque optimista al recordar que cada vez que ETH ha sufrido una corrección del 60-70%, ha experimentado una recuperación significativa posteriormente. En su perspectiva, la caída actual podría marcar un potencial punto de inflexión que impulsaría un rebote en los próximos meses.
De manera similar, el analista conocido como Crypto Fella sostiene una visión cautelosamente optimista. Según su análisis, Ethereum está probando niveles técnicos cruciales que podrían indicar la proximidad de un fondo en su trayectoria. La formación de estas zonas clave podría atraer nuevamente el interés de compradores y estabilizar el precio después de una prolongada tendencia bajista. Sin embargo, no todos los augurios son halagüeños. El analista y creador de contenido CryptoBusy ofrece una lectura más crítica basada en métricas on-chain, que muestran señales de alerta para el ecosistema Ethereum.
Destaca que durante las últimas dos semanas se han registrado salidas netas de $94.1 millones en fondos negociados en bolsa (ETF), lo que implica un movimiento en masa de inversionistas institucionales hacia la reducción de su exposición a ETH. A esto se suma que las tasas de financiamiento negativas reflejan un dominio de los vendedores, mientras que la actividad en la red Ethereum presenta una caída del 33%, con un desplome en la cantidad de transacciones cercano al 40.5%. Estos indicadores sugieren un desinterés creciente por parte de los usuarios y la posible migración a cadenas de bloques alternativas, lo cual podría afectar la demanda y el valor de ETH en el corto a mediano plazo.
Un dato crucial señalado por CryptoBusy es que el precio actual de Ethereum se encuentra por debajo del precio realizado, es decir, el precio promedio pagado por todas las monedas en circulación ajustado por monedas perdidas. Históricamente, mantenerse bajo el nivel de precio realizado ha precedido caídas adicionales de entre el 35% y 51%, lo que implica que muchos inversores están actualmente en pérdidas, aumentando las posibilidades de más presión vendedora. La disminución en el interés institucional, la caída del uso de la red y el comportamiento de ciertas ballenas que liquidan sus posiciones forman un panorama complejo y lleno de matices para Ethereum. Estos factores combinados podrían desencadenar movimientos bajistas antes de que se presente un verdadero soporte de precio estable que permita una recuperación sólida. En este escenario, los inversores y traders deben evaluar cuidadosamente sus estrategias, observando no sólo el comportamiento de las ballenas sino también los indicadores técnicos y fundamentales que influyen en el mercado.