La polémica sobre TikTok y su futuro en Estados Unidos continúa generando amplias repercusiones tanto en el campo tecnológico como en el ámbito político. En los últimos meses, el gobierno estadounidense ha manifestado un claro interés en regular la propiedad de esta popular aplicación debido a inquietudes de seguridad nacional. En este contexto, el expresidente Donald Trump ha convocado una reunión crucial para evaluar posibles inversores que adquieran TikTok y eviten así una prohibición total. Este encuentro refleja la complejidad del caso y el interés del país por encontrar soluciones viables para mantener el acceso a la aplicación, muy popular entre los jóvenes estadounidenses, sin sacrificar la seguridad del país. Desde principios de 2025, TikTok —propiedad de la empresa china ByteDance— ha estado bajo una ordenanza nacional que exige la venta de su participación a entidades estadounidenses o la confrontación con un veto definitivo.
La ley, que entró en vigor el 19 de enero, responde a preocupaciones gubernamentales sobre el posible acceso del Partido Comunista Chino a datos personales de los usuarios estadounidenses a través de TikTok. Dichos temores han sido motivo de tensiones diplomáticas y debates sobre la soberanía digital y la seguridad nacional. La fecha límite original para esta operación fue establecida para el 5 de abril por una orden ejecutiva firmada por Trump durante su mandato, después de otorgar un plazo de gracia de 75 días al gigante tecnológico chino. Sin embargo, fuentes gubernamentales indican que esta fecha podría extenderse en función de cómo evolucionen las negociaciones con los inversores interesados. El encuentro convocado por Trump tiene por objeto principal analizar los perfiles de las empresas y consorcios estadounidenses que están evaluando la compra del activo.
Entre los nombres destacados que podrían participar en la subasta o compra de TikTok se encuentran Oracle, una firma líder en software y servicios en la nube, y Blackstone, uno de los mayores fondos de inversión a nivel mundial. Estas empresas, junto con otros grupos dispuestos a pujar, representan alternativas que el gobierno de EE.UU. considera viables para resguardar la operación bajo control nacional. En la reunión que se realizará en el Despacho Oval también estarán presentes figuras políticas y de seguridad claves, como el vicepresidente JD Vance, el secretario de Comercio Howard Lutnick, la asesora de seguridad nacional Mike Waltz y la directora de inteligencia nacional Tulsi Gabbard.
La participación de estos actores evidencia la importancia estratégica que Feb 2025 ha adquirido TikTok en la agenda gubernamental. Las conversaciones sobre la venta o restructuración del control de la aplicación no son nuevas. Durante la primera administración de Trump, se intentó clausurar definitivamente TikTok con el argumento de que representaba un riesgo para la seguridad nacional, pero estas iniciativas fueron detenidas por tribunales y el proceso legal nunca se concretó en un cierre efectivo. Posteriormente, hubo intentos de negociar la venta de la plataforma a socios estadounidenses, un proceso que no prosperó. En los meses recientes, la postura de Trump ha mostrado cierta flexibilidad.
Ha señalado públicamente su deseo de que TikTok pueda mantenerse activa en el mercado estadounidense, resaltando además el impacto que esta red social ha tenido en la captación de votos de jóvenes durante las elecciones. Según expresó, su campaña habría obtenido una ventaja significativa gracias a la popularidad que tuvo en esta red social. Esta aceptación ha abierto una vía para considerar soluciones más concertadas que vayan más allá de una prohibición directa. Sin embargo, ByteDance, la empresa matriz china, ha manifestado previamente que no tiene intención de vender TikTok, lo que añade un grado de complejidad al proceso. La negativa del propietario chino podría endurecer la postura de Estados Unidos y complicar las negociaciones.
Aunque las intenciones de ByteDance aún no se han modificado públicamente, la presión por parte de los reguladores y las restricciones legales mantienen abierta la posibilidad de una venta parcial o total. Diversos inversores estadounidenses y consorcios han manifestado su interés por hacerse con el control de TikTok, anticipando un mercado aún promisorio. Algunas propuestas recibidas incluyen alianzas estratégicas con empresas tecnológicas innovadoras, fusión con negocios de inteligencia artificial y planes para implementar tecnologías como blockchain para garantizar mayor seguridad y control sobre los datos de los usuarios. Por ejemplo, un consorcio liderado por el empresario Frank McCourt, que ha incorporado a Alexis Ohanian, cofundador de Reddit, como asesor estratégico, ha presentado una oferta cercana a los 20 mil millones de dólares para adquirir la operación estadounidense de TikTok y rediseñar la plataforma con estas tecnologías. Adicionalmente, otro grupo encabezado por Jesse Tinsley, fundador de Employer.
com, propone una oferta mayor a 30 mil millones de dólares, integrando también a figuras destacadas como el CEO de Roblox. Estas iniciativas reflejan el alto valor percibido y el deseo de mantener una base de usuarios que continúa creciendo, especialmente ante la competencia creciente de otras redes sociales. Microsoft también ha sido mencionado como un posible comprador interesado en la plataforma, aunque no se han confirmado detalles específicos de negociaciones. Figuras del círculo de Trump, como su exsecretario del Tesoro Steve Mnuchin, y plataformas alternativas como Rumble, muy popular entre grupos conservadores, también han expresado interés en participar en esta dinámica de adquisición y colaboración tecnológica. La disputa en torno a TikTok no es únicamente comercial sino que está íntimamente ligada a cuestiones de seguridad nacional, protección de la privacidad y geopolítica.
La relación bilateral entre Estados Unidos y China, marcada por una creciente rivalidad en el ámbito tecnológico, potencia al máximo la relevancia de este caso. La vigilancia sobre los movimientos de datos, la influencia política y el control de la información online se ha convertido en un terreno donde convergen intereses empresariales y estrategias de Estado. En este sentido, la posible adquisición de TikTok por actores estadounidenses podría redefinir la experiencia de millones de usuarios en términos de confidencialidad y gobierno corporativo. Además, el caso ilustra cómo la economía global se entrelaza con la seguridad cibernética y los procesos políticos, impactando directamente en la regulación de la tecnología a nivel global. Pese a los acuerdos y ofertas, la disputa legal continúa siendo un factor decisivo.