La aparición de Cluely sacudió el mundo de las entrevistas de programación y generó un debate intenso sobre la ética de la tecnología y su uso en contextos profesionales. Esta aplicación invisible, creada por Roy Lee, capturó la atención masiva tras viralizarse como una herramienta capaz de ayudar secretamente en entrevistas de codificación, generando un contrapunto polémico entre grandes empresas tecnológicas y el público en general. Más allá de la controversia, la ingeniería detrás de Cluely revela un desarrollo tecnológico notable y con potencial para usos legítimos y beneficiosos. Cluely está desarrollado con Electron, un marco de trabajo que combina Chromium y Node.js para crear aplicaciones de escritorio que pueden interactuar directamente con el sistema operativo.
Su característica distintiva es una ventana transparente y siempre visible, lo que permite que la aplicación funcione como una superposición sobre cualquier otra ventana, sin que esta interfiera visualmente en la pantalla del usuario. La ventana de Cluely mantiene un diseño sin bordes, sin marco y flota en primer plano mediante propiedades específicas de Electron que garantizan su transparencia y su posición "always on top" (siempre en la cima). Esta arquitectura técnica se traduce en una experiencia muy discreta para el usuario. La ventana transparente está configurada para no aparecer en la barra de tareas ni ser redimensionable, haciendo que la aplicación sea prácticamente invisible para cualquiera que no esté familiarizado con ella. Sin embargo, la verdadera innovación está en su capacidad para captar el contenido que aparece en pantalla o se copia al portapapeles, enviando esos datos a un sistema de inteligencia artificial en la nube que procesa la información al momento.
El backend de Cluely opera sobre modelos avanzados de inteligencia artificial, como los desarrollados por OpenAI, mediante conexiones WebSocket o solicitudes HTTP. La interacción entre la aplicación y el backend es continua y eficiente para garantizar que las respuestas y sugerencias sean instantáneas y útiles durante una entrevista o situación que requiera asistencia. Esta comunicación backend es la base que permite que Cluely funcione como una herramienta de apoyo en tiempo real. Para extraer la información visual de la pantalla, Cluely emplea módulos nativos que pueden capturar áreas específicas del escritorio. A través de librerías especializadas como Tesseract.
js para OCR (Reconocimiento Óptico de Caracteres), convierte imágenes en texto editable, lo que permite que la inteligencia artificial analice el contenido con mayor precisión y rapidez. Esta capacidad es crucial para el correcto funcionamiento de la aplicación en contextos donde el texto no está disponible mediante selección tradicional, como libros digitales o pantallas con fuente limitada. El monitoreo del portapapeles es otra pieza central en la lógica de Cluely. La aplicación permanece atenta a cualquier cambio en el portapapeles, tomando la información copiada para enviarla inmediatamente al motor de inteligencia artificial. Esta función provee inmediatez y evita que el usuario tenga que molestarse en introducir manualmente las preguntas o fragmentos de código, optimizando la velocidad y discreción del proceso.
No obstante, el desarrollo y uso de Cluely no están exentos de dificultades. Los sistemas operativos modernos como macOS y Windows poseen mecanismos de seguridad que pueden detectar y limitar las ventanas transparentes que flotan sobre aplicaciones en modo seguro o pantalla completa. Esto se debe a preocupaciones legítimas sobre la privacidad y la protección contra el espionaje o el fraude digital. Además, procesos como el OCR y la consulta constante al backend incrementan el uso de recursos, afectando el rendimiento de la CPU y GPU, lo que puede traducirse en un desgaste notable de hardware y una experiencia de usuario menos fluida. Este conjunto de limitaciones no hizo más que profundizar el debate: ¿debería permitirse el uso de tecnologías como Cluely para ganar ventaja en contextos competitivos como entrevistas laborales? Las respuestas son diversas, pues mientras unos denuestan su uso en trampas desleales, otros vislumbran el potencial para aplicaciones beneficiosas en entornos empresariales y formativos.
Desde una perspectiva ética y práctica, la tecnología que sustenta Cluely tiene un futuro prometedor si se orienta hacia herramientas legítimas de apoyo. En el ámbito del comercio, por ejemplo, una superposición que provea consejos en tiempo real para vendedores durante llamadas o presentaciones podría transformar la dinámica de cierre de ventas, mejorando la comunicación y aumentando la eficacia del equipo. Esta función actuaría como un copiloto inteligente que ofrece las estrategias más adecuadas basadas en el contexto del diálogo. También en atención al cliente, este tipo de tecnología podría facilitar el trabajo de los agentes, asistiendo en la formulación de respuestas precisas y personalizadas a preguntas complejas, todo sin interrumpir el flujo natural de la conversación. Actuaría como un asistente virtual que “susurra” las soluciones ideales, permitiendo un servicio más rápido y efectivo.
En cuanto a la capacitación y onboarding dentro de las organizaciones, aplicaciones similares a Cluely podrían proporcionar a los nuevos empleados indicaciones y consejos contextuales justo cuando los necesitan, acelerando los procesos de aprendizaje y asemejándose a un mentor virtual siempre presente. Esta función aumentaría la productividad y reduciría la curva de adaptación en entornos laborales cambiantes y demandantes. Considerando que el código y la arquitectura de Cluely están abiertos y disponibles públicamente en plataformas como Github, los desarrolladores y empresas tienen la oportunidad de construir sobre esta base de manera ética y transparente, adaptando la tecnología para impulsar innovaciones legítimas y funcionales. La invitación a colaborar y crear soluciones legítimas pone en evidencia la intención detrás de compartir el conocimiento, fomentando un ecosistema donde la inteligencia artificial trabaja al servicio del usuario y no en detrimento de la honestidad. En conclusión, el fenómeno Cluely va más allá de la polémica inicial.