El panorama financiero global ha experimentado un giro significativo gracias a la pausa de 90 días en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, una medida que ha reanimado la confianza de los inversores y estrategas en Wall Street respecto a la evolución de las acciones estadounidenses. Esta tregua temporal en la disputa arancelaria ha servido como un mensaje alentador para los mercados, que durante meses habían mostrado inquietud ante las posibles consecuencias adversas para la economía global y el crecimiento corporativo. Wall Street, históricamente sensible a las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo, ha respondido positivamente a este alto al fuego. Las principales firmas de estrategia financiera, entre ellas Goldman Sachs y Yardeni Research, han revisado al alza sus proyecciones para el índice S&P 500, reflejando un optimismo renovado que se traduce en expectativas elevadas de crecimiento económico y ganancias empresariales para el año 2025. Goldman Sachs, por ejemplo, ha ajustado su objetivo para el índice S&P 500 a 6,100 puntos desde 5,900, mientras que Yardeni Research ha sido aún más optimista, elevando su pronóstico a 6,500 desde 6,000.
Este incremento representa una potencial subida adicional significativa en el valor del índice, impulsada en gran parte por la disminución del riesgo de una desaceleración económica severa, que anteriormente había inquietado a los estrategas y analistas. El impacto de la pausa en los aranceles es multifacético. En primer lugar, reduce la carga impositiva efectiva que enfrentan las empresas estadounidenses que importan bienes de China, lo cual mejora los márgenes de ganancia y reduce la inflación interna. Al pasar la tasa arancelaria efectiva de aproximadamente un 24% a un 14%, se genera un ambiente más favorable para la inversión y el consumo, dos pilares fundamentales para impulsar el Producto Interno Bruto (PIB). Desde la perspectiva macroeconómica, la tregua tiene un efecto directo en las previsiones de crecimiento.
Economistas y estrategas han mejorado sus estimaciones del PIB para 2025, con Goldman Sachs pronosticando un crecimiento del 1% —alza respecto a su anterior pronóstico del 0.5%— y Yardeni Research proyectando una tasa entre el 1.5% y el 2.5%, que también supone una mejora considerable en relación con proyecciones anteriores. Esta revisión al alza es fundamental ya que un crecimiento económico más robusto se traduce en mayor generación de ingresos para las empresas cotizadas y, en consecuencia, en mejores perspectivas para el mercado accionario.
Además, las mejoras en los pronósticos de PIB influyen positivamente en las expectativas de ganancias corporativas. Como explica David Kostin, estratega jefe de renta variable estadounidense en Goldman Sachs, un aumento de 100 puntos básicos en el crecimiento del PIB puede impulsar las ganancias del S&P 500 entre un 3% y un 4%. Por tanto, la revisión ascendente en el pronóstico económico se refleja directamente en una mejora sustancial del panorama de beneficios para las firmas que componen el índice. Otro factor que contribuye al sentimiento positivo es la reducción del riesgo de recesión. La advertida probabilidad de que la economía estadounidense entre en recesión durante los próximos 12 meses ha sido revisada a la baja por Goldman Sachs, desde un 45% hasta un 35%, tras el acuerdo de pausa en los aranceles.
Este cambio en la percepción del riesgo ha aliviado las preocupaciones sobre posibles caídas en la actividad económica, alentando a los inversionistas a mantener o aumentar sus posiciones en renta variable. Asimismo, la tregua ha mitigado el llamado «efecto riqueza» negativo que una caída prolongada en los mercados podría causar sobre el gasto del consumidor. Como subraya Ed Yardeni, presidente de Yardeni Research, la reciente recuperación del mercado ha hecho que el impacto sobre la riqueza, y en consecuencia sobre el consumo, sea ahora «probablemente insignificante». Esto es relevante porque el consumo representa una parte esencial del PIB estadounidense, y la confianza del consumidor es clave para sostener la expansión económica. A pesar del optimismo, los expertos advierten que no todos los desafíos han desaparecido.
Las actuales valoraciones del mercado reflejan ya expectativas bastante positivas sobre el crecimiento económico, lo que podría limitar la capacidad de los múltiplos bursátiles para subir de manera significativa en el corto plazo. La incertidumbre persiste en torno a la magnitud y la duración del ajuste económico y en las ganancias empresariales, factores que pueden generar volatilidad y que el mercado debe continuar evaluando con cautela. Los analistas de Goldman Sachs también destacan que la reducción de la inflación y una renovada confianza en los fundamentos de las empresas más importantes del índice S&P 500 contribuyen a la valoración actual, pero recuerdan que esta situación puede cambiar si surgen nuevos riesgos o si la desaceleración económica se presenta de forma más pronunciada de lo esperado. En conclusión, la pausa en los aranceles comerciales entre Estados Unidos y China representa un respiro significativo para los mercados financieros y la economía global. Las revisiones al alza en las previsiones de crecimiento del PIB y ganancias empresariales, junto con la menor probabilidad de recesión, han llevado a un renovado optimismo en Wall Street.
Este ambiente positivo favorece la inversión y refuerza la expectativa de que el mercado accionario estadounidense puede continuar su tendencia alcista durante 2025, aunque con moderación y prudencia ante la volatilidad inherente que caracteriza a los escenarios económicos actuales. Las relaciones comerciales entre las dos naciones seguirán siendo un factor clave para la evolución del mercado y la economía mundial. Sin embargo, por ahora, la tregua ha demostrado ser un catalizador esencial para aliviar temores y mejorar la confianza, elementos indispensables para sostener el crecimiento económico y la estabilidad del mercado en el mediano plazo.