Isabella Yer Enci, una ejecutiva de cuentas de 32 años de una empresa tecnológica con sede en Singapur, se encuentra en el centro de un escándalo que ha sacudido la comunidad de criptomonedas. La mujer, quien fue responsable de gestionar transacciones de criptomonedas para su empresa Voltron, fue acusada de engañar a un trader, haciéndole creer que más de 900,000 dólares en criptomonedas eran de su propiedad personal, cuando en realidad pertenecían a la firma. La historia comienza en 2021, cuando la firma Voltron aceptaba criptomonedas como forma de pago y las convertía en efectivo a través de intercambios con traders. Con el auge de las criptomonedas, muchos traders están dispuestos a especular con grandes sumas de dinero, lo que hace que el sector sea tanto atractivo como vulnerable a fraudes. Por desgracia, Isabella se aprovechó de esta situación, y sus acciones la llevaron a ser imputada por múltiples cargos de fraude.
En octubre de 2021, tras la renuncia del gerente financiero de Voltron, Isabella tomó el control de las operaciones relacionadas con la conversión de criptomonedas. Fue en este contexto que contactó a un trader, una mujer malasia involucrada en el negocio de arbitraje de criptomonedas. Isabella, con la intención de asegurar una transacción personal, abordó a la trader bajo la falsa premisa de que los fondos que pretendía convertir eran, de hecho, una herencia familiar. Tras varios días de discusiones sobre las tasas de conversión, Isabella convenció al trader para que realizará una transacción de 300,000 USDT, un stablecoin emitido por Tether Holdings. Lo que la trader no sabía era que esa cantidad no pertenecía a Isabella, sino a su empresa.
En un giro escandaloso de eventos, Isabella utilizó su posición en la empresa para facilitar la transferencia de estos fondos, engañando no solo al trader, sino a sus propios colegas. Después de completar la transacción, Isabella recibió alrededor de 399,900 dólares en efectivo que, según alegó en ese momento, provenían de los ahorros personales de su familia. Sin embargo, este fue solo el principio de su engaño. En los días posteriores, Isabella continuó realizando transacciones similares, afirmando que los fondos provistos eran de su propiedad, cuando en realidad estaba despojando a Voltron de su patrimonio. El fraude no pasó desapercibido.
A medida que la empresa cerraba sus cuentas para finales de octubre de 2021, su departamento de finanzas notó que faltaban las cantidades mencionadas, lo que provocó una serie de investigaciones internas. Una vez que se hicieron las consultas necesarias, se descubrió que Isabella había estado moviendo dinero de la empresa para beneficio personal. El 5 de noviembre de 2021, cuando Isabella se presentó en la oficina para devolver su computadora portátil y resolver asuntos administrativos tras su renuncia, fue confrontada por otros empleados de la empresa. Aunque durante la primera parte de la conversación negó tener conocimiento sobre las transacciones fraudulentas, finalmente admitió que había tomado el dinero bajo el pretexto de ayudar con las facturas médicas de su abuela. Más tarde, Isabella firmó un acuerdo de reembolso, comprometiéndose a devolver los fondos, aunque solo logró reembolsar una parte, quedando aún adeudados aproximadamente 723,000 dólares.
El desfalco, que representa una cantidad considerable, no solo afectó las finanzas de Voltron, sino que también tuvo repercusiones legales para Isabella. No obstante, el drama no terminó allí. En diciembre de 2021, Isabella denunció a la empresa, afirmando que había sido retenida en una sala de reuniones durante más de 12 horas y acusada falsamente de robo. Sin embargo, la fiscalía argumentó que no hubo amenazas en su contra y que el personal de Voltron era consciente de que ella estaba embarazada en el momento de la confrontación. El director de Voltron, preocupado por la significativa cantidad de dinero que aún debía Isabella, presentó una denuncia policial en septiembre de 2022.
La noticia de su mal manejo ha provocado indignación entre los interesados en el sector de criptomonedas, que ya se había visto afectado por otro caso de fraude en el que un director de la empresa fue acusado de malversar fondos de clientes. Isabella, quien se declaró culpable de los cargos de fraude ante el tribunal, enfrenta graves consecuencias. Cada cargo de fraude puede conllevar penas de hasta 10 años de prisión. El veredicto final se espera para el 14 de octubre de este año, lo que mantiene en suspenso el futuro de Isabella y la reputación de Voltron. El caso de Isabella expone las vulnerabilidades inherentes en el manejo de criptomonedas y las prácticas comerciales dentro de las empresas de tecnología.