En los últimos años, Tailandia ha enfrentado un aumento alarmante en las estafas telefónicas, particularmente aquellas que operan a partir de centros de llamadas clandestinos. Para abordar este creciente problema, el gobierno tailandés ha actualizado sus leyes con el objetivo de aumentar la responsabilidad de los bancos, las empresas de telecomunicaciones y las plataformas de redes sociales en casos de pérdidas económicas provocadas por estas estafas. Esta importante enmienda legislativa marca un avance significativo en la lucha del país contra el crimen cibernético, antes de que se publique en el Boletín Oficial del Gobierno. A partir de las recientes declaraciones del ministro de Digitalización y Sociedad, Prasert Jantararuangtong, se ha dado un paso cada vez más firme hacia la rendición de cuentas de las instituciones financieras y los proveedores de servicios de telecomunicaciones. Estas entidades podrían enfrentar sanciones severas si se determina que su negligencia contribuyó a pérdidas financieras del público debido a actividades delictivas.
El objetivo es proteger mejor a los ciudadanos de Tailandia y recuperar las pérdidas rápidamente para las víctimas. Una de las características más importantes de esta nueva legislación es que permitirá a las autoridades desactivar tarjetas SIM que se sospeche hayan sido utilizadas en actividades fraudulentas. Donde antes existía una larga espera para la resolución judicial, ahora las víctimas podrán recuperar sus fondos sin la necesidad de esperar la conclusión de juicios. Esta agilidad en el proceso de devolución es crucial, considerando que, según el Banco de Tailandia, los clientes de bancos tailandeses han perdido más de 60 mil millones de baht en estafas en línea en los últimos dos años. Las modificaciones también han incrementado las penas para quienes revelen información personal sin consentimiento, con multas de hasta 5 millones de baht y/o penas de prisión de hasta cinco años.
Además, la ley prohíbe el comercio de activos digitales a través de plataformas de préstamos entre pares para evitar que los estafadores conviertan el dinero robado en criptomonedas. Esto resalta una creciente preocupación por la seguridad cibernética en un mundo que cada vez más depende de la tecnología digital. No obstante, la situación no está limitada solo a Tailandia. Recientemente, autoridades chinas han solicitado la colaboración de Tailandia en la eliminación de 36 bandas importantes de estafas por teléfono que operan desde el vecino país de Myanmar. Estos grupos han estado estafando a miles de ciudadanos, robando millones y empleando a más de 100,000 personas en sus actividades delictivas.
Las bandas han demostrado ser meticulosamente organizadas, utilizando técnicas sofisticadas para atraer a las víctimas. En una visita reciente a Tailandia, Liu Zhongyi, asistente del ministro de Seguridad Pública de China, pidió a autoridades tailandesas fortalecer los esfuerzos conjuntos para combatir estas redes criminales. Liu destacó que numerosas víctimas han sido llevadas bajo condiciones deshumanizantes a estos centros de estafa, y muchas veces enfrentan violencia. La colaboración incluye el seguimiento y la identificación de recursos y canales de comunicación que las bandas utilizan para llevar a cabo sus operaciones. Esta colaboración entre Tailandia y China también abarca una llamada urgente al gobierno tailandés para actuar rápidamente contra los líderes de estas bandas en el país, así como la extradición de cerca de 20 sospechosos vinculados a un caso alto perfil de secuestro que ha captado la atención mediática.
Un caso que resalta esta problemática es el de Wang Xing, un actor chino que fue atraído a Myanmar bajo una falsa oferta de casting. Al llegar, en lugar de una audición, fue encarcelado por un grupo de estafadores. Casos como este han tenido un impacto negativo en el turismo tailandés, creando un ambiente de desconfianza entre los turistas y provocando una caída en el número de visitantes al país. Los esfuerzos de Tailandia para enmendar su legislación reflejan un compromiso más amplio para erradicar el crimen cibernético y proteger a sus ciudadanos. La implementación de las nuevas leyes no solo hace a las empresas responsables de mantener la seguridad, sino que también empodera a las autoridades para actuar de manera más decisiva y rápida en la lucha contra la criminalidad digital.
En este sentido, la estrategia del gobierno incluye el establecimiento de un centro conjunto de coordinación para fortalecer la cooperación entre ambos países y facilitar el intercambio de información, lo que permitiría un enfoque más integrado y eficiente en la lucha contra estas redes de crimen organizado. La creación de un marco más robusto en términos de legislación y políticas también es esencial para asegurar que Tailandia no solo actúe como un punto de tránsito para estas criminales sino que se convierta en un bastión de la seguridad cibernética en la región. Con el apoyo de la comunidad internacional y la unión de fuerzas entre Tailandia y China, es posible que se logre un avance significativo en la reducción de estas estafas que han afectado a millones de personas. Las nuevas leyes están programadas para entrar en vigor en un plazo de 30 días, lo que marca un paso firme hacia un entorno más seguro en el ámbito digital tanto para los ciudadanos tailandeses como para los turistas que visitan el país. En conclusión, la enmienda de la ley en Tailandia representa no solo un movimiento estratégico para combatir el crimen cibernético, sino una respuesta necesaria a un problema que afecta a muchas naciones.
La sociedad tailandesa, junto con el apoyo de otros países, tiene la oportunidad de poner fin a estos delitos que han causado tanto daño al bienestar financiero y personal de individuos alrededor del mundo. Con determinación y colaboración, se puede visualizar un futuro donde tales estafas sean queladas.