La estación espacial Tiangong, el orgullo del programa espacial chino, está a punto de entrar en una nueva etapa de expansión con el lanzamiento de módulos adicionales que aumentarán considerablemente sus capacidades. Este ambicioso proyecto responde a las crecientes demandas de investigación científica y la intención de fortalecer la colaboración internacional en el espacio, consolidando a China como un actor clave en la exploración espacial contemporánea. El gigante asiático planea utilizar el cohete Long March 5B, la plataforma de lanzamiento más potente de China, para transportar estos nuevos módulos a órbita. Con esta tecnología, el país no solo asegura levantar cargas sustanciales, sino que también da un paso adelante en la construcción de una estación espacial más compleja y multifuncional. Wang Jue, representante de la empresa estatal China Aerospace Science and Technology Corporation (CASC), confirmó que el Long March 5B será fundamental para las futuras misiones de ampliación de Tiangong, aunque aún no se ha divulgado un calendario oficial para estas operaciones.
La estación Tiangong, que significa "Palacio Celestial", fue inicialmente montada entre 2021 y 2022 con diseño en forma de T y compuesta por tres módulos principales. Estos módulos se conectan para ofrecer un espacio vital y funcional para los astronautas chinos y para las investigaciones científicas en microgravedad. Sin embargo, el incremento de proyectos científicos y experimentales ha originado necesidades adicionales, especialmente en términos de espacio y suministro energético, lo que ha impulsado la propuesta de añadir más módulos a la estación. Se espera que el primer módulo a integrar sea uno multifuncional, estratégico para el futuro crecimiento de Tiangong. Equipado con seis puertos de acoplamiento, este módulo permitirá la incorporación sucesiva de otros componentes, creando una infraestructura más amplia y versátil para misiones tripuladas y no tripuladas, además de optimizar la capacidad para albergar cargas útiles científicas.
El desarrollo de estos módulos adicionales tiene un potencial profundo para la investigación espacial, incluyendo observaciones astronómicas, estudios de fenómenos físicos en microgravedad y pruebas tecnológicas que podrían redefinir las posibilidades de los vuelos espaciales humanos. La ampliación también abre la puerta a incrementar la cooperación internacional, fundamentalmente al ofrecer soporte para misiones tripuladas conjuntas y proyectos compartidos. En un movimiento histórico, China ha anunciado el entrenamiento de astronautas de países extranjeros, destacando un programa de cooperación con Pakistán. Esta es la primera ocasión en la que astronautas internacionales se preparan para viajar a Tiangong, subrayando la voluntad china de posicionar su estación como un laboratorio espacial abierto a socios globales. Además, se mantienen negociaciones con otras naciones para enviar astronautas a bordo de futuras misiones, lo que podría dinamizar una era nueva de exploración y colaboración conjunta desde la órbita terrestre baja.
Paralelamente, China está desarrollando una nueva generación de naves espaciales para transportar a los astronautas y cargas hacia la estación. Estas naves, con dos variantes principales, atenderán tanto misiones en órbita baja terrestre como expediciones lunares bajo la denominación `Mengzhou`. La versión reutilizable para órbita baja tiene capacidad para transportar entre seis y siete tripulantes o, alternativamente, una carga útil de hasta 500 kilogramos, lo que implica una mejora significativa en términos de flexibilidad y eficiencia en la logística espacial. Actualmente, las misiones tripuladas a Tiangong suelen enviar a tres astronautas con estancias de aproximadamente seis meses utilizando la nave Shenzhou. La integración de nuevas naves de mayor capacidad permitirá reducir la duración y los requisitos operativos para vuelos que involucren cooperación internacional, adaptándose a diversas necesidades y perfiles de misión.
Uno de los hitos más esperados es el lanzamiento del cohete Long March 10 en 2026, diseñado para poner en órbita la nueva generación de naves con capacidades ampliadas. Este desarrollo no sólo ampliará las opciones para transporte de tripulación, sino que también contribuirá a proyectos lunares en los que China trabaja intensivamente para materializar misiones tripuladas antes de la década de 2030. La ampliación de Tiangong representa una clara declaración de la intención china de mantener una presencia humana estable y sostenible en la órbita terrestre baja, en paralelo al anuncio de otros países sobre la reducción del apoyo a la Estación Espacial Internacional (ISS). La independencia tecnológica y operativa, junto con la ambición de lograr cooperaciones más amplias, delinean la estrategia espacial de China en las próximas décadas. Asimismo, se han tomado medidas para mejorar la seguridad de los lanzamientos, especialmente relacionados con el cohete Long March 5B, cuyo primer estadio ha presentado riesgos de reentrada descontrolada.
Se trabaja en optimizar el diseño para asegurar un reingreso controlado y minimizar riesgos, incrementando la fiabilidad y estabilidad de los lanzamientos para garantizar el éxito de la construcción continuada de la estación. En lo que respecta a la ciencia, el próximo lanzamiento del Long March 5B probablemente transportará el telescopio espacial Xuntian. Este observatorio, con un espejo primario de 2 metros y una cámara de 2.5 gigapíxeles, promete revolucionar la astronomía con un campo visual cerca de 300 veces mayor que el Hubble. Xuntian podrá estudiar temas clave como la materia y energía oscuras, la formación y evolución de galaxias, y muchos otros misterios cósmicos, complementando las observaciones desde la Tierra y desde la estación Tiangong misma.