En los últimos meses, la vice presidenta Kamala Harris ha dado un giro notable en su postura hacia la industria de las criptomonedas, un movimiento que ha capturado la atención tanto de críticos como de apoyadores. A medida que se acerca la finalización de su campaña presidencial, Harris busca atraer el apoyo de un nicho electoral cada vez más influyente: los entusiastas de las criptomonedas. Este enfoque no solo desafía las expectativas tradicionales de la política demócrata, sino que también plantea importantes preguntas sobre la dirección futura del Partido Demócrata. La postura de Harris hacia el criptoespacio llega después de un periodo tumultuoso para la industria, marcado por el colapso del intercambio FTX en 2022, que dejó a muchos inversores con pérdidas devastadoras. Este evento había llevado a muchos demócratas, incluidos algunos de los más progresistas, a adoptar una actitud crítica hacia el cripto, considerándolo un área problemática que necesita una regulación más estricta.
Sin embargo, Harris parece estar cambiando de estrategia, en parte debido a la creciente influencia de los lobbistas de criptomonedas en Washington y su interés en establecer una plataforma más amigable para los negocios. En discursos recientes, Harris ha subrayado la importancia de la innovación tecnológica, mencionando la cadena de bloques, la inteligencia artificial y la computación cuántica como sectores que definirán el futuro económico de la nación. Esta nueva narrativa parece diseñada para atraer a los moderados y a los votantes de negocios que ven en la tecnología de las criptomonedas una oportunidad para la prosperidad económica. "Creo firmemente en el potencial de las nuevas tecnologías para transformar nuestra economía y crear empleos", declaró durante un evento en Pittsburgh. El ascenso de Harris en el ámbito de las criptomonedas no se produce en el vacío.
Viene tras una serie de decisiones políticas del presidente Joe Biden que algunos moderados consideran que alejaron a la administración del sector empresarial. Múltiples fuentes indican que Harris está intentando corregir lo que muchos en su círculo ven como una falta de apertura hacia los negocios durante el mandato de Biden. “La era de descartar las criptomonedas ha llegado a su fin”, dijo un asesor cercano a la campaña de Harris. Sin embargo, el giro hacia una postura más acogedora con respecto a las criptomonedas no implica un abandono de las políticas progresivas que han caracterizado al Partido Demócrata. Harris ha prometido mantener un enfoque equilibrado que busque proteger los derechos de los trabajadores y luchar contra el cambio climático, al tiempo que fomente la innovación empresarial.
“Siempre he sido una firme defensora de los trabajadores y los sindicatos, pero también creo que debemos involucrar a quienes crean la mayoría de los empleos en América”, aclara Harris. Mientras que la vice presidenta busca equilibrar estas posiciones, también enfrenta presiones internas. El partido se ha polarizado en torno a la cuestión de la regulación de las criptomonedas, con progresistas como la senadora Elizabeth Warren demandando un enfoque más crítico. La presión para despedir a Gary Gensler, presidente de la Comisión de Valores y Bolsa (SEC) —que ha adoptado una postura dura contra muchas prácticas de criptomonedas— se intensifica y podría tener un efecto dominó en la dirección de la política cripto en la administración Harris. Uno de los factores que podría definir la dirección futura de la administración de Harris es el tipo de personas que elija para su equipo.
La vice presidenta parece inclinada a nombrar a asesores con antecedentes en el sector privado, incluyendo a su cuñado Tony West, un exejecutivo de Uber, que es considerado como un candidato probable para desempeñar un papel prominente en su administración. Esto, dicen algunos críticos, podría abrir la puerta a políticas más favorables a la industria tecnológica. El aumento de la influencia de los lobbistas de criptomonedas es innegable. La campaña de Harris recibió aportes de super PACs que promueven las criptomonedas y eso no ha pasado desapercibido. En un momento en que los fondos del criptoespacio fluyen hacia candidatos demócratas, es evidente que la presión para adoptar una plataforma más amigable hacia la tecnología será una consideración importante no solo para Harris, sino para todo el partido a medida que se acerquen las elecciones.
A pesar de los esfuerzos de Harris por atraer al electorado pro-cripto, las críticas no han cesado. Los opositores dentro y fuera del partido se manifiestan escépticos. Dicen que el acercamiento a las criptomonedas podría alienar a los votantes progresistas que han criticado fuertemente la falta de regulación y la asociación de la industria con esquemas fraudulentos. La senadora Warren, que ha sido una voz crítica en este espacio, no parece dispuesta a ceder, incluso cuando algunos en su partido comienzan a mostrar simpatía hacia las criptomonedas. La complejidad de esta situación se ve reflejada en las encuestas.
Un reciente sondeo muestra que la capacidad de Harris para posicionarse favorablemente en torno a los temas económicos ha mejorado su percepción pública en comparación con la de su predecesor, Donald Trump. Harris ha logrado cerrar la brecha de confianza económica, pero la pregunta persiste: ¿podrá mantener un equilibrio que le permita conservar el apoyo de los moderados sin alienar a los progresistas? A medida que se avanza hacia las elecciones, el desafío para Harris será duro. Las criptomonedas representan una nueva frontera no solo en la economía, sino también en la política. La dentro del Partido Demócrata está en un delicado equilibrio, y cualquier paso en falso podría desencadenar una fractura en una coalición que ha luchado por mantener su unidad. La vice presidenta debe navegar este terreno con cuidado, conscientes de que su estrategia podría definir el futuro no solo de su campaña, sino también del enfoque del Partido Demócrata hacia la tecnología y la economía.
Además, el impacto de la postura de Harris en relación a las criptomonedas puede tener repercusiones más amplias en el electorado estadounidense. A medida que el interés por las cripto crece, y con él la influencia de sus defensores, la forma en que gestionen esta relación transformará el panorama político y económico del país en los próximos años. El futuro de la criptomoneda y de la política económica en Estados Unidos está intrínsecamente ligado al enfoque que adopte la administración de Harris, lo que hace que este momento sea crucial no solo para su carrera, sino para el rumbo político de la nación.