Trump Se Vuelve Completamente Revisionista Sobre la Economía En los últimos años, Donald Trump ha sido una figura polarizadora en la política estadounidense. Desde su llegada a la Casa Blanca en 2017, sus políticas económicas y retóricas han dejado una marca indeleble en el panorama político del país. Sin embargo, en las últimas semanas, ha comenzado a adoptar un enfoque revisionista sobre su legado económico, creando un debate intenso entre sus seguidores y sus detractores. Durante su mandato, Trump se presentó como un defensor de la clase trabajadora estadounidense, prometiendo revitalizar la economía mediante la reducción de impuestos y la desregulación. Sus seguidores aclamaron el crecimiento del empleo y el aumento de los índices bursátiles como prueba de su éxito.
Sin embargo, con su reciente discurso revisionista, ha comenzado a reinterpretar estos hechos para beneficiarse políticamente en el contexto de las elecciones de 2024. La narrativa revisionista de Trump sostiene que su administración logró una prosperidad económica sin precedentes, subestimando las dificultades que enfrentaron muchos estadounidenses durante su mandato. Aunque es innegable que el mercado de valores experimentó un aumento significativo, es crucial considerar que este crecimiento no fue equitativo. Cientos de miles de trabajadores en industrias afectadas por la automatización y la globalización vieron cómo sus empleos desaparecían. La recuperación económica tras la crisis de 2008 fue un proceso largo y complicado, y muchos todavía luchaban por llegar a fin de mes.
Trump ahora está utilizando un enfoque retrospectivo para reescribir su narrativa económica, desdibujando los matices de su tiempo en el cargo. Al abordar el tema en sus mítines, se ha enfocado en celebrar los bajos niveles de desempleo y la expansión de la economía antes de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, omite mencionar que el desempleo había bajado bajo la administración de Barack Obama antes de su llegada al poder, consolidando logros que no eran exclusivamente suyos. Además, Trump ha tomado un giro significativo al criticar las políticas económicas de su sucesor, Joe Biden. En sus discursos, asevera que la economía actual es un desastre, culpando a las políticas demócratas de la inflación y los altos precios.
Sin embargo, como muchos analistas económicos han subrayado, el impacto de la pandemia en la economía, así como las complicaciones de las cadenas de suministro globales, han jugado un papel crucial en los desafíos económicos actuales. La globalización, la guerra en Ucrania y otros factores externos han afectado la economía de manera que trasciende las decisiones de un solo presidente. Otra faceta de este revisionismo se manifiesta en la política de comercio de Trump, que en su momento se caracterizó por imponer aranceles a productos chinos y renegociar acuerdos comerciales, como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que se transformó en el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC). Ahora, Trump pinta esta política como una victoria rotunda, aunque muchos economistas advierten que las tarifas impuestas a productos chinos fueron en última instancia perjudiciales para los consumidores estadounidenses, que enfrentaron precios más altos. Este revisionismo está diseñado para consolidar su base, que continua siendo férrea en su apoyo a sus políticas proteccionistas.
Adicionalmente, el ex presidente ha comenzado a centrar su atención en el concepto de 'America First', que impregnó su campaña y su gobierno. Trump ha tomado un giro hacia un enfoque más populista al describir cómo sus políticas estaban destinadas a beneficiar a los trabajadores estadounidenses ante los intereses corporativos. Este mutado enfoque en la narrativa puede sembrar confusión entre su base de seguidores, muchos de los cuales dependen de las grandes corporaciones para su empleo. La retórica de Trump no solo se limita a recordar un pasado idealizado, sino que también está diseñada para movilizar a sus seguidores en las próximas elecciones. Al presentar una visión distorsionada de la economía, busca establecer un contraste entre su supuesta gestión exitosa y la actual, en un momento en que la inflación y el costo de vida son temas candentes.
A través de sus palabras, el ex mandatario intenta galvanizar el apoyo de aquellos que se sienten desilusionados con el estado actual del país, ofreciendo un regreso a lo que él describe como días mejores. Mientras tanto, los expertos en economía están divididos sobre la eficacia de este enfoque revisionista. Algunos argumentan que puede resonar bien con un electorado que anhela una recuperación económica y que siente que ha sido despojado de sus logros. Sin embargo, otros creen que esta estrategia puede ser demasiado arriesgada, ya que la economía mundial está en constante evolución y las preguntas sobre la responsabilidad y la rendición de cuentas se han vuelto más urgentes que nunca. El revisionismo de Trump no es exclusivo de la economía; es un fenómeno que ha sido empleado a lo largo de la historia política, donde los líderes intentan dar forma a la narrativa histórica a su favor.