La Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos ha emitido una alarma sobre un alarmante aumento de estafas relacionadas con cajeros automáticos de Bitcoin, advirtiendo que los consumidores han sufrido pérdidas colectivas de aproximadamente 110 millones de dólares en 2023. Esta cantidad representa un aumento significativo, un asombroso incremento de diez veces en comparación con el año 2020. Solo en la primera mitad de 2024, las pérdidas registradas superaron los 65 millones de dólares, aunque la FTC advierte que en realidad podría ser solo una fracción del daño total causado, dado que la mayoría de los fraudes no son reportados. Los cajeros automáticos de Bitcoin, frecuentemente ubicados en tiendas de conveniencia, gasolineras y zonas de alto tráfico, pueden parecer como cualquier otro cajero automático convencional. Sin embargo, la diferencia crucial es que estos dispositivos no entregan efectivo; en cambio, aceptan efectivo y lo convierten en criptomonedas.
Si bien estos dispositivos pueden facilitar el acceso a la inversión en Bitcoin, también se han convertido en un blanco atractivo para los estafadores. Los informes indican que la mayoría de las estafas relacionadas con los cajeros automáticos de Bitcoin se centran en impersonaciones gubernamentales, impersonaciones de negocios y estafas de soporte técnico. La FTC subraya que las pérdidas reportadas en estos casos son sorprendentemente elevadas; por ejemplo, en los primeros seis meses de 2024, la pérdida mediana que informaron las víctimas fue de 10,000 dólares. Este elevado costo es una clara señal de la efectividad de estas estafas. Un aspecto preocupante es que los adultos mayores, especialmente aquellos de 60 años o más, son más de tres veces más propensos a caer en estas estafas.
Las tácticas utilizadas por los estafadores son astutas: a menudo, las víctimas reciben una llamada o un mensaje que alegan que ha habido actividad sospechosa en su cuenta o cargos no autorizados. En ocasiones, los estafadores utilizan mensajes falsos de advertencia de seguridad que imitan a empresas reconocidas como Microsoft o Apple, lo que genera un sentido de urgencia que dificulta que la víctima mantenga la calma. Una vez que el estafador ha creado una atmósfera de urgencia, el escenario se intensifica. En algunos casos, el estafador conecta a la víctima con alguien que finge ser un empleado gubernamental, incluso afirmando ser de la FTC. A partir de ahí, la estafa avanza rápidamente: el estafador envía un código QR a la víctima, que deben escanear en el cajero automático.
Como resultado, cualquier efectivo depositado utilizando el código QR termina en la billetera digital del estafador, y la víctima se queda sin su dinero. La ingeniería social que sustenta estas estafas es un reflejo de las técnicas de phishing, donde los estafadores manipulan las emociones y la mentalidad de las posibles víctimas para que actúen de manera impulsiva. La FTC ha compartido algunos consejos para ayudar a los consumidores a protegerse, el más importante de los cuales es "tomarse su tiempo". Los estafadores a menudo intentan apresurar a sus víctimas, lo que puede llevar a decisiones apresuradas y desafortunadas. Para reforzar su mensaje, la FTC aconseja a los consumidores que nunca hagan clic en enlaces o respondan directamente a mensajes inesperados.
Además, se les recomienda que no retiren efectivo en respuesta a una llamada o mensaje inesperado. También es esencial desconfiar de cualquier persona que les dirija a utilizar un cajero automático de Bitcoin o a comprar tarjetas de regalo, o que en general les sugiera mover dinero para "solucionar un problema". La creciente popularidad de las criptomonedas ha llevado a un aumento en la cantidad de cajeros automáticos de Bitcoin disponibles. Mientras que la proliferación de estos dispositivos puede ofrecer oportunidades legítimas para la inversión en criptomonedas, también crea un terreno fértil para los estafadores que buscan explotar la falta de familiaridad de las personas con estas tecnologías. De acuerdo con la FTC, la combinación de un aumento en la disponibilidad de cajeros automáticos de Bitcoin y la desinformación sobre criptomonedas ha hecho que un número cada vez mayor de personas se conviertan en víctimas.
Mientras tanto, en un contexto más amplio, el auge de las criptomonedas y su creciente aceptación en el mercado han desatado un debate sobre la falta de regulación y la protección del consumidor en este espacio. Los reguladores están siendo cada vez más conscientes de la necesidad de implementar medidas que protejan a los inversores y usuarios de las criptomonedas, pero por el momento, la responsabilidad recae en los propios consumidores para que estén informados y sean precavidos. El hecho de que la FTC esté alertando al público sobre estas estafas es un paso significativo hacia la sensibilización. Sin embargo, es fundamental para los consumidores mantenerse informados sobre las tácticas que utilizan los estafadores y cómo pueden protegerse. Aprender a identificar señales de advertencia, cuestionar la legitimidad de las solicitudes y mantenerse actualizados sobre las mejores prácticas de seguridad en línea son pasos cruciales que todos pueden tomar para resguardarse.
La situación es particularmente preocupante para los adultos mayores, quienes muchas veces no están tan familiarizados con la tecnología y las criptomonedas como las generaciones más jóvenes. Es imperativo que las familias y comunidades trabajen juntas para educar a los miembros más vulnerables sobre estos riesgos. Talleres, charlas y recursos educativos pueden ser herramientas efectivas para aumentar la conciencia y proporcionar a la gente las habilidades necesarias para detectar estafas antes de que sea demasiado tarde. En conclusión, la advertencia de la FTC sobre el aumento vertiginoso de las estafas relacionadas con los cajeros automáticos de Bitcoin debe ser tomada en serio por todos. La proliferación de estas máquinas puede ofrecer oportunidades legítimas, pero también plantea riesgos significativos.
La educación y la precaución son las mejores líneas de defensa para protegerse frente a estos peligros en un mundo cada vez más digital y conectado. La información es poder, y estar informados es la mejor manera de evitar caer en los engaños de los estafadores.