En un contexto global en el que la economía y las operaciones logísticas se enfrentan a cambios acelerados, tanto UPS como el Servicio Postal de Estados Unidos (USPS) han decidido reducir su fuerza laboral significativamente durante el año 2025. Este movimiento responde a desafíos económicos, adaptación tecnológica y la búsqueda de mayor eficiencia operativa en un entorno donde la demanda y la rentabilidad vienen experimentando transformaciones sustanciales. UPS anunció en su reporte trimestral que planea eliminar alrededor del 4% de su plantilla global, lo que representa cerca de 20,000 empleos a nivel mundial antes de junio del mismo año. En paralelo, el USPS confirmó que reducirá su personal en aproximadamente 10,000 trabajadores por medio de un programa de jubilaciones anticipadas voluntarias. A pesar de estas reducciones suma un total de alrededor de 30,000 puestos de trabajo afectados, ambas organizaciones manifiestan que esto no tendrá un impacto significativo en los tiempos de entrega de correspondencia y paquetes.
Una de las razones principales detrás de estas decisiones se encuentra en la búsqueda de ahorro de costos. UPS ha declarado su intención de recortar alrededor de 3.5 mil millones de dólares a través de la clausura de 73 edificios y la automatización de 400 instalaciones, pasos que forman parte de un plan estratégico para optimizar sus operaciones en un mercado cada vez más competitivo donde el margen de ganancia por cada envío es limitado. El uso intensificado de tecnologías automatizadas pretende compensar la disminución de personal y mejorar la velocidad y precisión en la gestión logística. Por su parte, USPS se encuentra en un proceso de reestructuración, que fue planteado originalmente en un ambicioso plan de diez años para sanear sus finanzas y evitar una posible bancarrota que amenazaba con pérdidas acumuladas de hasta 200,000 millones de dólares.
El exdirector de USPS, Louis DeJoy, quien implementó cambios profundos desde 2021, logró una reducción del 20% en la plantilla, conocida popularmente como “la masacre del viernes por la noche”. Estos ajustes también están integrados en estrategias que contemplan el trabajo conjunto con nuevas tecnologías y compañías emergentes para reactivar la eficiencia del servicio. Un elemento de gran impacto para UPS ha sido la reducción de su relación comercial con Amazon, su mayor cliente, cuya asociación representa importantes volúmenes de envíos pero con márgenes bajísimos, calificándola como "dilutiva" para su negocio doméstico en Estados Unidos. En enero, UPS anunció que prácticamente reduciría a la mitad el volumen de servicios que proporciona a Amazon, originando una caída inmediata del 15% en el valor de sus acciones, el cual hasta la fecha no ha logrado recuperarse, reflejando las incertidumbres ante el giro estratégico empresarial. Esta decisión ha generado tensiones con el Sindicato de los Teamsters, que representa a más de 300,000 empleados de UPS.
El presidente del sindicato advirtió una fuerte resistencia ante las medidas de recorte, alegando que la compañía rompía con acuerdos anteriores, entre ellos uno firmado en agosto de 2023, que prometía la creación de 30,000 nuevos puestos en la empresa. Las negociaciones y protestas sindicales podrían ser un factor clave que influirá en la evolución de estos procesos en los próximos meses. La situación no es exclusiva de Estados Unidos; la industria de la mensajería se enfrenta a retos globales que incluyen el incremento en los costos operativos derivados de contingencias externas, como los aranceles a productos importados, especialmente aquellos fabricados en China. UPS destaca que aproximadamente el 70% de los productos enviados a través de Amazon proviene de ese país, y cerca del 11% de los ingresos internacionales de UPS están vinculados a envíos desde China. Estos factores generan incertidumbre macroeconómica, dificultando la previsión exacta de ingresos y ganancias para el resto del año.
El cambio en las dinámicas del mercado postal y de paquetería también está influido por la transformación digital. En una era donde la comunicación electrónica y el comercio digital dominan, el uso del “correo tradicional” o “snail mail” ha ido disminuyendo, teniendo un impacto directo en la cantidad de trabajo requerido para manejar el volumen de cartas. Esto ha obligado a adaptarse y a priorizar la paquetería, que aunque crece, también enfrenta presión competitiva de nuevos actores y formas más ágiles de transporte. Las iniciativas de automatización, aunque necesarias para sobrevivir en la era moderna, generan preocupaciones legítimas sobre la calidad del servicio y la seguridad laboral. Los empleos que se eliminan son sustituidos por tecnologías que requieren menos intervención humana, lo cual plantea un debate sobre el futuro del empleo en la logística y mensajería.
Sin embargo, las compañías aseguran que mantendrán estándares de rapidez y fiabilidad a pesar de los recortes. Es importante recalcar que aunque estas medidas pueden reducir costos a corto plazo, su impacto en el servicio a largo plazo podría ser complejo. La reducción de personal podría llevar a sobrecargas en los trabajadores restantes o a una menor capacidad para manejar picos de demanda, como en temporadas de alta actividad comercial, afectando la experiencia del consumidor. En términos de impacto social, la eliminación masiva de puestos de trabajo afecta directamente a miles de familias y comunidades, generando presión en el mercado laboral y en los sistemas de seguridad social. La transición hacia una mayor automatización y eficiencia económica debe considerarse también con estrategias de capacitación y reinserción laboral para quienes quedan desplazados.
El paisaje del correo y la mensajería en Estados Unidos se encuentra en una etapa crítica de transformación. Las decisiones tomadas por UPS y USPS reflejan un proceso de adaptación necesario frente a desafíos económicos, tecnológicos y estructurales. La búsqueda por un modelo más sostenible y rentable es ineludible, pero también requiere equilibrio para garantizar un servicio confiable, justo para los trabajadores y ajustado a las necesidades del mercado actual. En suma, la reducción de personal en UPS y el Servicio Postal es parte de un proceso profundo de cambio en la industria logística global. Los movimientos de ambas compañías evidencian la presión para innovar, optimizar gastos y responder ágilmente a un entorno cada vez más complejo y competitivo.
El futuro de la mensajería, sin lugar a dudas, estará marcado por la combinación entre tecnología avanzada y la redefinición del rol humano en un sector en constante mutación.