Durante el primer trimestre de 2025, el mercado de criptomonedas experimentó un panorama desafiante marcado por una significativa desaceleración que impactó en la mayoría de activos digitales y sectores dentro del ecosistema cripto. Sin embargo, en medio de esta turbulencia, Bitcoin y Solana lograron mantener y reforzar su posición dominante, destacándose como los pilares más sólidos dentro de un mercado en descenso. El análisis del comportamiento y las dinámicas que posicionaron a estas dos criptomonedas en la cúspide durante los primeros meses del año revela indicios importantes sobre las tendencias futuras y las estrategias de inversión en criptomonedas. Bitcoin, la criptomoneda pionera y referencia dentro del mercado digital, empezó el año con un notable impulso que reflejó su fortaleza inherente. Durante enero, Bitcoin alcanzó un máximo histórico nunca antes visto, cotizándose en aproximadamente $106,182, evidenciando un renovado interés tanto de inversores individuales como institucionales.
Este auge inicial contribuyó significativamente al incremento temporal de la capitalización total del mercado cripto, la cual llegó a un pico de 3.8 billones de dólares hacia mediados de enero. Dicho crecimiento generó expectativas de un 2025 optimista para la economía digital y su expansión. Sin embargo, el entusiasmo fue efímero. Progresivamente, el mercado comenzó a mostrar señales de fatiga y vulnerabilidad, desencadenando una caída que provocó la pérdida de cerca de 1 billón de dólares en capitalización de mercado para finalizar marzo con un valor aproximado de 2.
8 billones. A pesar de este retroceso, Bitcoin logró destacar favorablemente frente a muchas altcoins, con una caída moderada del 11.8%, situando su precio en torno a los $82,514 al cierre del trimestre. Esta mejor performance relativa impulsó a Bitcoin a consolidar su dominio del mercado, logrando una cuota de mercado del 59.1%, la más alta registrada en años recientes.
Por su parte, Solana emergió como un protagonista relevante aprovechando tendencias territoriales específicas, especialmente dentro del segmento de intercambios descentralizados (DEX). Su auge estuvo vinculado a la ola efervescente de memecoins en los primeros meses del año, en particular impulsada por el furor generado por tokens relacionados con figuras políticas como TRUMP. Durante enero, Solana logró capturar más de la mitad (52%) del volumen de operaciones spot en DEX, un hecho que puso de manifiesto su capacidad para atraer flujo de capital y participación comunitaria en momentos clave. Este repunte de Solana fue catalizado por el lanzamiento masivo de memecoins en plataformas especializadas, donde la innovación y la especulación se combinaron para generar una actividad sin precedentes. Según registros, el promedio de tokens creados diariamente en Pump.
fun alcanzó cifras récord cercanas a los 72,000, impulsando un extraordinario dinamismo en la primera mitad del trimestre. Sin embargo, esta euforia también trascendió riesgos asociados, evidenciados en eventos como el colapso del token LIBRA, promovido por el presidente argentino Javier Milei. Este token sufrió un desplome abrupto en su valor, poniendo en evidencia la vulnerabilidad y volatilidad inherentes a algunos proyectos y sumando incertidumbre al mercado. En consecuencia, el interés por los memecoins declinó rápidamente hacia marzo, afectando negativamente el volumen de operaciones en Solana, que cayó al 23.4% de la cuota de mercado en DEX, mientras que Ethereum recuperó el liderazgo con un 30.
1%. Pese a ello, la contribución de Solana en la conducción del tráfico DEX durante el primer trimestre resalta la importancia de su infraestructura tecnológica veloz y económica, especialmente en un contexto donde las alternativas que ofrecen costos de transacción reducidos se tornan cruciales para la adopción masiva. Ethereum, la segunda criptomoneda más relevante históricamente, afrontó un trimestre complicado. Tras alcanzar un pico de $3,336 en algún momento temprano en 2025, su precio terminó el primer trimestre en torno a $1,805. Este retroceso llevó a Ethereum a registrar una caída en su dominancia de mercado, situándose en el 7.
9%, su nivel más bajo desde 2019. Factores como la competencia de redes más rápidas y económicas, la reducción en actividad de ciertos segmentos DeFi, y la pérdida de protagonismo en el mercado de memecoins explican este comportamiento desfavorable. En un horizonte más amplio, el mercado en general mostró una fuerte inclinación hacia la estabilidad, especialmente en medio de la volatilidad e incertidumbre predominantes. Las stablecoins, particularmente USDT y USDC, ganaron terreno al ofrecer refugio a inversores que buscaban mitigar riesgos. USDT incrementó su participación hasta un 5.
2% de la capitalización total, mientras que USDC recuperó la séptima posición en términos de capitalización, desplazando incluso a criptomonedas populares como Dogecoin. Este fenómeno denota cómo la preferencia por activos digitales conpegos a valores estables cobra importancia en momentos de fluctuaciones abruptas. En este contexto, los intercambios centralizados (CEX) también experimentaron una disminución significativa en volúmenes de trading, en torno al 16.3% trimestral hasta totalizar 5.4 billones de dólares.
Binance mantuvo su liderazgo con el 40.7% del volumen, aunque su actividad cayó sustancialmente respecto a los niveles de diciembre, reduciéndose a 588.7 mil millones en marzo. Otros exchanges, como Upbit y Bybit, enfrentaron caídas más pronunciadas, agravadas por incidentes de seguridad, como el hackeo severo que sufrió Bybit en febrero. Solo HTX mostró crecimiento en el trimestre.
Por su parte, el sector descentralizado de finanzas DeFi no escapó al impacto negativo de la caída general. El valor total bloqueado (TVL) en plataformas multichain descendió un 27.5%, pasando de 177.4 mil millones a 128.6 mil millones de dólares aproximadamente.