Nombrar un proyecto o empresa: Lo que no te cuentan La elección de un nombre para un proyecto o empresa es una de las decisiones más importantes y, sin embargo, a menudo se toma a la ligera. Un nombre no solo identifica un producto o servicio, sino que también encapsula la esencia de lo que representa una marca, sus valores y su visión. En el mundo del emprendimiento, el nombre se convierte en una herramienta poderosa que puede influir en la percepción del público y en el éxito a largo plazo de un negocio. Sin embargo, el proceso de nombrar puede ser desalentador y está lleno de matices que no siempre se discuten. En un mundo en el que la originalidad y la diferenciación son cruciales, la tarea de encontrar el nombre perfecto se asemeja a encontrar una aguja en un pajar.
James Greenfield, CEO de Koto, una agencia de branding en Londres, señala que el acto de nombrar es mucho más que una elección estética; es un proceso metódico que requiere una comprensión clara del valor y la dirección del proyecto. “No existe el nombre malo”, afirma, pero advierte que hay contextos en los que un nombre inadecuado puede tener consecuencias negativas. Según Greenfield, hay tres tipos de personas que buscan ayuda para nombrar: aquellos que lanzan un nuevo producto y necesitan un nombre atractivo; aquellos que han visto que su negocio ha cambiado de dirección y necesitan deshacerse de un nombre que ya no representa su esencia; y, por último, aquellos que lamentan no haber invertido el tiempo suficiente en el proceso de nombrar y se enfrentan a problemas legales. La estrategia está en el centro del proceso de nombrar. Una estrategia clara ayuda a los creativos a alinearse con los principios de branding necesarios para crear un nombre que no solo suene bien, sino que también resuene con el propósito del proyecto.
Para algunos, como Cait Oppermann, una multifacética creativa que dirige una agencia de producción, el nombre “Flowers” (Flores) surgió de un profundo entendimiento de lo que quería lograr. “Las flores son universales y simples. Todo el mundo tiene una relación con ellas”, explica. Sin embargo, este nombre fue el resultado de un proceso contemplativo que le llevó semanas de reflexión. Una de las primeras recomendaciones que ofrecen los expertos es olvidar el nombre al principio.
Aparentemente contradictorio, este enfoque anima a los creadores a centrarse en la motivación detrás de su proyecto antes de lanzarse a encontrar un título. Greenfield sugiere que al entender la “estrella del norte”, el núcleo vital de un proyecto, se puede moldear un nombre que realmente lo represente. Este enfoque permite a los emprendedores alejarse del estrés y de la presión de elegir el nombre perfecto de inmediato. Además, es fundamental planificar con anticipación. Un nombre que describe de manera demasiado específica un producto o servicio podría convertirse en una trampa a medida que el negocio crece y evoluciona.
“Pocas empresas hacen lo mismo hoy que lo que hicieron ayer”, explica Greenfield. Usando el ejemplo de Uber, señala que si la compañía se hubiera llamado “Autos Negros”, habría limitado sus capacidades de expansión en el futuro. Elegir un nombre que permita la flexibilidad y el crecimiento es una clave esencial. La creatividad juega un papel fundamental, y los expertos aconsejan pensar “fuera de la caja”. Buscar inspiración en palabras de otros idiomas puede abrir un mundo de posibilidades.
Por ejemplo, utilizar el finlandés, que tiene palabras que no son reconocibles para aquellos que hablan lenguas europeas clásicas, puede ser un recurso valioso para generar ideas frescas y únicas. Con una paleta de palabras menos convencional, los emprendedores pueden encontrar un nombre que no solo sea memorable, sino también distintivo. La disponibilidad de URL y nombres de usuario en redes sociales suele ser un factor estresante en el proceso de nombrar. Sin embargo, Greenfield recalca la importancia de no dejar que eso dicte la elección. “No elijas un nombre solo porque la URL está disponible.
Eso no es una buena razón”, insiste. En lugar de ello, es más importante asegurarse de que el nombre esté disponible y no esté en uso por otras marcas, lo que puede llevar a problemas legales prolongados que son costosos y complicados. Pensar como un litigador es otro consejo valioso que los expertos ofrecen a aquellos en el proceso de nombrar. Antes de hacer una elección final, es fundamental ejecutar búsquedas exhaustivas para asegurarse de que el nombre no esté ya registrado. Utilizar herramientas de búsqueda de marcas registradas y consultar a profesionales legales puede ayudar a evitar decepciones y complicaciones en el futuro.
Varias marcas grandes mantienen equipos legales exclusivamente para manejar problemas de marca, y no se debe subestimar la importancia de este paso. Por último, es esencial recordar que el proceso de nombrar puede ser emocional. A menudo, los emprendedores se sienten emocionalmente conectados con un nombre y eso puede dificultar la objetividad. Greenfield sugiere no encariñarse demasiado, ya que esto puede llevar a la frustración si el nombre elegido resulta ser inadecuado más adelante. La flexibilidad y la apertura son clave, y estar dispuesto a explorar nuevas opciones puede llevar a descubrimientos emocionantes.
En resumen, el proceso de nombrar un proyecto o empresa va más allá de poner palabras juntas. Implica un entendimiento claro de la visión, el propósito y el crecimiento que se desea. Aunque puede ser tentador dejarse llevar por el primer nombre que parece atractivo, es en la reflexión estratégica donde verdaderamente se encuentra la clave para un nombre exitoso. Con un proceso bien definido, una mente abierta y un compromiso con la calidad, cualquier emprendedor puede encontrar el nombre que no solo represente su proyecto, sino que también lo impulse hacia el éxito en un mercado competitivo.