La reciente decisión del Banco Popular de China (PBOC, por sus siglas en inglés) de reducir las tasas de interés ha captado la atención de los analistas y economistas en todo el mundo. Esta medida se produce en un contexto de desaceleración económica que ha llevado a muchos a preguntarse cuáles son las implicaciones a corto y largo plazo para la economía china y para el resto del mundo. El PBOC decidió seguir el ejemplo de la Reserva Federal de los Estados Unidos, que ya había recortado las tasas en un intento por estimular su propia economía. La tasa de recompra a 14 días se redujo al 1.85%, una disminución que, aunque no es considerada drástica, refleja la creciente preocupación del banco central por los problemas económicos persistentes del país, incluyendo la deflación, el alto desempleo juvenil y la crisis del sector inmobiliario.
Pan Gongsheng, gobernador del PBOC, anunció que llevará a cabo una conferencia de prensa, algo poco común, lo que ha desatado especulaciones sobre un posible paquete de estímulo adicional. “La expectativa que trascendió es que podríamos ver nuevas medidas para impulsar el crecimiento y cumplir con las metas establecidas por el gobierno”, comentó Susannah Streeter, de Hargreaves Lansdown. Las razones detrás de esta medida son varias. La economía china ha mostrado signos de debilitamiento, que se traducen en un bajo crecimiento que podría no alcanzar los objetivos estipulados por el gobierno. En los últimos años, la inflación ha estado bajo control, pero el peligro de la deflación se ha vuelto un tema recurrente.
Esto se agrava con la creciente tasa de desempleo entre los jóvenes, la cual ha alcanzado números alarmantes que presionan al liderazgo chino para actuar. En el contexto de una desaceleración global, la estrategia de recortes de tasas se encuentra en la mira de muchos economistas. Es una jugada que podría tener efectos amplios, no solo en la economía nacional, sino también en la economía global. Desde la guerra comercial hasta la pandemia de COVID-19, la economía china ha estado bajo una presión constante. Las expectativas de crecimiento han disminuido y la necesidad de estimular sectores clave se vuelve imperativa.
La crisis del sector inmobiliario es otra de las preocupaciones que ha impulsado esta decisión. Las restricciones impuestas a las desarrolladoras han resultado en un enfriamiento en el mercado de bienes raíces, un sector vital para la economía china. Las ventas de propiedades han caído y muchas empresas enfrentan dificultades financieras, lo que agudiza el problema del desempleo y la falta de inversiones. Un recorte de tasas podría ofrecer alivio tanto a los prestatarios como a los posibles compradores de propiedades, facilitando un repunte en este sector. Además de aliviar la presión sobre el mercado inmobiliario, la reducción de las tasas de interés está diseñada para fomentar el consumo y la inversión.
Con tasas más bajas, tanto los consumidores como las empresas se sienten incentivados a gastar e invertir, generando así un efecto multiplicador en la economía. Sin embargo, el éxito de estas medidas dependerá de la confianza que los ciudadanos y las empresas tengan en la economía. Si el miedo a la inestabilidad persiste, los resultados pueden ser limitados. Por otro lado, los críticos de esta política argumentan que los recortes de tasas no abordan las raíces estructurales de la economía. A largo plazo, es crucial que China ajuste su modelo de crecimiento, que hasta ahora se ha basado en la inversión y la exportación.
Los economistas advierten que con una población envejecida y mercados internos saturados, depender únicamente de estímulos monetarios puede ser una solución temporal que no resuelve los desafíos estructurales. Sin embargo, es innegable que el PBOC está actuando en un momento crítico. En comparación con otras economías importantes, la de China ha aprendido a gestionar sus políticas monetarias de manera que puedan evitar desastres mayores. En un mundo donde el costo del endeudamiento sigue siendo bajo, el PBOC parece decidido a jugar sus cartas con maniobras estratégicas. Además de los recortes en las tasas de interés, se especula que el PBOC podría implementar otras medidas de estímulo.
La reducción de las tasas de interés podría ir acompañada de políticas más agresivas, como aumentar la oferta de dinero o incluso políticas de gasto fiscal. Estas alternativas podrían tener efectos más rápidos y perceptibles en la economía y acelerar la recuperación. Históricamente, las decisiones del PBOC tienen un impacto en los mercados emergentes y en las economías en desarrollo. Una China en crecimiento significa un aumento en la demanda global, lo que beneficia a muchos países exportadores. Por ende, es probable que otras economías estén atentas a los movimientos de Pekín, ya que cualquier cambio en su política monetaria puede provocar un efecto dominó en el resto del mundo.