En los últimos meses, las dinámicas del comercio trans-Pacífico han experimentado un cambio notable, generando un impacto significativo en el sector del transporte y la logística en Norteamérica. Las principales compañías ferroviarias canadienses, Canadian National Railway (CN) y Canadian Pacific Kansas City (CPKC), han comenzado a preparar sus estrategias para enfrentar una desaceleración en el tráfico de la costa oeste estadounidense. A pesar de este contexto, los puertos ubicados del lado canadiense han mostrado una mayor estabilidad y un desempeño sólido en comparación con sus contrapartes americanas, ofreciendo un panorama mixto pero esperanzador para el sector. CN y CPKC son dos gigantes del transporte ferroviario en la región, cuyas operaciones impactan directamente el movimiento de mercancías entre Asia y América del Norte. La ralentización en las actividades de los puertos de Estados Unidos, especialmente aquellos situados en la costa oeste, ha generado preocupación en estas compañías debido a la reducción en volúmenes de contenedores, afectando especialmente la carga intermodal.
Este tipo de carga, que combina diferentes modos de transporte como el marítimo y el ferroviario, es fundamental para la eficiencia logística y la continuidad de las cadenas de suministro. A pesar de estas presiones, CN ha mantenido su perspectiva de crecimiento para 2025, proyectando un aumento en las ganancias por acción (EPS) que oscila entre el 10% y el 15%, aunque con cautela ante los riesgos asociados a una posible recesión y al impacto de tarifas comerciales. Durante una llamada de resultados reciente, el CEO de CN, Tracy Robinson, señaló que hasta el momento no se ha observado un impacto significativo en los volúmenes transportados por la compañía, aunque reconoció que la incertidumbre ha crecido en los últimos meses. Por su parte, CPKC ha ajustado sus expectativas para el rendimiento del año, reduciendo su proyección de crecimiento del EPS a un rango entre el 10% y 14%, desde un objetivo anterior de 12% a 18%. Sin embargo, la empresa aún anticipa un crecimiento moderado en los volúmenes, proyectado en cifras de un dígito medio positivo durante el año.
Este ajuste refleja la cautela frente a las condiciones cambiantes del mercado y la economía global. Un aspecto fundamental que ha destacado CN es la idea de que la reducción en los volúmenes internacionales de carga intermodal representa una especie de "bolsillo de aire", una caída temporal que podría durar uno o dos meses, como máximo. Esta percepción sugiere que, aunque el impacto inmediato puede ser relevante, la recuperación podría ser rápida si las condiciones del comercio global mejoran. Sin embargo, la compañía también ha señalado que, si esta desaceleración se prolonga más allá de lo esperado, será necesario implementar medidas internas, incluso considerando la posibilidad de licenciamiento temporal de empleados para ajustar costos. En cuanto a las cifras concretas, los datos indican que los contenedores dirigidos a Estados Unidos que ingresan por puertos de la costa oeste canadiense —como Vancouver y Prince Rupert— experimentaron una caída cercana al 30% durante el primer trimestre del año.
Alrededor de la mitad de esta carga proviene de China, país que continúa siendo un jugador clave en la cadena logística trans-Pacífico. Esta reducción representa un desafío importante para las operaciones ferroviarias, dado que una gran parte del tráfico habitual está vinculada a estas rutas. No obstante, el segmento canadiense de la carga intermodal ha mostrado una notable resiliencia. CN reportó un crecimiento del 16% en los volúmenes de carga que pasan por los puertos canadienses, representando cerca de dos tercios del total del negocio intermodal. Este desempeño ha contribuido a mantener la actividad en niveles más sólidos de lo esperado, especialmente en comparación con la volatilidad observada en los puertos estadounidenses.
Tanto ejecutivos de CN como de CPKC coinciden en que la influencia negativa de la desaceleración en puertos como Vancouver y Prince Rupert no ha sido tan fuerte como la sufrida por otros terminales en la costa oeste de Estados Unidos. Esta diferencia se debe a múltiples factores, incluyendo estrategias locales, posicionamiento geográfico y políticas portuarias que han favorecido un ambiente operativo más estable. Por otro lado, CPKC ha destacado el buen desempeño de otros puertos canadienses como el de St. John, en New Brunswick, que también ha superado expectativas en términos de volúmenes manejados. Esta diversificación geográfica podría ser clave para que la empresa continúe consolidándose como un actor relevante en el transporte ferroviario intermodal a nivel continental.
La situación actual también refleja cómo la guerra comercial, las tarifas y las incertidumbres económicas globales influyen directamente en la logística y el transporte. En el caso de CN, la referencia a un "riesgo de recesión elevado" vinculado a las tarifas demuestra la sensibilidad de la industria a políticas comerciales y arancelarias, que pueden generar fluctuaciones significativas en la actividad. Mientras tanto, en el ámbito operativo, los responsables de CN y CPKC están monitoreando de cerca la evolución del mercado para ajustar sus planes. La necesidad de mantener eficiencias y controlar costos sin sacrificar la capacidad de respuesta es un equilibrio delicado que estos actores enfrentan en meses venideros. Además del impacto en volúmenes y ganancias, estas condiciones afectan indirectamente a otros sectores como el empleo en el área logística, el comercio minorista, y la manufactura, que dependen del flujo constante de mercancías.
La posibilidad de reducir jornadas laborales o implementar licenciamientos temporales supone un reto social y económico que va más allá de las cifras corporativas. Sin embargo, la fortaleza demostrada por los puertos canadienses ofrece una luz positiva en el panorama. Su estabilidad relativa sugiere oportunidades para el fortalecimiento de rutas alternativas y la captura de mayor cuota de mercado frente a competidores estadounidenses. Esta situación podría incentivar inversiones en infraestructura y tecnología para aumentar la capacidad y eficiencia de los terminales canadienses, consolidando su posición estratégica en la logística continental. En resumen, la desaceleración en la costa oeste, particularmente en Estados Unidos, representa un desafío considerable para CN y CPKC, pero no parece ser un problema insuperable.
La resiliencia de los puertos canadienses y la capacidad de adaptación de estas compañías ferroviarias serán determinantes para cómo se desenvolverá el mercado en el corto y mediano plazo. La evolución del comercio global, las políticas tarifarias y las condiciones económicas serán factores clave a observar, mientras el sector continúa navegando en un entorno dinámico y complejo. Por ahora, el optimismo cauteloso prevalece, con un reconocimiento claro de los riesgos pero también de las oportunidades que el contexto actual ofrece. La experiencia y flexibilidad de CN y CPKC serán vitales para mantener su posición y seguir siendo motores del comercio y la economía en la región durante los próximos años.