La escalada indoor ha experimentado un auge significativo en los últimos años, convirtiéndose en una actividad popular tanto para el ocio como para el deporte competitivo. Sin embargo, los espacios cerrados en los que se realiza esta actividad ocultan un riesgo invisible pero preocupante: la exposición a aditivos químicos presentes en el caucho de los zapatos de escalada. Estos compuestos, liberados durante el uso, pueden impactar negativamente la calidad del aire interior y, en consecuencia, la salud de quienes frecuentan estos establecimientos. Estos aditivos de caucho, denominados compuestos derivados del caucho (RDC por sus siglas en inglés), forman parte de la composición química de los suelos de goma de los zapatos diseñados para mejorar la adherencia y flexibilidad. Para asegurar un óptimo desempeño durante la escalada, el caucho está formulado para desgastarse lentamente, generando partículas finas que se acumulan en las presas de escalada, el suelo y el aire circundante.
Investigaciones recientes han evidenciado que las partículas generadas por la abrasión de estos zapatos contienen hasta 15 tipos diferentes de compuestos derivados del caucho, entre los que se destacan benzotiazoles, derivados de p-fenilendiamina y sus quinonas asociadas. La concentración de estos compuestos en el polvo asentado y en el aire de las salas de escalada indoor supera ampliamente los niveles encontrados en otras áreas interiores y ambientes urbanos. El mecanismo principal de generación de estas partículas es la fricción constante entre las suelas de los zapatos y los puntos de apoyo en las paredes de escalada. Esta fricción produce un polvo fino que se aerosoliza durante la limpieza regular de estas presas o por la actividad propia de escaladores cuando las partículas se resuspensan en el aire tras caídas o movimientos bruscos. Aunque la mayor fuente de partículas en estas instalaciones suele ser la tiza o magnesio utilizada para mejorar el agarre de las manos, el riesgo añadido que suponen las partículas compuestas por aditivos del caucho es motivo de preocupación médica y ambiental.
El tamaño de estas partículas es especialmente relevante. Algunas tienen un diámetro inferior a 10 micrómetros, permitiendo que sean inhaladas y depositadas tanto en la vía respiratoria superior como en los pulmones profundos. La exposición diaria a estas partículas, a través de la inhalación y la ingestión accidental, se ha estimado en niveles que exceden otras fuentes conocidas de contacto con compuestos de caucho. Los empleados que trabajan largas horas en estas instalaciones son particularmente vulnerables debido al tiempo prolongado de exposición. Las manifestaciones clínicas potenciales relacionadas con la exposición a estas partículas todavía requieren de mayor estudio, pero se basan en evidencias previas que vinculan los compuestos derivados del caucho con efectos tóxicos en células pulmonares humanas.
Se han reportado reacciones inflamatorias, daño al ADN y estrés oxidativo, lo que puede traducirse en problemas respiratorios agudos o crónicos. Uno de los desafíos para comprender plenamente el alcance del riesgo radica en las transformaciones que sufren estos compuestos una vez liberados en el aire interior. Por ejemplo, compuestos como el 6PPD, un antioxidante muy utilizado en el caucho, se oxidan formando quinonas que pueden ser aún más tóxicas. Estas transformaciones son aceleradas por la exposición a ozono y otros oxidantes comunes en ambientes cerrados, modificando el perfil químico de las partículas y posiblemente incrementando su peligrosidad. Los métodos de estudio han involucrado la recolección de muestras de partículas en suspensión, polvo asentado, polvo acumulado en las presas y análisis directo de suelas de zapatos usados y nuevos.
Los resultados muestran una correlación clara entre la composición química de las partículas en el aire y en las superficies, y la de los zapatos, confirmando que la abrasión de estos es la fuente principal de los aditivos detectados. Además, las variaciones observadas en los niveles de concentración entre diferentes salas de escalada indican que factores como el número de visitantes, el volumen del espacio y especialmente la ventilación afectan la calidad del aire y por ende la exposición a aditivos del caucho. Esto sugiere que la mejora en las condiciones ambientales puede ser una estrategia efectiva para mitigar el riesgo. De cara al futuro, se plantean varias líneas de acción cruciales. La primera es profundizar en la evaluación toxicológica específica de los compuestos detectados, incluyendo la biodisponibilidad y mecanismos de absorción en humanos.
Paralelamente, se debe fomentar la investigación en el desarrollo de materiales para zapatos de escalada que reduzcan la liberación de compuestos nocivos sin sacrificar su desempeño. La conciencia sobre estos riesgos también debe extenderse a propietarios y gestores de centros de escalada. Implementar sistemas de ventilación adecuados, establecer protocolos de limpieza que minimicen la aerosolización y promover pausas regulares podrían reducir significativamente la concentración de partículas en aire. Además, educar a los usuarios sobre la importancia de minimizar el polvo y su remoción cuidadosa contribuirá a un ambiente más seguro. En resumen, mientras la escalada indoor continúa creciendo como deporte y actividad recreativa, es fundamental reconocer y abordar las amenazas químicas invisibles que se generan en su interior.
La exposición a aditivos de caucho liberados a través del desgaste de los zapatos representa un riesgo emergente para la salud pulmonar y maneja un llamado urgente a la investigación, regulación y prevención para proteger a la comunidad que disfruta de esta disciplina. La calidad del aire en espacios cerrados de alto uso deportivo debe ser objeto de monitoreo constante y de intervenciones focalizadas. Sólo a través de un enfoque interdisciplinario que involucre a químicos, toxicólogos, ingenieros y gestores, se podrán establecer estándares adecuados que garanticen la seguridad y bienestar de escaladores y trabajadores, asegurando que la pasión por la escalada no se vea empañada por problemas de salud evitables.