Redis es una de las bases de datos más populares en el mundo del desarrollo de software, especialmente valorada por su velocidad y eficiencia en la gestión de datos en memoria. Durante años, Redis fue sinónimo de código abierto bajo licencias permisivas, lo que permitió que miles de desarrolladores y empresas lo adoptaran para construir aplicaciones rápidas y escalables. Sin embargo, recientes movimientos en el ámbito de licencias han generado debates profundos sobre el verdadero significado y los límites del concepto de código abierto. A partir de Redis 8, la compañía responsable de Redis ha decidido adoptar la licencia GNU Affero General Public License (AGPL) como modelo fundamental de código abierto. Este cambio llega después de que, en marzo del año anterior, Redis Labs – ahora conocida simplemente como Redis Inc.
– hubiera adoptado una doble licencia basada en la Licencia de Fuente Disponible de Redis (RSALv2) y la Licencia Pública del Lado del Servidor (SSPLv1). La SSPLv1, aunque rigurosa, no ha sido aceptada por la Open Source Initiative (OSI) como una licencia de código abierto válida, lo que generó retos para la comunidad y usuarios. El CEO de Redis, Rowan Trollope, explicó que la intención era que la SSPL fuera vista como una licencia efectiva para proteger la propiedad intelectual de Redis, especialmente frente a gigantes del cloud como Amazon y Google que replican servicios sin acuerdos comerciales. Sin embargo, la falta de aceptación de la SSPL llevó a la compañía a optar ahora por la AGPL, que sí cuenta con el respaldo oficial de la OSI y que mantiene un equilibrio entre apertura y protección. El significado de esta transición es profundo.
Bajo la licencia AGPL, cualquier proveedor que ofrezca a terceros un servicio basado en Redis debe, bajo ciertas condiciones, publicar el código fuente de toda la solución que utiliza Redis. Esto obliga a los servicios cloud o empresas que quieran ofrecer Redis como parte de sus plataformas a abrir su propio software o bien obtener un acuerdo comercial con Redis Inc. Esto limita el uso libre e indiscriminado, pero garantiza que mejoras y modificaciones también se mantengan abiertas, manteniendo así un ecosistema más colaborativo y transparente. Redis originalmente se distribuía bajo la licencia BSD de tres cláusulas, una licencia muy permisiva que permite a las empresas usar, modificar y vender el software sin muchas restricciones. Este modelo contribuyó al crecimiento global de Redis, especialmente como herramienta de caching rápida e indispensable para acelerar aplicaciones web y otras soluciones.
Sin embargo, con la creciente competencia y la aparición de grandes jugadores que explotan Redis sin retribución, la compañía decidió proteger mejor su IP sin renunciar completamente al concepto de código abierto. Este nuevo giro ha generado distintas reacciones en la industria. Por un lado, usuarios comprometidos con el software libre celebran el regreso de Redis a una licencia considerada claramente open source, alejándose del controvertido SSPL que incluso produjo forks y migraciones hacia alternativas. Por otro lado, algunas voces critican a la AGPL por ser una licencia demasiado restrictiva para ciertos proyectos, particularmente aquellos que desean incluir Redis sin verse obligados a abrir su propio código o pagar licencias comerciales. El cofundador de la consultora de código abierto Percona, Peter Zaitsev, ha señalado que la AGPL representa un punto medio: es una de las licencias más restrictivas que sigue siendo ampliamente aceptada como código abierto.
Para quienes desean operar con Redis manteniendo compatibilidad y soporte, es una solución adecuada; sin embargo, para ciertos desarrolladores o aplicaciones más liberales, puede resultar limitante. La introducción de esta licencia coincide con el regreso del creador original de Redis, Salvatore Sanfilippo. Su reincorporación ha impulsado nuevas funcionalidades importantes en la última versión de Redis, incluyendo la introducción de tipos de datos vectoriales que permiten almacenar y consultar datos de alta dimensionalidad, esenciales para aplicaciones de inteligencia artificial y de búsqueda por similitud en grandes volúmenes de información. Esta evolución posiciona a Redis no solo como una base de datos rápida, sino también como una herramienta preparada para la integración en entornos de machine learning y generación de inteligencia artificial en la empresa. La estrategia de licenciamiento de Redis se inscribe en un contexto más amplio donde otros proyectos destacados como Grafana y Elastic también han adoptado la AGPL para proteger sus desarrollos frente al uso comercial no autorizado por parte de otras grandes plataformas cloud.
De manera paralela, el cambio ha impulsado la aparición y consolidación de alternativas abiertas respaldadas por la comunidad y la industria, como el proyecto Valkey, que surgió como fork de Redis tras la transición a SSPL. Valkey cuenta con el apoyo de importantes compañías como AWS, Google, Snap Inc., Ericsson y Oracle. Este proyecto ha mejorado aspectos clave de desempeño y eficiencia, posicionándose como opción viable para quienes buscan un verdadero código abierto sin restricciones. Es importante destacar que la adopción de la AGPL por Redis no significa un regreso total al pasado permisivo, sino un ajuste estratégico para mantener un equilibrio entre apertura y sostenibilidad comercial.